El gremio cerró una suba para trabajadores de clínicas y sanatorios, que coincide con el incremento anunciado para la salud privada.
Esta semana, el gremio de la Sanidad anunció un acuerdo para subir los salarios del sector clínicas y sanatorios, una mejora que alcanza el 59 por ciento en cinco tramos. Los primeros dos pagos con mejora coinciden con el incremento con las cuotas de las prepagas, lo que deja ver un nuevo modelo de negociación, que integra a los trabajadores, prestadores y los establecimientos del sector.
Así lo confirmaron distintos actores del rubro, que remarcaron que la idea es «sostener el sistema», golpeado por los efectos de la pandemia.
El gobierno nacional no sólo apadrinó esta propuesta, sino que la plasmó en la negociación con las empresas en la previa a la paritaria, creando un sistema para conocer la estructura de costos que permitan justificar los futuros pedidos de aumento.
Según informó la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA), esta semana se logró un acuerdo para la paritaria 2022, con una suba global del 59 por ciento, para los empleados alcanzados por el convenio 122/75, que comprende al personal técnico, administrativo y de maestranza de clínicas, sanatorios, institutos con internación, establecimientos geriátricos y sanatorios de neuropsiquiatría.
El convenio contempla subas del 11 por ciento en mayo y en junio, 19 por ciento en agosto, 9 por ciento en noviembre y otro 9 por ciento en diciembre, con revisión en octubre y febrero próximos.
Además, habrá dos revisiones para conocer el impacto de la inflación, que se espera que para este año supere la barrera del 60 por ciento interanual, lo que genera alarma en los gremios.
La suba del personal sanitario coincide con la suba que se autorizó días atrás con las empresas de medicina prepaga, que lograron que la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) diera el visto bueno para un aumento de las cuotas, que coincide con el primer tramo de la paritaria firmada por la FATSA.
Es que la salud privada anunció que se acordó un incremento de cuotas del 22 por ciento, en tres tramos: a partir del 1° de mayo será del 8 por ciento; mientras que desde el 1° de junio se le sumará otro 10 por ciento y a partir del 1° de julio, un 4 por ciento.
«Hay un acuerdo tácito para atar ambas negociaciones, la de prepagas y nuestra paritaria», le dijo a Gestión Sindical un dirigente de la Sanidad, respecto a esta coincidencia.
Ya el año pasado, en plena pandemia, cuando los prestadores se negaban a subir salarios, se habilitó una suba a partir de este esquema, que ahora queda establecido, no formalmente pero sí de manera informal.
Nuevo esquema
La sintonía de las negociaciones fue una jugada del Gobierno para intentar evitar un conflicto en un sector sensible como el de la salud. Por eso, cuando se autorizó la suba de las cuotas se lo condicionó a que prestadores firmaran la paritaria.
De esta forma, prepagas debieron aumentar el arancel para clínicas y sanatorios, que a la vez firmaron la paritaria para sus trabajadores.
«La idea es lograr un mecanismo que permita negociar en conjunto, y evitar los saltos que pongan en peligro la sostenibilidad del sistema», le dijo por su parte un referente del sector salud privada a Gestión Sindical. Si bien las partes se mostraron conformes con la modalidad, advirtieron que necesita «un monitoreo permanente».
Para ese monitoreo, desde el Gobierno adelantaron que crearán un instrumento de control de la suba de los gastos y los insumos del sector, que se ven golpeados por las importaciones y los problemas de abastecimiento de dólares.
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En ese sentido, en la resolución que autoriza la suba de la salud privada, la Superintendencia explicitó la creación del llamado Índice de Costos de Salud, que tendrá como misión seguir «la evolución de los rubros de recursos humanos, medicamentos, insumos médicos, otros insumos y gastos generales que resulten significativos para el sector, dentro del plazo de 30 días».
Dicho índice deberá ser calculado bimestralmente, «al último día de los meses de enero, marzo, mayo, julio, septiembre y noviembre, y publicado por la Superintendencia de Servicios de Salud».
A partir de la variación de ese índice, la resolución autoriza a otorgar «incrementos bimestrales en el valor de las cuotas de las Entidades de Medicina Prepaga inscriptas en el Registro Nacional de Entidades de Medicina Prepaga (RNEMP)».
Esas subas «tendrán como límite máximo la variación del Índice de Costos de Salud definido en el artículo precedente». En este sentido, se puede esperar que las cuotas se suban cada dos meses, en los primeros tramos con coincidencia con la paritaria de Sanidad, y luego que ambos indicadores se manejen en tándem.
Otros aumentos
En tanto, la suba de la FATSA, que conducen Carlos West Ocampo y el cotitular de la CGT Héctor Daer, selló un porcentaje similar a otros gremios, como bancarios o comercio, en el marco de la renegociación que se vienen dando en el sector, en otros sectores de la Sanidad.
De hecho, en el rubro laboratorios, farmacéuticas y veterinarias se inauguró un nuevo sistema de acuerdos, con dos revisiones.
Si bien todavía falta cerrar los trámites frente a la autoridad competente, fuentes gremiales adelantaron que se acordó para el rubro de la industria farmacéutica una mejora del 45 por ciento en tres tramos: 20 por ciento en abril, 5 por ciento en mayo y 20 por ciento en julio.
El arreglo tendrá vigencia anual desde el 01 de abril de este año hasta el 31 de marzo de 2023 pero contempla dos revisiones, una en septiembre y otra en enero. También registrarán aumentos en el bono vacacional, el comedor, la sala maternal y el bono por el Día de la Sanidad.
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