Dialogamos con el líder de los canillitas, que en julio pasado sufrió la intervención de su gremio durante 35 días. Hijo de un empleado municipal y una ama de casa, llegó al gremio en octubre de 2006. Recuperó la venta exclusiva de las publicaciones en los puestos callejeros: “Antes de nuestra gestión, los diarios y revistas se comercializaban en las estaciones de servicios, supermercados y centros comerciales”. Admirador del Papa Francisco, denuncia persecución política y afirma: “Soy feliz, aunque para alcanzar la plenitud, desearía cerrar mi ciclo con otra década dorada, en la cual reine la Justicia Social y la solidaridad”.
“En la dictadura intervenían sindicatos y decían que venían a sanearlos”, declama irritado Omar Plaini (64), titular del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia (SIVENDIA). Vestido con un jean negro, camisa a rayas y un chaleco bordo, subido a un precario escenario montado en la entrada del gremio, sobre la calle Venezuela, el líder de los canillitas, que otrora controlara omnipresente el edificio, ahora, paradójicamente, apenas puede ingresar hasta el hall central, custodiado por un centenar de gendarmes.
Es la tarde del miércoles 5 de Julio de 2017. Plaini, el hijo de un empleado municipal de Lomas de Zamora y una ama de casa, no está solo. En las adyacencias, sobre la calle que fue cortada para el acto, se agrupan decenas de militantes que aprueban las declaraciones del gremialista, mientras que al unísono gritan consignas en contra de Mauricio Macri: “Esta intervención de la Justicia a nuestro gremio es un atropello del Gobierno, es una persecución política”, continúa predicando el hombre canoso y de ojos claros, que llegó al sindicato en octubre de 2006, luego de haber perdido, según sus propias palabras, más elecciones que Ignacio Lula Da Silva.
Sólo han pasado dos días desde que la Justicia escamoteó sus funciones gremiales. Sin embargo, deberán contabilizarse 33 días más para que los siete carros de asalto y los más de 120 efectivos de gendarmería abandonen definitivamente el gremio y le permitan a Omar Plaini retomar nuevamente su cargo.
IBSN: Luego de 35 días de intervención: ¿Cómo encontró el sindicato?
OP: – No lo encontramos de la mejor manera. Como toda intervención deja secuelas tremendas. La misma se dio cuando comenzaba el mes de julio y tenían que efectuar el pago del sueldo y el aguinaldo a los empleados. Estuvieron hasta agosto y no les abonaron.
La comisión normalizadora, a pesar de que tuvo amplias facultades administrativas y ejecutivas, no resolvió ninguno de los problemas que nosotros tenemos normalmente, como con los frentistas o con los paquetes de diarios y revistas. Esto nos generó muchos conflictos.
Lo primero que tocaron los interventores fueron los recursos. Se llevaron más de 2 millones de pesos que habían ingresado en concepto de aportes sindicales. Luego debimos restituirlos al sindicato, cuando se cayó la intervención. Con ese dinero se podrían haber pagado a los empleados o asistir a la obra social, que es deficitaria.
¿Cómo trataron los interventores al personal del gremio durante esos días?
Hubo una persecución con el personal. Les explicaban que se iban a quedar por dos años o más, y los presionaban. Revisaron todos los convenios colectivos celebrados, así como todos los contratos de locación por las propiedades que tiene la institución. Todo esto que realizaron no tiene nada que ver con lo ordenado por la Justicia.
(NdR: El juez Federal Marcelo Martínez de Georgi intervino el sindicato en el marco de la causa 54138/2013 y procesó a Omar Plaini por presunta falsificación de documento público; concretamente, por unas supuestas fichas de afiliación adulteradas durante la realización de una asamblea en el 2013, en la cual se eligieron a las autoridades sindicales. Finalmente, la Sala ll de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal dejó sin efecto el procesamiento del gremialista al considerar que no había pruebas suficientes en su contra).
En alguna oportunidad el Papa Francisco alertó que en Argentina desde el 2015 se está viviendo una época de revanchismo como en 1955: ¿Qué opina usted al respecto?
Coincido totalmente con eso, y sobre todo con la visión del mundo capitalista que tiene el Santo Padre. Sobre todo, cuando habla de la globalización del descarte y de la indiferencia que se vive en el mundo actual, y que constituye una realidad muy triste.
En Argentina hay una grieta muy profunda, que creo que es producto del grado de desigualdad que existe y que viene desde la conformación de la Patria. En tanto y en cuanto no se resuelva con equidad esa desigualdad, la grieta va a continuar. Es más, se puede profundizar cuando hay gobiernos que dejan todo bajo las reglas del libre mercado.
“No voy a dejar mis principios colgados en la puerta del Sindicato”
Omar es padre de tres hijas y abuelo de dos nietas. Heredó su oficio de vendedor de diarios y revistas merced a un tío. Peronista, católico no practicante, divorciado, segunda generación de canillitas, diputado nacional desde el 2009 y secretario administrativo de la CGT, afirma que pese a todos los pergaminos que Dios le regaló, el mayor honor fue haber sido electo por sus compañeros como secretario general de la actividad que ama: “Cuando llegamos a este gremio en octubre de 2006, luego de 20 años de disputar y de tener varias elecciones perdidas, repetí una frase de Néstor Kirchner: ´No voy a dejar mis principios colgados en la puerta del Sindicato´”.
IBSN:-¿Cuáles son los mayores logros que ha tenido como secretario general?
OP:- Asumimos anticipadamente la gestión porque nos habían dejado un gremio destruido, al que manejaban a control remoto las grandes editoriales. Debimos resolver más de 100 juicios. Empezamos una década de lucha en la cual recuperamos los días de descansos y regulamos la actividad. Antes de nuestra llegada, se vendían los diarios y las revistas en los supermercados, hipermercados y en las estaciones de servicios. Esto ocurrió entre 1999 y 2006. Teníamos tres días de descanso y lo llevamos a cinco.
Los diarios se editaban el Viernes Santo y el 7 de noviembre. Recuperamos esta última fecha como el Dia Nacional de Descanso Trabajador Canillita a nivel nacional, mediante una ley del año 2009. Más tarde, logramos recuperar el Viernes Santo, también, como día de descanso. Reconquistamos ganancias que habíamos perdido los trabajadores canillitas.
El 30 de octubre va a competir nuevamente por un nuevo período como secretario general: ¿Se lo pidieron o fue decisión suya?.
Omar arquea las cejas, dubita y finalmente responde: “Yo no pensaba continuar porque había salido muy golpeado de la injusticia de la intervención, no en mi ánimo y voluntad que la tengo intacta. En el gremio no soy yo solamente, sino que por encima mío hay cinco mil familias.
Con la decisión judicial, afectaron mi buen nombre y honor. Lo nuestro era una cosa juzgada, pero como el Gobierno viene batiendo el parche con descalificaciones al movimiento sindical, tiró al boleo. Eso afecta y mucho. Pero la solidaridad gremial y la del hombre común, me dieron muchas fuerzas para seguir”.
Lacerado por la irrupción de la Justicia en la Casa de los Canillitas por una causa juzgada, en la que se había comprobado el triunfo de Plaini por más del 89 por ciento de los votos, el gremialista salió adelante, según sus declaraciones, gracias al sostén de la familia: “Mi compañera actual es una gran militante que no me dejó solo en ningún momento”.
Omar se dice un admirador del Papa Francisco; de hecho, una amplia imagen del Santo Padre bendice a los que llegan a la oficina del tercer piso del edificio central de la calle Venezuela: “Leí la encíclica Laudato SI- Con varios dirigentes, que nos denominábamos ´laudatista’, nos juntamos a debatirla y la comparábamos con el Modelo Argentino de Juan Domingo Perón. Jorge Bergoglio, es uno de los pocos Papas con una mirada geopolítica extraordinaria.
“Al igual que Francisco, quisiera vivir en un país sin pibes en la calle, que no haya gente durmiendo en las puertas de las parroquias, que aquellos que tienen tanto que avergüenza y da dolor se acuerden de los que menos tienen y a su vez estén dispuestos a ganar menos para generar más puestos de empleos”, dice.
IBSN:-¿Por qué dice que no es gratis lo que le pasó en el Sindicato?
OP: Nosotros hemos luchado contra la hegemonía de la comunicación gráfica. Parafraseando a la ex Presidenta Cristina Kirchner que dice “No fue magia”, yo afirmo No fue gratis lo que nos pasó en el sindicato. Creo en el gremio como la organización de carácter permanente, y es el único contrapoder que tiene un gobierno frente al avance del capital.
Es más, en el mundo de la comunicación, el kiosco de diarios es el espacio más plural de todos. Vos no tenes punta de góndolas. Encontras en un mismo espacio desde la publicación de mil tiradas hasta una de 500 mil. Y esa lucha contra la hegemonía de las grandes editoriales no fue gratis.
En la página web del sindicato dice que los principios no se intervienen: ¿Cuáles son los suyos que nunca cedería por presión de algún Gobierno?
Mi pertenencia de clase y mi lucha. Yo no me arrodillo a los poderosos. Soy segunda generación de canillitas y toda mi vida trabajé. Empecé a los 11 años a ayudar en la economía familiar. Mi madre era ama de casa, y en algunas oportunidades, ante la escasez de recursos, salió a trabajar a domicilio.
Vivo en Gonnet y voy al supermercado continuamente porque no tengo nada que esconder. Casi todos los domingos voy a mi lugar de trabajo, que es el puesto de diarios ubicado frente al hospital Gandulfo de Lomas de Zamora.
Aunque no lo acepta a viva voz, la mayor secuela que la intervención judicial dejó en Plaini es la duda sobre su honestidad y el honor. Magullado por los acontecimientos que pasó, recuerda a su madre durante esos días, que con 91 años miraba en la televisión cómo los gendarmes lo retenían en el sindicato.
Los ojos claros del sindicalista ganan lubricación rápidamente y la voz tiembla más de lo habitual al rememorar la escena: “Soy feliz. Pero para alcanzar la plenitud, desearía cerrar mi ciclo con otra década dorada, en la cual reine la Justicia Social y la solidaridad, como la que viví entre 1945 y 1955. Y añoro que a ningún otro dirigente sindical le pase lo que a mí me pasó. (Y da por finalizada la entrevista).
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