Una treintena de obreros autoconvocados del pescado se reunió ayer frente a la sede del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP) para reclamarle a la conducción que encabeza Cristina Ledesma un protagonismo más activo de cara a una de las peores crisis laborales que han enfrentado en el sector.

“Creamos un grupo de whatsapp que denominamos Trabajadores del Puerto, donde expusimos la necesidad de manifestarnos y pedirle explicaciones a nuestros representantes”, confió Fabio Lavaise, peón de descarga de El Marisco con 7 años de antigüedad, y administrador del grupo desde donde partió la iniciativa.

El grupo se concentró a un costado de la sede gremial a la espera de Ledesma quien había salido para reunirse con la patronal por la negociación paritaria. En las inmediaciones del sindicato y en la vereda del frente, trabajadores y delegados de algunas empresas oficiaban de respaldo a la conducción.

“Acá tenemos compañeros de Giorno, El Marisco, la cooperativa Cabo Corrientes que corta para Surtrade, de 14 de Julio. Nos estamos cagando de hambre hace dos años, laburando una o dos veces a la semana para justificar el garantizado y no se aguanta más esta situación”, dijo Lavaise.

Jésica Pérez es envasadora de Cabo Corrientes, donde los 60 compañeros tienen un garantizado. “Queremos saber por qué no hay trabajo, por qué el gremio no sale a mostrar lo que pasa. No queremos subsidios ni bolsones de comida, queremos poder elegir nosotros lo que queremos comer… no pedimos algo extraordinario… simplemente trabajo”, remarcó.

Allegados a Ledesma cuestionaron lo espontáneo de la manifestación y aseguraron que la misma tenía fines electorales y celebraban la poca convocatoria. Como si formaran parte de un selecto grupo que tiene plena ocupación horaria y altos niveles de productividad.

“Cobro un garantizado de $ 7500 en mano por todo concepto”, reveló la envasadora para quien el sindicato “debe sacarlos a la calle ya, esto no lo aguantamos más. Por eso hemos venido, a escuchar qué respuestas hay a la falta de trabajo”.

El acceso al subsuelo al principio estuvo restringido para todos los manifestantes pero luego se flexibilizó y para cuando llegó Ledesma el salón estaba más nutrido, donde eran mayoría los efectivos a los que habían convocado desde el propio Sindicato.

En un rincón estaba Pedro Juárez, peón de descarga de Taturiello desde hace 20 años y también Delegado, rodeado de mujeres, compañeras de trabajo con un rosario de quejas. “Somos 42 trabajadores y superamos el garantizado pero por muy poco”, dijo Pedro, que miraba a sus compañeras para tener su aprobación.

“Nos llevamos entre 5 y 6 mil pesos por quincena. Trabajamos muy poco, sobre el fin de semana donde compra el pescado más barato”, contó Gabriela, con 18 años de antigüedad en la empresa de Caputo.

Luego que los invitara a abandonar la reunión, lo más importante que dijo Ledesma fue que espera respuestas de parte de las autoridades para el 3 de mayo próximo. Al día siguiente volverá a recibir a los autoconvocados y si las propuestas no son satisfactorias –se entiende que tienen que ver con un mayor nivel de trabajo para el personal de tierra– el gremio estaría dispuesto a acompañar una movilización para los días siguientes.