La danza de nombres comenzó apenas efectivizada la renuncia de Gines y se acelero el martes, en medio de la reunión de Mesa Chica ampliada de la CGT. Buscan no perder influencia en la gestión Fernández y, adicionalmente, frenar el regreso de quien fuera designada por CFK en el organismo en su última presidencia.
El vacunatorio vip del Ministerio de Salud y la salida de Ginés González García, luego de que el periodista Horacio Verbitsky confesara en una entrevista radial que llamó al ministro de Salud para que le facilite la vacuna, empieza a ser tema recurrente en el mundo sindical.
Es que el área clave para las obras sociales sindicales es manejada por un hombre de confianza de Gines, que tendría sus horas contadas salpicado por el mismo escándalo.
Se trata del Superintendente de Servicios de Salud Eugenio Zanarini, una persona de confianza del ahora ex ministro que también lo había colocado como vicerrector de la Universidad Isalud.
La salida de Zanarini, quien apareció en la lista de los vacunados, sería inminente y sus posibles reemplazados empezaron a sonar en los grupos de whatsapp cegetista. La conversación elevó el tono con la concreción de la reunión de mesa chica ampliada de la central obrera.
Como contara InfoGremiales, el que picó en punta para quedarse con el control del organismo sensible para la relación entre el Gobierno con las obras sociales sindicales y capaz de determinar el humor sindical, es Pablo Raúl Yedlin.
Yedlin es médico, diputado nacional, parte del bloque del Frente de Todos y actual Presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados.
Entre los dirigentes también volvió a aparecer como candidato David Aruachan, un médico que había sido propuesto a ese lugar por dirigentes de la CGT al inicio de la gestión de Alberto Fernández.
Arruachán es un hombre de Andrés Rodríguez, líder de UPCN y el Secretario Adjunto de la CGT, y preside la obra social de ese sindicato.
También se puso sobre la mesa el nombre del ex superintendente de Servicios de Salud, Luis Alberto Scervino. El dirigente, que quedó con buen vinculo con la plana mayor cegetista, tiene una complicación que nadie soslaya: su pasado macrista.
Adicionalmente se habló de Oscar Cochlar, quien fuera el virtual número de la superintendencia y con aceitados vínculos con el mundo sindical.
El apuro por cerrar el asunto no es casual. El temor de varios dirigentes es que la salida de Gines redunde en la sumatoria de poder del kirchnerismo y que sea CFK quien ubique a quien controle el organismo.
La amenaza que ven en el horizonte es el regreso de Liliana Korenfeld, quien estuvo al frente del organismo desde 2012 a 2015 y quien empezó a sonar como posible reemplazante de Zanarini incluso antes del escándalo por el vacunatorio.
Korenfeld es una mujer de extrema confianza de CFK, que se sacó chispa con la plana mayor de la CGT (incluso con Moyano terminó en tribunales) y que actualmente se encarga del manejo de la obra social del Congreso de la Nación.
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