El camionero se juega todo el 30 y depende de la adhesión del gremio de Roberto Fernández, que espera una oferta de las cámaras. Conciliación hasta el 29.
Por José Maldonado
La Unión Tranviarios Automotor ( UTA) definirá en los próximos días si suma su estratégico poder de fuego al paro de transporte impulsado por Pablo Moyano para el 30. El gremio de Roberto Fernández, clave para el éxito de la protesta, espera un gesto de las cámaras y del Gobierno en su paritaria salarial que puede desinflar la huelga del camionero.
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La UTA fue el único gremio que integra la Mesa Nacional del Transporte que el martes pasado no confirmó su adhesión al paro nacional que convocaron camioneros, ferroviarios y aeronáuticos contra la administración de Javier Milei. El sindicato de colectiveros, en rigor, está limitado para convocar medidas de fuerza por la conciliación obligatoria que dictó el Gobierno en el conflicto salarial con las empresas y que regirá hasta el 29 de octubre.
Las noticias de la paritaria entusiasman a los gremios que apuestan a un paro contundente. En la última reunión, las cámaras de empresas de transporte no llevaron ninguna oferta salarial para destrabar un largo conflicto: el gremio avisó que si no hay mejora van a anunciar medidas de fuerza propia o sumarse a la que convocó Moyano y compañía.
Pablo Moyano, secretario general de la CGT
Paritaria de la Unión Tranviarios Automotor
La UTA reclama una recomposición que lleve el salario básico a $1.322.136 en diciembre, pero las empresas dicen que no están en condiciones de hacer frente a esa demanda. "Si no hay aumento de tarifa, va a ser difícil llegar a un acuerdo, y por el momento no hay señales de eso", dice Luciano Fusaro, titular de la Asociación Argentina de Empresas de Transporte Automotor (AAETA). El rol del Gobierno en la negociación es clave.
En las últimas horas, el gremio difundió un comunicado en el que avisó que el conflicto irá en aumento. "Informamos a nuestros trabajadores, y al público usuario del transporte público de pasajeros, que si bien somos respetuosos de la Conciliación Obligatoria decretada por el Gobierno, seguimos en un estado negacionista de los empresarios. Alertamos que de seguir así las medidas de acción legítima sindical serán la herramienta", expresó el gremio.
El juego de Roberto Fernández
La pulseada salarial y la vigencia de la conciliación obligatoria le permiten al líder de la UTA estirar el misterio sobre si se sumará o no al paro que lleva la firma de Moyano, con quien tiene una rivalidad histórica.
El cacique sindical fue uno de los que integró la delegación de la CGT que se reunió a inicios de la semana pasada con el jefe de Guillermo Francos y Santiago Caputo. Allí, Fernández aceptó sumarse a la mesa de diálogo con empresas y el Gobierno sobre temas vinculados a la reforma laboral. Además, se llevó un compromiso de la Casa Rosada de que intervendrán para facilitar el acuerdo salarial en el sector.
La CGT con Guillermo Francos y Santiago Caputo. El bloque de La Libertad Avanza de Diputados los protege de una reforma sindical.
Por ahora, el chofer en jefe de la UTA se mueve a distancia del paro que lanzaron el martes pasado Moyano, los aeronáuticos Pablo Biró (pilotos) y Juan Pablo Brey (aeronavegantes), y el ferroviario Omar Maturano. Fernández sabe que la UTA es clave para el éxito de la medida de fuerza del transporte. Con colectivos circulando, el paro tendría un impacto limitado. Por eso, espera señales de la Casa Rosada y de las cámaras empresarias que, por ahora, no llegan.
El miércoles 16 habrá una nueva audiencia en la paritaria de los colectiveros, una instancia que será clave para definir la suerte del gran paro de transporte contra Milei.
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