Camioneros logró un aumento salarial del 45%, en tres tramos y con cláusula de revisión en febrero. Los recolectores cordobeses quieren superar el trato y ponen presión al municipio y empresas privadas.
Finalmente, el gremio de Camioneros de Hugo Moyano logró quebrar la referencia nacional para los acuerdos salariales que fijó el Gobierno, en el orden del 35%. Antes, Cristina Fernández y Sergio Massa empujaron el límite para los empleados y legisladores del Congreso y pusieron presión sobre el ministro de Economía, Martín Guzmán, al cerrar un 40%. El “dirigente ejemplar”, tal como se refirió el presidente Alberto Fernández al sindicalista de los bloqueos, pidió 45% y lo logró.
El acuerdo, que será abonado 20% en julio, 12,5% en noviembre y otro 12,5% en marzo, fue considerado por los secretarios general y adjunto del gremio, Hugo y Pablo Moyano, como “muy importante” en el contexto de pandemia y de recesión conocido.
“La ininterrumpida inflación deterioró el salario, por lo que el acuerdo del 45% lo recompuso y, además, constituyó todo un reconocimiento hacia los trabajadores camioneros, que desde el primer momento expusieron sus vidas”, señaló Hugo Moyano.
El acuerdo fue firmado entre el gremio y las compañías agrupadas en las Federaciones Argentina de Entidades de Transporte y Logística (Faetyl) y de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) y la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas (Catac), e incluyó una cláusula de revisión en febrero próximo.
Tras la firma, el extitular de la CGT sostuvo que el convenio salarial complementará “la eliminación de una parte del impuesto a las Ganancias y su devolución en tramos a partir de julio”, y remarcó que esas medidas oficiales reforzarán “los salarios y el poder adquisitivo” del personal.
“Ese reconocimiento también se relacionó con los casos ocurridos en varios puntos del país, en los que en su momento no dejaban ingresar a los camioneros, debían permanecer dentro de sus unidades y no podían siquiera bajar a alimentarse o higienizarse. Todas las ramas del convenio colectivo 40/89 son importantes, pero el transporte de cargas y la recolección de residuos estuvieron más expuestas”, afirmó.
Para Pablo Moyano, se trató de “un acuerdo paritario histórico” porque, entre otras cosas, fue firmado sin tener que recurrir al conflicto gremial y en “un momento económico complejo”, y resaltó “la conciencia empresaria” para poder rubricarlo “con éxito”.
Antes de que se socializara, la noticia llegó a los despachos afectados en la negociación de la Municipalidad de Córdoba y las empresas privadas de la recolección. Este medio había anticipado, apenas se conoció el parámetro ideal de Camioneros, que los aludidos lo habían calificado de irrisorio. Es más, las compañías de recolección mecanizada de la basura habían reconocido que ya el 35% que se fijó como parámetro en un comienzo complicaría los números.
Pero hay un motivo adicional para el Ejecutivo. Un acuerdo en estos términos, o similares, con el Surrbac echaría leña a la interna del Suoem que, con Rubén Daniele a la cabeza, acaba de cerrar un poco más de un 27%.
En el Surrbac, los hijos de Mauricio Saillen, a cargo del sindicato mientras dure el proceso judicial de su padre, reconocieron que el acuerdo de Camioneros fijaría el piso de la negociación para los recolectores. Se sabe que el jefe del clan hizo de este diferencial su mayor capital para diferenciarse con quien fuera su mentor, Hugo Moyano, apenas se oficializó la ruptura y el inicio de la guerra que lleva décadas.
El Surrbac logró una relación cooperativa con Llaryora, primero, por necesidad. Cabe recordar que Saillen padre fue removido de la conducción al ser procesado por varios delitos federales y el sindicato intervenido. Su situación se prolongó en el tiempo y sus hijos, Juan y Franco, encontraron en el diálogo directo con el Ejecutivo municipal una herramienta clave para contener recortes como los que recayeron sobre el Suoem y la posibilidad de conseguir otros beneficios para sus afiliados, ante la imposibilidad de utilizar los aportes de las cuotas sindicales.
Pero la negociación salarial es un tema más complejo y que suscita la atención de todos. Y si bien no será la primera que negocian solos, llega en un momento de debilidad económica general y trastocará los planes salariales del intendente Llaryora.
Este medio pudo saber de fuentes oficiales que el pedido de reapertura de la paritaria local aún no fue hecho por los dirigentes del Surrbac, pero en breve comenzará una pulseada en la que se verá si los herederos pueden mantener el principal logro de su padre y vigente la disputa política con Camioneros.
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