Con esos dos sectores, otros 500.000 trabajadores habrán definido sus aumentos. La central de Caló busca ahora mejoras en Ganancias, salario mínimo y asignaciones
Con la definición de dos nuevas paritarias que involucran a medio millón de trabajadores, el Gobierno dará hoy un nuevo paso en su estrategia de encorsetar los aumentos salariales en un tope cercano al 24%.
Después de anunciar la semana pasada los acuerdos de siete actividades claves que suscribieron ese nivel de incrementos, el Ministerio de Trabajo prepara para hoy una puesta en escena similar con la presencia de la presidenta Cristina Fernández para oficializar los convenios alcanzados en la construcción y el transporte ferroviario. En este último caso, el anuncio apuntará a enmendar el error del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que el miércoles pasado había dado por firmada la paritaria ferroviaria una suba de 23%, información que luego fue desmentida por los gremios de la actividad, que afirmaron que aún no estaba resuelta la negociación por el aumento en la actividad.
La paritaria de la construcción cerrará con un incremento del 24% en dos tramos (18% desde mayo y el 6% restante desde septiembre) más el pago de dos sumas fijas no remunerativas, con lo que redondeará una mejora del 24,8%, según los cálculos del gremio de la Uocra, que lidera Gerardo Martínez. En el convenio de ferroviarios la negociación está encaminada a un aumento de 23% en una sola cuota, en la misma proporción de las subas en el resto de las actividades del transporte de pasajeros, aunque hasta ayer no estaba resuelta la forma en que se abonará el retroactivo del aumento correspondiente a los meses de marzo, abril y mayo.
En paralelo al interés de la Casa Rosada por la definición de los aumentos, la conducción de la CGT oficial, que comanda el metalúrgico Antonio Caló, también se entusiasma con la dinámica que el Gobierno le imprimió en las últimas semanas a la negociación salarial. Ocurre que la cúpula cegetista espera que se defina la mayor cantidad de paritarias para apurar la negociación con el Ejecutivo para que se exceptúe el medio aguinaldo de julio del pago del impuesto a las Ganancias, tal como ocurrió en diciembre pasado.
“Es un tema que informalmente está conversado con el Gobierno y es muy probable que haya un anuncio próximamente”, indicó a El Cronista un referente de la central de Caló.
Justamente ese tema y el análisis de la marcha de las discusiones salariales serán los ejes de un encuentro que la denominada “mesa chica” cegetista prepara para esta semana. Allí se hará un repaso de los convenios salariales ya firmados y de los que se prevé se definan en las próximas semanas (industria de la alimentación, textiles y sanidad, entre otros).
Según anticiparon fuentes sindicales, también serán parte de la agenda de esa charla la renovación de los planteos de la entidad por la universalización y suba de las asignaciones familiares y la futura convocatoria al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que el Gobierno definirá tras el cierre de la ronda de paritarias.
Nuevos convenios
Los acuerdos anunciados la semana por el Ejecutivo abarcaron a la industria metalúrgica; comercio; bancos; estatales nacionales; encargados de edificios, trabajadores de Aysa y la industria de la carne, que en conjunto representan a más de 2 millones de trabajadores, es decir casi la mitad de los asalariados bajo convenio.
Con los acuerdos de construcción y ferroviarios, se sumarán otro medio millón de trabajadores. Desde los gremios ferroviarios explicaron anoche a este diario que “está acordado de palabra” un aumento de 23% en un tramo más la suba del adicional por viáticos y que restaba definir la forma de pago del retroactivo. “Estamos esperando eso, pero si nos llaman mañana (por hoy) para definir ese tema estaríamos en condiciones de firmar el acuerdo”, indicó un dirigente del sector.
Por otra parte, en las últimas horas trascendió un nuevo acuerdo alcanzado por el gremio de Luz y Fuerza con las distribuidoras eléctricas Edenor, Edesur y Edelap que, adicionalmente a la paritaria sectorial que fijó una suba de 31,6% por 18 meses, redujo de 8 a 7 horas la jornada laboral de la actividad y estipuló en 3 horas el límite de horas extras que puede cumplir diariamente cada trabajador, lo que representa una mejora salarial indirecta del 14%.
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