Las negociaciones por subas de salarios se acortaron y son por trimestre; no tuvo efecto el intento del ministro de moderar los aumentos en línea con el 60% que previó en el Presupuesto; el FMI exigió “contener el crecimiento de la masa salarial”
Nicolás Balinotti
El descontrol inflacionario se refleja en las paritarias. La dinámica de los precios arrasó con cualquier previsión y las negociaciones salariales se encaminan otra vez hacia acuerdos por encima del 100 por ciento anual. Hasta amenazan con duplicar la proyección del 60% que se trazó en el Presupuesto elaborado por el Ministerio de Economía y sancionado por el Congreso. Cruzó ya ese umbral la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc), que selló con el sector mutualista una suba de 119,8% por todo 2023.
Sergio Massa no falló solo en sus cálculos sino también en los mecanismos. Su intención de moderar las paritarias en torno al 60% anual, con aumentos de 30% por semestre, se desvaneció antes de que el calendario llegue a marzo. Solo lo logró aplicar con Roberto Fernández, jefe de la UTA, un aliado que unos meses después se le rebeló presionado por el descontento de las bases ante la caída del poder real de los sueldos y activó un paro de colectivos que complicó la normal circulación, sobre todo en Buenos Aires. Massa había intentado antes convencer con un trato similar al bancario Sergio Palazzo, pero tampoco tuvo éxito. Los bancarios ya cerraron subas de 66% por el semestre y están próximos a abrir una nueva negociación. La dinámica de la paritaria permanente.
El nuevo mazazo a los planes de Massa en lo relativo a las paritarias lo dio hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en el marco del nuevo acuerdo técnico, exigió un mayor ajuste para el segundo semestre y pidió “contener el crecimiento de la masa salarial”. Este requerimiento del organismo internacional anticipa un choque con UPCN y ATE, los dos principales gremios del Estado que reclaman un incremento salarial por encima de las mediciones oficiales de inflación y la incorporación a planta permanente de 30.000 contratados antes del cambio de gestión.
Históricamente, las paritarias fueron anuales para dar una señal de previsibilidad. Ahora se pactan por plazos no mayores a los tres meses. Surge otra novedad en medio del volátil mapa salarial: no refleja patrones comunes. Es algo inédito, según expertos, gremialistas y empresarios consultados por LA NACION.
“La existencia de una pauta de referencia ayuda a los sectores de menor capacidad de negociación. Hoy la pauta de referencia no existe y la mayoría de los gremios negocia de manera individual, sector por sector”, argumenta Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma. Campos, un abogado especialista en el estudio del mercado laboral, advierte que el acortamiento de los plazos de negociación es una consecuencia de los desequilibrios macroeconómicos. “Es un problema para todos. Para los trabajadores negociar en cortos plazos es una estrategia de defensa, pero que no sirve para ganar sino solo para cubrirte de la inflación, que no se sabe de cuánto será al mes siguiente”, añade el especialista, que en un mensaje de twitter comparó la caída actual del poder adquisitivo con la de otros años electorales.
La actualización de las paritarias que se negociaron esta semana refuerza la teoría de que Massa no logró domar nunca la inflación desde su llegada al Palacio de Hacienda. El Sindicato de Empleados de Comercio y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que habían pactado aumentos por 19,5% y 18,8% por un trimestre, renegociaron ahora con subas de 27% y 42,6% respectivamente para julio, agosto y septiembre. Del acta acuerdo que selló la UOM surge otra sorpresa: se incorporó una cláusula gatillo para el último trimestre del año, que estará surcado por la definición electoral. Los metalúrgicos acordaron un aumento “provisorio” del 7% mensual para octubre, noviembre y diciembre, que se ajusta en función de la evolución del Índice de Precios al Consumidor de cada mes. Es decir que la UOM, uno de los gremios más alineados con el kirchnerismo, no imagina un freno de la inflación.
Un relevamiento elaborado por el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma en base a 25 actividades públicas y privadas refleja grandes diferencias en el rompecabezas paritario. Por ejemplo, el sindicato de los químicos logró un aumento salarial de 85,9% entre diciembre de 2022 y julio de 2023, pero en ese mismo período el gremio que reúne al personal de las estaciones de servicio obtuvo apenas un 47%. Las diferencias se explican por la volatilidad inflacionaria al momento de la negociación. El Sindicato de Camioneros, que lidera Hugo Moyano, es probable que adelante para agosto la reapertura de la paritaria que debería hacerse en octubre.
El Ministerio de Trabajo habilitó sin poner obstáculos todas las renegociaciones salariales. La ministra Raquel “Kelly” Olmos distinguió recientemente como un logro que se homologuen 100 acuerdos paritarios por semana. La cifra demuestra la constante carrera de los salarios para alcanzar los precios. Es algo también inédito.
De campaña por La Rioja, Massa prometió “ser el presidente que derrote la inflación”. Y también se refirió a las paritarias: “Voy a defender el salario y el trabajo. Lo que está por venir es mucho mejor. Terminemos de enfrentar las crisis para entrar en la Argentina de la prosperidad”. Cuando Massa llegó al Palacio de Hacienda, en agosto de 2022, la inflación acumulaba un 71% interanual. Hoy, alcanzó un 115,6% en 12 meses.
En este contexto, a pesar de la inflación de tres dígitos, la CGT se alineó casi a pleno detrás de la candidatura de Massa y prepara un acto con movilización para el 8 de agosto, cinco días antes de las elecciones primarias que comenzarán a diseñar el nuevo mapa político del país. Además, desde ayer, la central obrera peronista lanzó el primero de una serie de cinco spots en apoyo al candidato de Unión por la Patria. El spot cegetista, que dura 38 segundos, comienza con la leyenda “Argentina va para adelante” y luego se comparan cifras del empleo formal privado del gobierno de Mauricio Macri y las registradas en la gestión de Alberto Fernández: en el primer caso, según se afirma en el video, “se perdieron 226 mil puestos de trabajo” y en el segundo “se crearon 339 mil”. El mensaje cegetista omite cualquier referencia a la inflación.
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