El pasado 14 de septiembre, Rubén Daniele, figura de alto peso en el Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (SUOEM) de Córdoba encabezó una asamblea donde emitió un ferviente y desafiante discurso, y le apuntó al actual intendente de la capital y futuro gobernador de la provincia, Martín Llaryora.

El mensaje era claro: “Habrá quilombo”. Estas fueron las palabras textuales que utilizó el dirigente ante el reclamo por el “recorte de la séptima hora”. La seguidilla de hechos en torno al conflicto demostraron que sin duda sus palabras se cumplieron.

Daniele advirtió la complejidad de la disputa que se avecinaba y aseguró que la culpa de estos hechos recaen en el Intendente de la ciudad de Córdoba por hacer oídos sordos a los pedidos de los trabajadores.

El reclamo a Llaryora

“Es responsabilidad de Llaryora. El conflicto tiene que ser duro y perdurable para que a las autoridades del Palacio 6 de Julio les duela mucho como les debe doler. Para eso no hay otra cosa que quilombo, no entienden otra cosa. Y a eso hay que hacerlo y para eso tenemos que tener la voluntad de hacerlo”, remarcó el sindicalista.

El conflicto llegó a tal punto que el martes pasado miembros del sindicato realizaron diez asambleas sectoriales en simultáneo, las cuales se encontraban distribuidas a lo largo y ancho de toda la ciudad.  Al día siguiente se dió a conocer que el fiscal del Distrito 1 de la Justicia de Córdoba, José Bringas, imputó al líder sindicalista por el delito de instigación a la violencia pública.