Pablo Palacio, Secretario General de la Unión de Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA) estuvo presente en la clausura de las jornadas de análisis y reflexión, que se llevaron a cabo los días miércoles 3 y jueves 4 de mayo, organizadas por el Sindicato de Aceiteros de Bahía Blanca, que llevaron el lema de “Unidad, solidaridad y conciencia de clase”.
En las mismas, se debatieron sobre “la problemática del movimiento obrero, las dificultades por las que atraviesa, cómo posicionarse en la realidad actual y las tácticas que se requieren para enfrentar los desafíos por venir”. Acompañado de compañeros de organizaciones hermanas, el sindicalista formó parte del panel de cierre con un gran discurso donde trató importantes ejes.
Los medios de comunicación
El Secretario General de URGARA hizo un llamado de atención a “no confundir la realidad que relatan los medios hegemónicos, de la realidad concreta y cotidiana que vive en el mundo del trabajo” porque los medios de comunicación “pretenden hacer creer que está bien lo que está mal”. Y fue contundente: “para sus intereses meramente mezquinos y con el único objetivo de seguir acumulando riqueza a cualquier costo, instalan que está bien que la luz y el gas sean caros e impagables para el pueblo, que está bien que no haya sindicatos, que está mal que reclamemos lo justo y que utilicemos la herramienta del paro, en definitiva, que está bien la pobreza mientras ellos sigan concentrando riqueza en pocas manos…”.
También, expresó que “cuando votamos, votamos gerentes y lo que se requiere, son gobernantes con mirada estratégica. No hay que quedarse escuchando lo que dicen los medios. Lo realmente importante, es escuchar con atención la voz de los trabajadores”.
El rol del movimiento sindical
Palacio destacó la importancia del sindicalismo y de seguir luchando por los intereses de trabajadores: “Necesitamos ser fuertes e inteligentes. El sindicalismo, mal que les pese, es el último bastión de defensa, es solidaridad pura, es, por eso, que tanto le molestamos…”, indicó.
Así, sostuvo que “el movimiento nacional es uno solo y con los mismos intereses y que, si realmente queremos defender los intereses nacionales, debemos dejar de hablar de unidad y llevarla a la práctica. Con unidad, lograremos ser parte de las decisiones y no convidados cuando ya fueron tomadas”, y expresó efusivamente: “Si entre los que integramos este panel pudiésemos llevar a cabo acciones en conjunto… ¡Cuán grande sería nuestra fuerza!”, pero indicó que el problema es la falta de acuerdo y la apelación a “soluciones temporarias”.
“¿Imaginan ustedes a la Unión Industrial mostrando fisuras? no, porque sabemos que jamás se permitirían brindar esa imagen pública y, entonces, ¿por qué nos permitimos nosotros mostrar nuestros desacuerdos circunstanciales mostrándonos desunidos y débiles ante la sociedad?”. También dijo que “no está bien lo que estamos haciendo porque si nos amontonamos en vez de juntarnos en la unidad de acción y concepción, va a aparecer el fantasma del sálvese quien pueda”, apuntando una vez más a los medios hegemónicos por la cotidianeidad de “descrédito y desvalorización de la tarea gremial”, continuó.
Finalmente, llamó a un “cambio de mentalidad en el movimiento obrero” para hacerle frente a las problemáticas que toquen atravesar y pidió “dejar de mendigar cargos políticos” para centrarse en lo que le sucede a los trabajadores como “prioridad”.
Pobreza y trabajo: dos problemáticas sin resolver
Al respecto, sostuvo que “para algunos la pobreza es un número, para nosotros una herida” y que “es necesario comprender que Argentina se salva con los trabajadores, con solidaridad en vez de competencia entre hermanos. Hay millones de argentinos que la están pasando muy mal, nosotros no podemos mirar para otro lado…”.
También, Palacio se refirió a la”necesidad de profundizar la capacitación, como una de las herramientas para enfrentar la batalla cultural y comprender cómo funciona y distorsiona, toda la industria cultural, siempre en contra de los trabajadores y, fundamentalmente, de sus organizaciones y dirigentes”.
Finalmente, en lo que respecta a la reducción de la jornada laboral, Palacio sostuvo que no la ve como “paliativo”, sino que analizada sector por sector puede lograr mejorar la calidad de vida de los trabajadores, traducido en más tiempo libre para descanso y recreación en familia: “Es sano y deseable tener un buen trabajo en una empresa y comprometerse en esa tarea, pero, no está bien entregar una gran parte y el centro de nuestra vida a la empresa”, expresó.
Concepto de libertad
“Para todo hoy se nombra a la libertad, inclusive para justificar la aberración de pretender que la educación pública deje de ser obligatoria. Lo que se olvidan, estos profetas de la falsa libertad, es que para ser libre, el hombre debe ser instruido, educado y poder pensar por sí mismo para comprender el mundo en el que le toca vivir. Eso se llama educar para la libertad. Y lo más trascendente es que, es preciso comprender que, en un país si no hay justicia social no hay libertad posible. La libertad se consigue cuando se conquista la justicia social”, concluyó Pablo Palacio.
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