La oposición a la conducción de FAUPPA reclamaban $60.000 de básico para no quedar debajo de los $56.459, que el Indec informó que se necesitan para no ser pobre. Muy lejos de los $40.000 de bolsillo que los trabajadores recién cobrarán a partir de junio. «Es vergonzoso», dispararon.
Por: Matías Tagliani.
Después de una extensísima reunión vía zoom, el Ministerio de Trabajo, Federación Argentina Unión Personal Panaderías y Afines (FAUPPA) y las cámaras del sector cerraron un acuerdo paritario para el “período 2020-2021”. Concretamente, convinieron que al 28% ya otorgado por 2020, se le agregan $2.000, no remunerativos, para abril y en mayo “por excepción” y se otorgará un 11% remunerativo para el presente año.
Apenas se conocieron estos números, sectores opositores a la actual conducción provisoria (tras el fallecimiento de Abel Frutos, una dividida Comisión Directiva quedó a cargo hasta que haya elecciones) estallaron de bronca. “La verdad es que es un acuerdo vergonzoso, cerraron dos pesos para todos los trabajadores. Pero las patronales avanzan teniendo en cuenta que adelante no hay una representación sindical que en forma legítima y con convicción defienda los intereses de los trabajadores”, disparó Gabriel Ruiz, secretario general del Sindicato de Panaderos de Lanús.
«Hoy, el salario de obrero panadero es de 37 mil pesos más 2000 pesos de incremento no remunerativo, si le sumamos el 11% que se cobrará en el mes de junio, el trabajador no superará los 40 mil pesos de bolsillo”, advirtió Ruiz.
Una paritaria por debajo de la línea de pobreza
La cifra es más que alarmante si se tiene en cuenta que una familia necesita para vivir -según informó el Indec en enero- $56.459 para no ser pobre. Es decir, el monto acordado está muy lejos de los $60.000 de básico que venían reclamando la mayoría de las filiales de la federación.
En ese sentido, el titular de la seccional Lanús, responsabilizó con nombre y apellido a los integrantes de la cúpula de FAUPPA, comandada provisoriamente por Gastón Frutos (secretario de Finanzas de la federación e hijo del fallecido líder), Miguel Ángel Rodríguez y Rubén Aguiar “de firmar a la baja un convenio marco que sigue perjudicando el poder adquisitivo de todos los panaderos del país”.
«Ni Frutos ni Aguiar son panaderos, tienen un profundo desconocimiento de la actividad, y por eso no se animan a convocar a un plenario nacional de secretarios generales para explicar el lamentable acuerdo que firmaron», fustigó Ruiz.
«Esta ridícula paritaria, no solo sigue precarizando a los panaderos, sino que los condena a la pobreza extrema», continuó el dirigente con su andanada de críticas.
Y advirtió que las filiales analizan llevar adelante medidas de fuerza en rechazo a lo firmado: «Los trabajadores del sector panaderil, estamos listos para la movilización, la lucha por nuestros salarios, por el cambio de la dirigencia de la federación».
El trasfondo: la pelea por el control del gremio
Tras la muerte del secretario general de panaderos, Abel Frutos, en el gremio se abrió un fuerte debate respecto a quién será su sucesor. Su hijo, Gastón Frutos, y su custodio, Rubén “turco” Aguilar, reclaman la conducción como en una suerte de dinastía.
En la vereda de enfrente, el secretario general del sindicato en Lanús, Gabriel Ruiz, denunció esta situación, y es parte de una dura interna que este acuerdo aceleró.
La interna se calentó cuando la Justicia le dio lugar a la demanda que Ruiz presentó contra Gastón Frutos y otros miembros de la Comisión Directiva penal sobre “manejos irregulares de fondos” del sindicato y la obra social y “distintos delitos de acción pública”.
La respuesta de la cúpula de FAUPPA fue declarar “enemigo interno que pretende dividir a nuestra organización gremial” a Ruiz e intentar sancionarlo y destituirlo. Por eso, habían pedido a los secretarios generales de todo el país que se sancione a Ruiz “tomando las medidas estatutarias que correspondan” y que se “aplique la máxima pena”.
Pero tal cosa no sucedió porque Ruiz logró el apoyo de secretarios generales de todo del país.
Tras el incidente, la réplica de la Agrupación 16 de Septiembre, que adhiere al dirigente de Lanús, había sido fulminante: “Los trabajadores panaderos no nos dejamos engañar por un puñado de burócratas que creen que la conducción de éste gremio es hereditaria; para ellos la unidad es en beneficio propio y les interesa bastante poco los trabajadores”.
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