Como el clima que impera en esta época del año, las negociaciones paritarias de dos gremios de peso como La Bancaria, de Sergio Palazzo, y Judiciales, de Julio Piumato, aparecen con una temperatura elevada, sin acuerdo y con protestas de por medio. Un escenario que se podría repetir con estatales de diferentes provincias, que piden recomposición salarial ante una inflación que todavía no desciende al ritmo que pregonó el Gobierno.
Por: Juan Pablo Kavanagh.
Como el clima que impera en esta época del año, las negociaciones paritarias de dos gremios de peso como La Bancaria, de Sergio Palazzo, y Judiciales, de Julio Piumato, aparecen con una temperatura elevada, sin acuerdo y con protestas de por medio. Un escenario que se podría repetir con estatales de diferentes provincias, que piden recomposición salarial ante una inflación que todavía no desciende al ritmo que pregonó el Gobierno.
Palazzo y Piumato son dos de los caciques sindicales, integrantes de la CGT, que decidieron encarar medidas de fuerza por discusiones sobre haberes empantanadas. En el caso del diputado nacional del Frente de Todos, la queja principal es que las cámaras empresariales, a casi dos meses de la primera mesa de diálogo, aún no ofrecieron un porcentaje de incremento de haberes y tampoco hay debate sobre un tema que para el sindicato es neurálgico: que los trabajadores reciban una compensación por el impuesto a las ganancias.
“Porque el porcentaje que arreglamos no es el que le termina llegando al trabajador. La diferencia es entre un 5 y un 15 por ciento”, remarca el representante, férreo opositor del tributo, quien lidera una mesa de gremios que se llama “El salario no es ganancia”. Desde su lado, precisan que mañana estará en una audiencia en el Ministerio de Trabajo con la patronal y no se animan a dar un pronóstico de lo que puede suceder. La semana que terminó fue compleja: el jueves 23, La Bancaria lanzó un paro que se desactivó ante el dictado de conciliación obligatoria de la cartera de Kelly Olmos.
Piumato está en un camino similar, a la espera de que sea realidad la firma del primer tramo de recomposición salarial de 2023 y con un paro nacional que lanzó para el miércoles 1° de marzo. “No claudicaremos frente a la inflación” es el lema de la protesta. Ante la consulta de PERFIL, allegados al referente marcan que el pedido “es razonable” en relación con el contexto económico y que requieren que cuanto antes “la Corte firme el pedido de autorización de cambio de partidas correspondiente a nuestro reclamo”. Luego, deberán pelear para que esa autorización se otorgue en el menor tiempo posible y se rubrique el alza.
Mientras los exponentes de la CGT dan su batalla, estatales bonaerenses abren su diálogo con la gestión Kicillof a la espera de conseguir un pacto de corto alcance, hasta mayo, y con el cobro de una primera cuota en marzo. Hasta el momento, hay un cuarto intermedio hasta este lunes. Y los docentes de Santa Fe, Chubut y Córdoba aparecen en plan de huelga por falta de pacto paritario, sin inicio de clases en las fechas estipuladas.
Hay otros sindicatos que también se preparan para dar su debate en los próximos meses. Por ejemplo, en marzo los encargados de edificios agrupados en el Suterh, el sindicato de Víctor Santa María, un peso pesado del PJ porteño, comenzarán a negociar alzas de remuneraciones. En abril, entrarán en acción Petroleros, de perfil duro; Comercio, el gremio más numeroso del país con más de 1.800.000 afiliados; la Uocra, liderada por Gerardo Martínez, un hombre clave de la CGT, y la UOM, que desde la conducción de Abel Furlán, un representante alineado con el kirchnerismo, ya reclamó que los sueldos le deben ganar a la suba de precios este año.
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