Esta semana, un joven cayó de un palo de luz y falleció electrocutado. Prestaba servicios para una tercerizada que trabajaba para grandes multinacionales de telecomunicaciones. Este viernes habrá una marcha a la puerta de la firma, para denunciar las condiciones de trabajo en el lugar. Colectivo alerta sobre el aumento de los “asesinatos laborales”.
Por: Diego Lanese.
Matías Dimuro tenía 26 años, y era trabajador de una empresa tercerizada que presta servicios para grandes firmas de telecomunicación. El viernes pasado, estaba realizando una instalación de fibra óptica, subido a un palo telefónico. Sin mayores elementos de seguridad, cayó por el mal estado del poste, y murió al recibir una descarga eléctrica. El hecho generó conmoción, y puso al descubierto el estado de indefensión en el que siguen estando muchos trabajadores tercerizados, uno de los dramas laborales del país. La familia del joven, que tenía dos hijos, reclamó justicia, y encabezará una marcha este viernes a la sede de la empresa, en la localidad de Gerli.
En 2019, según datos de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), bajaron los accidentes laborales, pero algunos sectores afirman que hay un “sub registro” de estas muertes. Por eso, un colectivo que trabaja en estos incidentes, llamados “asesinatos laborales”, alertó que el año pasado murió un obrero cada 14 horas. La llegada de las aplicaciones de entrega a domicilio, que se potenciaron en esta pandemia, disparó este año este tipo de accidentes, en especial en la zona metropolitana del país.
La muerte de Dimuro desnudó que las tercerizadas siguen operando con normalidad en el país, justo en la misma semana que se cumplen 10 años de la muerte de Mariano Ferreyra, quien fue asesinado por una patota cuando participaba de una protesta en las vías del ferrocarril contra la tercerización de tareas. El joven de 26 años falleció electrocutado, cuando cayó de un poste donde colocaba fibra óptica para la empresa Global Connect, tercerizada de la multinacional de telecomunicaciones Claro. Según le confirmaron familiares de Dimuro a Gestión Sindical, se realizará una protesta en la puerta de la firma, en la localidad bonaerense de Gerli, para cambiar las condiciones laborales que se viven en esta firma, que también presta servicios a otras grandes del sector, como Telefónica.
El joven de 26 murió en Wilde, partido de Avellaneda, y según cuentan en su entorno subió al poste “sin mayores medidas de seguridad”, luego de tres días de lluvias. Además, denuncian que el palo “estaba muy deteriorado, y que pese a eso se lo obligó a subir igual”. Por eso la marcha de mañana viernes, ya que muchos compañeros de la víctima tuvieron que trabajar en iguales condiciones en estos días.
Las muertes en los lugares de trabajo es una problemática que se viene denunciando desde hace tiempo, y pese a las estadísticas oficiales que marcan una baja en los últimos años los “asesinatos laborales”, como los llaman, están sub registrados, y que son más de los que registran los datos oficiales. Uno de los colectivos que vienen trabajando en este tema es Basta de Asesinatos Laborales (BAL), que viene denunciando que en pandemia aumentaron las malas condiciones que favorecen estas situaciones.
“Los bajos salarios obligan a los trabajadores a asumir mayores riesgos, se ven forzados a aceptar puestos de trabajo o ‘changas’ que no respetan ninguna seguridad laboral, que terminan con casos como el de esta semana en Wilde”, explicaron desde el colectivo ante la consulta de Gestión Sindical. En un reciente informe, recordaron que “si pueden evitarse no son accidentes, son asesinatos laborales”. Varios integrantes del colectivo piden que se recuperen los salarios, como primera medida para que se eviten las condiciones que favorecen estos accidentes.
Los datos oficiales hablan de un descenso de los accidentes laborales en 2019, según marca la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. En su último informe, mostró cómo descendió el índice de incidencia de fallecidos global durante el año pasado: un 13,8 por ciento respecto al 2018. El informe que refleja que “el índice de incidencia de fallecidos global (que incluye accidentes in itinere) fue de 62,1 cada millón de trabajadores, mostrando un descenso de 13,8 por ciento respecto del año anterior”.
En ese sentido, la mortalidad laboral en el lugar o en ocasión de trabajo fue de 35,3 casos mortales de Accidentes de Trabajo (AT) y Enfermedades Profesionales (EP) cada millón de trabajadores cubiertos, registrando un descenso del 5,2% respecto de 2018. En cuanto a las enfermedades profesionales, cabe señalar que “el índice de incidencia aumentó un 30 por ciento. Se registraron un total de 27.898 durante el año 2019, de las cuales 13.591 tuvieron días de baja laboral y/o secuelas incapacitantes”.
Sin embargo, desde el colectivo BAL muestran otros datos. Según su último trabajo, presentado antes del inicio de la pandemia, en 2019 “un trabajador murió cada 14 horas”, por “causas evitables durante el ejercicio de sus tareas en condiciones precarizadas”, lo que significa 500 decesos por año.
El Informe fue elaborado a partir de los datos relevados por el Observatorio que la organización puso en marcha en 2018 para realizar el recuento de estos incidentes fatales. “En esta ocasión se redobla el esfuerzo y el desafío: no sólo se relevaron con mayor exhaustividad los asesinatos, sino que se logró incluir buena parte de aquellos perpetrados sobre trabajadoras y trabajadores no formales, a la vez que se comenzó a trabajar con casos de enfermedades laborales”, aseguró la organización cuando presentó su segundo informe.
Este sábado 31 de octubre, el BAL anunció una actividad, al cumplirse dos años de la muerte de Brian “mechi” Cantero, trabajador de la papelera Sein. “Cantero tenía 23 años y era víctima de la precarización laboral que azota a las más jóvenes. Trabajaba en pésimas condiciones en la papelera Sein de Florencio Varela y, sin capacitación alguna, fue enviado por la patronal a operar una máquina que a su vez no estaba en condiciones”, recordaron desde el colectivo.
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