Desde su llegada al Vaticano, Francisco puso al trabajo en el centro de sus mensajes sociales. Con una mirada crítica sobre la economía global, sostiene que no hay justicia sin dignidad laboral.
El Papa Francisco fue el primer papa latinoamericano y, por supuesto, argentino. Su papado comenzó el 13 de marzo de 2013. Desde entonces, se destacó por abrazar la doctrina social de la Iglesia, que busca fundamentalmente la construcción de una sociedad más justa y humana.
Siempre comprometido con la justicia social, tenía una visión integral de lo que esta representa. En noviembre de 2023, durante la Cumbre Mundial del Trabajo de la OIT, pidió mediante un mensaje "no sucumbir a una concepción reduccionista de la justicia social, que se centra exclusivamente en los indicadores económicos y sociales", sino basarse en tres pilares: "dignidad humana", "solidaridad" y "subsidiariedad".
El Papa Francisco siempre mostró su apoyo e interés por la situación del mundo del trabajo en particular, y por las causas sociales en general, enfocados en que la justicia prevalezca sobre la desigualdad y la inequidad de los pueblos. Desde su lugar, instó siempre a que las estructuras económicas y sociales salvaguarden la dignidad de los trabajadores.
"Trabajo quiere decir dignidad. Trabajo quiere decir llevar el pan a casa. Trabajo quiere decir amar". El Papa también ha cuestionado la informalidad y la precariedad laboral, señalando que la visión de la justicia social a menudo puede parecer lejana y "utópica" para aquellos que están soportando las peores desigualdades y explotaciones, "a menudo a merced de intereses económicos o de la explotación indiscriminada". En aquel mensaje a la OIT, se refirió también a los numerosos trabajadores migrantes y refugiados que desempeñan las ocupaciones conocidas como 3D: "Dangerous, dirty and degrading" (peligrosas, sucias y degradantes). Ello un ejemplo de cómo su dignidad humana es "inexorablemente pisoteada". En otra de sus intervenciones sostuvo: "No hay un verdadero desarrollo humano si no se tiene en cuenta la dignidad de la persona y la justicia social."
En una audiencia general, en enero de 2022, se refirió extensamente al mundo del trabajo y las dificultades que atraviesan los trabajadores y los trabajadores desempleados. Sobre estos últimos hizo especial hincapié, afirmando que " se sienten justamente heridos en su dignidad porque no encuentran un trabajo", incluyendo a muchos jóvenes, padres y madres que "viven el drama de no tener un trabajo que les permita vivir serenamente". "Lo que te da dignidad es ganarte el pan, y si no damos a nuestra gente, a nuestros hombres y mujeres, la capacidad de ganarse el pan, esta es una injusticia social en ese lugar, en esa nación, en ese continente". También señaló la responsabilidad de los gobiernos de crear trabajo: "Los gobernantes deben dar a todos la posibilidad de ganarse el pan, ya que esta ganancia les da dignidad. El trabajo es una unción de dignidad, y esto es importante"
En la encíclica Laudato Si', sostuvo que "la economía globalizada ha dejado de lado a las personas más débiles". Entre sus frases más destacadas sobre la economía mundial se encuentran críticas al sistema financiero, señalando que "la economía no puede ser esclava de la especulación financiera" y que "la economía de mercado está creando una cultura de exclusión".
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