El paro impulsado por el gremio de Camioneros y las dos CTA se sintió en Mar del Plata, si bien muchos comercios abrieron sus puertas fundamentalmente por la no adhesión de la UTA, el parate se observó en el abastecimiento de combustibles y de cajeros automáticos. Correos. Alimentos y Casinos, entre otros.
En Mar del Plata, a pesar del pedido de la Municipalidad que no se sacaran los residuos a la calle, apareció cubierta por bolsas de basura , en especial en la zona céntrica, donde los encargados de edificios desoyendo los anuncios, les importó poco y nada amontonar basuras en las esquinas.
Por otra parte dirigentes del gremio que en Mar del Plata conduce Eva Moyano, acamparon en los ingresos a la ciudad por las Autovías 2 y 226, como así también en la Ruta 11, donde invitaban a los camioneros que acertaban a transitar por algunos de esos caminos.
Fue en este marco que frente a la Fuerza Aerea se podían observar una treintena de camiones estacionados sobre la banquina, hasta tanto se extendiera la medida de fuerza.
Hubo otros, como el camión hormigonero de una empresa constructora descargaba material en Independencia y 11 de Setiembre, inclusive con personal de Transito desviaba el tránsito del lugar, que trabajaron con normalidad.
Por otra parte en las escuelas el paro fue casi total. La adhesión de los docentes de CTERA en reclamo por la situación económica nacional y por una mejora en la paritaria salarial, hizo que los maestros se sumaran masivamente al reclamo. También estuvo restringida la atención en guardias, tribunales .
En cuanto a las peticiones más fuertes de los camioneros es un aumento salarial del 27 %, muy lejos de esa meta de inflación del 15 % que había fijado el Gobierno para este año, pero que recientemente el Banco Central admitió que no podría cumplir por la fuerte devaluación que sufrió el peso argentino en los últimos meses.
Además de negociaciones salariales justas y sueldos más elevados, acordes a los aumentos de precios, los sindicatos se movilizaron contra la subida de tarifas de los servicios públicos, los despidos y el préstamo de 50.000 millones de dólares que el FMI otorgó al país austral y que contempla medidas de ajuste fiscal.
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