RP.- ¿Cómo ve la reorganización de la CGT en el marco de conformación de un gran frente opositor?

Yo entiendo que después de la muerte de Juan Perón, la unidad monolítica del movimiento obrero no se va a dar más. En primer lugar, porque cambió la composición social, ya que en este momento no se habla de obreros, sino de trabajadores, por eso se incorporan los movimientos sociales. A la vez, vemos imposible la institución de un secretario general de secretarios generales, por eso creo que se debe apuntar a un formato más colegiado, con una metodología y un programa de trabajo definidos.

Los que participamos del campo popular debemos tener la convicción y la voluntad de reconstruirnos, porque el año que viene hay elecciones y este gobierno, por más que nos pese, llegó por el voto de los ciudadanos. Y yo creo que esto es posible si ciertos sectores de la dirigencia dejan de lado la vanidad, porque esta situación se resuelve con una reunión de cincuenta sillas contando con la presencia de varios actores, entre ellos, Cristina Fernández y Hugo Moyano. Personalmente, no quiero terminar como el radicalismo, disgregado, o formando parte de un gobierno que no tiene nada que ver con nosotros.

RP.- ¿Cómo sigue la agenda?

Cada organización se hará cargo de lo que haga, particularmente los vendedores de diarios, estuvimos donde teníamos que estar porque entendemos que cada vez que haya un reclamo justo tenemos que acompañar. Dentro de la conducción de la CGT, en la que estamos a los tumbos, la discusión por momentos pasa porque este es un gobierno que va a durar ocho años y no porque es de derecha. Por eso creo que tenemos que sentir los reclamos de base para representar la voluntad que le toca a cada uno. Un paro no soluciona la situación socioeconómica, eso sólo lo va a resolver la organización que tengamos.

RP.- ¿Qué haría el trabajador sin el sindicalismo?

Imaginate si como trabajador tenés que negociar el sueldo cara a cara con tu patrón. El sindicato, aún con el peor dirigente, siempre representa lo colectivo. En el mundo elogian nuestro modelo sindical porque nosotros no somos solo conflicto, sino también salud, educación, formación profesional, universidad, recreación, turismo y nos ha faltado inteligencia para mostrarlo a la sociedad.

Es cierto que muchos de nosotros han hecho las cosas mal, pero no por eso la tenemos que pagar todos. Como decía Perón, somos una familia de carácter permanente, y a eso le tienen miedo.