El sindicalista exige a la administración Carreras que todos los trabajadores ligados a la actividad petrolera se vacunen. Por ahora las autoridades rionegrinoas rechazaron el planteo.
“Seguiremos tal cual lo planificado. No nos correremos de lo actuado hasta ahora, salvo que exista evidencia científica que lo justifique”, señaló una alta fuente del gobierno rionegrino.
De esta manera la administración de Carreras intenta cerrar la discusión que mantiene con el gremio de petroleros que le exige, tal como lo hizo en su momento con el gobierno neuquino, vacunas para todos sus afiliados.
Sin entrar en detalles, ni calificar la posición de ambos gobiernos, está claro que el margen de acción que tuvo Neuquén frente a este tipo de presiones no es la mismo que puede tener ahora Río Negro. Y este podría ser uno de los argumentos de porque Gutiérrez actuó de una manera en su momento y su par rionegrina ahora podría hacerlo de otra.
En primer lugar, el titular del sindicato petrolero, Guillermo Pereyra, pertenece al partido provincial (MPN) que ratificó a Gutiérrez al frente del Ejecutivo neuquino. El poder de Pereyra es muy importante dentro del MPN y a pocos meses de una elección clave no es prudente dividir las aguas, más aún teniendo un peronismo que está envalentonado, con todo el apoyo nacional, para hacer un buen papel en los próximos comicios. En definitiva, no entregarle las vacunas al sindicato era abrir un frente más, dentro de la interna que ya existe hoy en el MPN, que la administración Gutiérrez no estaba dispuesta a avalar.
En segundo término, el peso específico que tiene la industria petrolera en la economía de Neuquén que dista mucho de la que existe Río Negro y, por ende, la presión que pueda ejercer el sindicato va en línea con estas mismas proporciones. Solo para tener una idea de lo que estamos mencionando, las regalías percibidas por las arcas neuquinas durante estos primeros tres meses del año -producto pura y exclusivamente de la actividad hidrocarburífera en la provincia- alcanzaron poco más de 12.000 millones. En Río Negro ingresaron, en este mismo período, el 13% de esta cifra. Una relación similar se puede observar en los trabajadores del sector entre una y otra provincia, y lo mismo con los niveles de inversiones que se realizan para el desarrollo de la actividad en uno y otro territorio. Estos dos factores -internas políticas y dependencia económica- son algunos de los argumentos que aparecen a la hora de analizar las conductas entre ambos mandatarios frente a las presiones sectoriales de Pereyra por las vacunas.
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