Se llamó a un plenario para el próximo 27 de febrero. La convocatoria es amplia y tiene por fin designar las distintas secretarías. En un año electoral, la reunión no pasará inadvertida.
Por: Miguel Apontes.
La CGT Regional convocó para el 27 de febrero a un plenario de secretarios generales en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Notas de prensa reflejaron que en el plenario “se elegirán nuevas autoridades, con dirigentes peronistas que están lejos del Centro Cívico”. En diálogo con La Nueva Mañana, Rubén Urbano, uno de los tres miembros de la comisión normalizadora, lo desmintió. “El plenario no es normalizador, simplemente lo que se hará es ir avanzando, como último pedido a la unidad, en una reunión abierta para todos los sindicatos confederados de la provincia que quieran formar parte de la CGT Regional”, dijo el secretario General de la UOM.
La idea de encasillar políticamente al movimiento obrero es recurrente y no exenta de intencionalidad. Decir, por ejemplo, que los gremios que responden a José Pihen (la llamada CGT Córdoba), adhieren al “schiarettismo”, es por lo menos discutible: es cierto que el líder del SEP es también legislador oficialista, pero un importante grupo de sindicatos (UEPC, Alimentación, Gráficos, Ladrilleros, entre otros), que conforman el Movimiento Político Sindical, abiertamente apoyó al Frente de Todos en la última elección de medio término, y hasta ocupó lugares en la lista.
Por otro lado, que Abel Furlán (el jefe de la UOM nacional) como secretario de Interior haya encarado la “normalización” de la Regional cordobesa, no puede llevar a considerar a todos los sindicatos “cristinistas”, tomando solo el hecho de que la vicepresidenta participó de un acto en noviembre pasado en el predio de los metalúrgicos en Pilar.
Los sindicatos se manejan históricamente de una forma muy particular, las adhesiones no tienen una linealidad.
El año pasado, el Día del Trabajador Martín Llaryora participó de los festejos de AGEC en su camping; también estuvo la senadora Alejandra Vigo. Por estos días, el gobernador Juan Schiaretti se reunió con Armando Cavalieri, el mandamás del Sindicato de Comercio, y la versión más extendida fue que la gestión para el encuentro la hizo Pablo Chacón. En fin…
Urbano se refirió al año electoral y reconoció que en la CGT, “si bien en su gran mayoría los dirigentes somos peronistas, la Regional no debe ser una unidad básica, deben estar todos los trabajadores independientemente de su ideología, más allá de su forma de pensar”. Y agregó: “Obviamente, con el respeto natural a nuestros líderes, el general Perón y la compañera Evita”.
También dijo que la CGT está “con las puertas abiertas” para recibir a los candidatos de cada espacio y escuchar sus plataformas. Aunque reconoció algunos puntos unificadores en cuanto a los límites: “Queremos ver qué quieren hacer con el movimiento obrero y si plantean una reforma laboral, por ejemplo”.
(Gentileza: Foto EnRedacción)
Sumar gremios
Si bien la CGT Regional congregó gremios de peso para erigirse como la representación “del todo”, sus dirigentes son conscientes de que deberán sumar otros que quedaron por ahora, afuera.
En la lista de sindicatos que vienen participando de las reuniones desde la normalización están ATSA (sanidad), Camioneros, UOM (metalúrgicos), AGEC (comercio), Aoita, Obras Sanitarias, Unión de Empleados de la Justicia de la Nación, Sindicato del Vidrio, AMRA (médicos), Luz y Fuerza, Fleteros, Seguro, UPS (personal jerárquico de la Provincia), Apejetap (jerárquicos del transporte), Apops (personal de Anses), Unión Ferroviaria, Satif (trabajadores fideeros), Ceramistas, Sindicato Molinero de Córdoba, SUTERyH (trabajadores de edificios) y Suvico (personal de vigilancia), que manifestó su adhesión aunque sin una participación activa en los encuentros.
La expectativa es sumar otros gremios vinculados a la industria, como Smata o Alimentación, aunque por ahora no se conocen definiciones en estos sindicatos.
La Asociación Bancaria evaluaba por estos días qué posición tomar. “Pensamos que cada gremio debe tener un voto, que no debe ser restrictiva la CGT”, sostienen desde la comisión directiva, y dejaron abierta la puerta a una posible asistencia al plenario del 27.
En el mismo sentido se pronunció Federico Cortelletti, el secretario general de Judiciales (y secretario de Prensa de la CGT Córdoba). Confirmó que el jueves (al cierre de esta edición) los gremios se reunirán en Smata y fijarán una posición, aunque adelantó que la participación estará condicionada a que se “atienda el reclamo de que la convocatoria sea con amplitud, en el sentido de que participen los gremios confederados y los no confederados; y, por supuesto, que cada uno cuente con un voto”.
(Gentileza: Hoy Día Córdoba)
“Tenemos condiciones para integrar listas”
Rubén Urbano insistió con que habrá una sola CGT, la Regional. Y amplió el concepto: “Por lo demás, sería tener otros kioscos, como cuando nosotros no estábamos en la CGT y teníamos un kiosco. La CGT que había formado Pihen no era la CGT Regional, por todo lo mal que hizo y la manera de elegir la conducción”.
LNM. - ¿El plenario del 27 va a ratificar el triunvirato?
R.U. - Más adelante se definirá la conducción definitiva, en este plenario se distribuirán las secretarías a los compañeros que estén dispuestos a aceptarlas. El día de mañana se decidirá si es un secretario, dos o tres, como somos ahora. Dentro del movimiento obrero tenemos dirigentes jóvenes que pueden asumir responsabilidades, si hay vocación y voluntad.
LNM. – Desde la CGT Córdoba objetan que se excluya a gremios no confederados...
R.U. - No es que no le vamos permitir a los gremios no confederados que vayan, siempre han estado con nosotros. Pero por disposición estatutaria, los cargos de conducción corresponden a dirigentes de gremios confederados.
LNM. – Un viejo reclamo del movimiento obrero es por lugares en las listas. ¿Está en agenda?
R.U. - Vamos a conversar sobre la marcha del tema político, porque se vienen las elecciones y queremos que los partidos tengan en cuenta al movimiento obrero, que no pasemos desapercibidos y que empiecen a entender que el movimiento obrero no termina en un gremio como el SEP y un dirigente como Pihen. Acá hay otros dirigentes y organizaciones capaces y con condiciones suficientes como para ocupar cargos importantes en la política.
(Gentileza: Hoy Día Córdoba)
El camino recorrido
En julio del año pasado, la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT), que comparten Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña, intervino la Regional Córdoba. Con fuertes cuestionamientos al secretario general José “Pepe” Pihen, la tarea “normalizadora” fue encomendada a Abel Furlan, el secretario de Interior y titular de la poderosa UOM a nivel nacional.
“Esto no es una intervención, porque el mandato está vencido”, dijo en aquel momento el dirigente nacional.
La crítica más generalizada de parte de los gremios que responden a Pihen fue que se trataba de una intromisión de Buenos Aires y que afectaba la autonomía de la Regional.
“No se entiende cómo se puede criticar el cordobesismo de Schiaretti, que se traduce en desconocer al partido peronista a nivel nacional y al mismo tiempo reivindicar una delegación de la CGT autónoma; porque es eso, es una delegación, así lo dice el estatuto, y como tal debe ajustarse a la conducción nacional”, sostuvo a LNM Hugo Zárate, del sindicato de médicos AMRA.
De todas maneras, y a pesar de la férrea oposición a la intervención de los gremios que responden a Pihen, a la fecha la situación es que la comisión normalizadora, puesta en funciones por el delegado normalizador de la CGT Nacional Horacio Otero, tomó posesión del inmueble de avenida Chacabuco 454. El triunvirato integrado por Rubén Urbano (UOM), Ricardo López (ATSA) y Edgar Luján (Camioneros), reclamó también la “Casa Histórica del Movimiento Obrero”. Sobre este punto, aún no está resuelto quién la administrará. El edificio es emblemático para la CGT, pero es propiedad de la Provincia. Refaccionado y ubicado en un lugar clave del centro de la ciudad, hay firmado a favor de Pihen un “comodato” que, si avanza la “normalización” de la central y es “reconocida” por el Gobierno provincial, seguramente se modificará y se firmará con las nuevas autoridades.
Desde Buenos Aires intimaron a la CGT bajo la conducción de Pihen para que se abstenga de denominarse CGT Regional, utilizar logos y cualquier otra simbología. Los numerosos gremios que confluían allí dispusieron entonces llamarse CGT Córdoba.
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