Hace pocas semanas, el sector de Ángel García y la cámara empresarial han firmado una nueva paritaria para los vigiladores que elevaría a principios de abril el salario de bolsillo a $157.000. Lamentablemente, los números del INDEC de los últimos días indicaron que, si ese hubiera sido el salario del mes pasado, los trabajadores de seguridad hubiesen estado $20.000 por debajo de la línea de la pobreza. Al actual ritmo inflacionario, cuando los vigiladores logren percibir la suma acordada en la ultima paritaria, la brecha con la canasta básica rondará los $40.000, ya que según las proyecciones que arrojan una inflación del 6% mensual, la canasta básica para abril será de $198.000.

Pero aquí no terminan los problemas para el rubro de la seguridad. Según fuentes cercanas al Ministerio de Trabajo, habría una serie de problemas técnicos en cuanto a la homologación del acuerdo UPSRA-CAESI, similar a lo ocurrido en la paritaria anterior donde el Ministerio que encabeza Kelly Olmos retrasó hasta ultimo momento la correspondiente homologación. Las razones serian que Ángel García anda flojito de papeles, circunstancia que expone al gremio de los vigiladores al borde de la intervención estatal. Según se confirmó, García adeuda 10 años de memoria y balance, y tampoco se presenta a las audiencias con CAESI y la cartera laboral. En su lugar, el octogenario dirigente delega la negociación de los aumentos y posterior firma a su mujer, Celestina Ferrara, quien no es parte de la Comisión Directiva del gremio, pero actúa como apoderada junto con otros abogados, los cuales insertan la firma digital de García en los documentos acordados con la cámara patronal.

Consultados al respecto, desde la oposición a Ángel García encabezada por el llamado Bloque Nacional de Seguridad Privada y que lideran el moyanista Christian López y el barrionuevista Leónidas Requelme, explicaron que la situación es bastante compleja. Así lo manifestaron desde el área de Prensa y Comunicación del armado gremial, donde dejaron entrever un gran malestar de algunos sectores de la cámara empresarial quienes ven con  preocupación la desaparición virtual de García y los métodos de Ferrara y sus abogados: “hay rumores de que los empresarios se ven condicionados a firmar acuerdos con gente que hablan en nombre de García, pero García no aparece. Eso estaría generando cierto malestar en algunos sectores de CAESI ya que podría objetarse la legalidad de lo firmado, y de hecho es lo que está ocurriendo ahora en el Ministerio. Los empresarios necesitan que se homologue la paritaria para trasladarle los costos a sus clientes, y esta incertidumbre con una UPSRA prácticamente acéfala pone en serio riesgo sus unidades de negocios”, explicaron. “Desde el Bloque Nacional venimos reclamando hace tiempo un sector empresarial responsable, pero la realidad es que mientras continúe la actual dirigencia firmando las paritarias de los trabajadores de seguridad privada, es imposible tener previsibilidad y ordenar a la actividad. Son todos unos cachivaches que ni siquiera tienen un equipo técnico a la hora de negociar una paritaria, como ocurre con cualquier gremio serio”, expresaron.

A pesar de estas explicaciones que rozan ciertos tecnicismos, lo que más preocupa al armado de Requelme y López es la situación de los trabajadores: “Todo tiene que ver con todo, pero lo que hoy nos inquieta de forma primordial es la situación de 280.000 trabajadores que están sumidos en la pobreza gracias a extrañas complicidades de algunas dependencias ministeriales y las indefiniciones judiciales que siguen bancando a un dirigente con menos papeles que auto de gitano”, denunciaron. “Queremos llevar tranquilidad a todas y todos los trabajadores: desde el Bloque Nacional presionaremos gremial y políticamente para que la paritaria firmada se homologue sea como sea, y confiamos que este año será determinante para que el Bloque Nacional sea la nueva conducción de la U.P.S.R.A, y así comenzar a construir la dignidad de todos los compañeros de seguridad”, anunciaron.