MARIANO BELDYK

El Gobierno nacional confirmó que buscan techar las paritarias 2023 en torno al 60%, luego de un año de inflación cercana a los tres dígitos en los que las negociaciones salariales buscaron cruzar ese umbral en sus revisiones de fin de año. No obstante, ese porcentaje divide al mundo gremial entre quienes se alinean con la pauta que sugieren desde el Ejecutivo, los que la rechazan y quienes todavía guardan prudente silencio, condicionándolo a la evolución del índice inflacionario acorde a los próximos meses de verano.

"No es un acuerdo (ya cerrado), es una política que propiciamos", explicó la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, al ser consultada en una entrevista en la AM 530 acerca de las conversaciones que mantuvieron funcionarios del Gobierno nacional con representantes gremiales en base a la perspectiva paritaria de este año y de cara a los acuerdos ‘testigos' que arrancan este mes.

La estrategia de tabicar la inflación a través de acuerdos de precios con las empresas para preservar el dígito del 4% durante el verano y lograr llegar al 3% a partir del segundo trimestre de 2023 tiene su correlato en las discusiones salariales, entienden desde el Gobierno. De ahí que circuló el porcentaje del 60% en línea con la inflación proyectada por la Casa Rosada en su Presupuesto 2023. En Trabajo, piensan en paritarias semestrales.

"Del mismo modo que el año pasado, ante la explosión inflacionaria, el Gobierno impulsó la reapertura y revisión de las paritarias para evitar que hubiera una pérdida significativa del poder adquisitivo de los salarios, ahora conversamos con distintos actores sobre la necesidad de converger hacia una desaceleración de la nominalidad", indicó Olmos.

Consultada respecto al apoyo en el sector gremial, Olmos aseguró que "en general la CGT apoya esto porque hay una conciencia que la inflación afecta a los trabajadores". "Converger al nivel pautado de inflación, más algún punto de recuperación y sumando a eso la reducción de la inflación también implica una  recuperación del poder adquisitivo", añadió la ministra. Sin embargo, el consenso sindical se limitaría a un espectro de ese universo.

QUÉ PIENSAN LOS GREMIOS DEL 60%

Acorde a la información publicada por el diario Clarín y el portal Infobae, el objetivo del Ministerio de Economía, a cargo de Sergio Massa, es que los acuerdos paritarios 2023 se ajusten al 60% proyectado de inflación y se cierren en dos tramos de 30% cada uno. Vale aclarar que no todos los años paritarios coinciden con el calendario con lo cual la apuesta se centra, sobre todo, en fijar una tendencia a través de los gremios más grandes que en algún momento funcionaron como "testigos" en las rondas.

En este sentido, enero es un mes que tiene por delante la reapertura de varias negociaciones salariales empezando por el gremio con más afiliados del país, la Federación de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), liderada por Armando Cavalieri, pendiente de revisar su acuerdo de agosto de 2022, y cuyo año paritario corre de abril a mayo del año siguiente. Al momento, acumulan un 59,5% desde abril de 2022.

Los bancarios también tienen por delante, desde la próxima semana, la negociación del último tramo del año paritario hasta marzo: a septiembre pasado, cerraron un 94,1% anual más un bono de $185.000. Y otra paritaria pendiente es la de los empleados y empleadas estatales nacionales de UPCN y ATE que negociaron adelantar cuotas y el pago en diciembre de un bono de $ 30.000. Su calendario va de junio a mayo.

También se menciona a la Unión Tranviarios Automotor (UTA), la Asociación Obrera Textil (AOT), la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) y hasta la Federación de Sanidad, que dirige otro triunviro de la CGT, Héctor Daer, como gremios con los que se estaría negociando o se podría acordar ese corset del 60%.

En el sector bancario, por caso, cayó mal no solo que trascendiera el número, sino que, aseguran, el propio Sergio Palazzo ya lo había negado. "Alguien clavó ese número", comentó a El Cronista alguien de su entorno y remarcó que el titular del gremio no anticipa porcentajes antes de negociar porque también pone sobre la mesa otras cuestiones. Y eso pese al buen vínculo con Massa.

En el Frente Sindical que conduce el triunviro de la CGT Pablo Moyano, aliados a la Corriente Federal de Palazzo, las reacciones se reparten entre el silencio y el rechazo. Un dirigente consultado por este medio condicionó el plan del 60% a la evolución del índice inflacionario. "El grueso de las paritarias se discuten a partir de marzo, si llegamos a ese mes con inflación mensual de alrededor del 4%, el escenario será favorable a acuerdos en torno al 60%", describió.

Así y todo, enfatizó que cualquier entendimiento -a imagen de lo sucedido en 2022- deberá incluir "siempre cláusulas de revisión, única salvaguarda que tenemos para preservar el poder adquisitivo de los salarios". Aunque no descarta que haya habido algún diálogo informal con dirigentes de la CGT, "como principio y por experiencia defendemos paritarias libres, sin topes sugeridos por el gobierno".

"Estamos convencidos que el salario no genera inflación y que se debe actuar con más firmeza ante los formadores de precios, sectores que mantienen prácticas monopólicas y oligopólicas, fundamentalmente en el precio de los insumos difundidos", dijo a El Cronista.

En ese punto coinciden con la CTA de los Argentinos y Argentinas quienes aseveran que nadie les habló del Gobierno para discutir esa pauta del 60% a nivel de su central sindical. Así y todo, la ven "difícil". Al igual que en el espacio moyanista, con quienes comparten reuniones para unificar posturas de cara a un año electoral, no ven el 60% como un horizonte posible "salvo que se incorpore cláusula de revisión como reaseguro". Hasta ayer, tampoco tenían por delante cita alguna con Massa u Olmos.

De igual modo opinan en la CTA Autónoma. Esta semana, su principal referente, Hugo ‘Cachorro' Godoy, sigue de vacaciones pero desde su círculo ya anticiparon que no están de acuerdo con convalidar un corset anticipado del 60% para el año paritario.