La primera gran huelga que se le hizo al kirchnerismo tuvo amplia adhesión. No funcionaron los bancos, los trenes, las escuelas, los hospitales ni la administración pública y hubo más de 300 cortes.
A pesar de los intentos de opacar la jornada realizados por funcionarios kirchneristas y hasta por la propia presidenta Cristina Kirchner, no pudieron tapar una realidad marcada por calles vacías, servicios paralizados y cientos de piquetes.
La medida impulsada por la CGT que conduce Hugo Moyano, la CTA que encabeza Pablo Micheli y a la que adhirió también la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, demostró el descontento existente con el Gobierno y volvió a exponer públicamente los reclamos más urgentes, que tienen que ver con la elevación del mínimo no imponible de Ganancias, eliminación de los topes a las asignaciones familiares, salario mínimo vital y móvil de 5.000 pesos, fin de la tercerización y la precarización laboral, repudio a la nueva ley de ART, entre otros reclamos.
Alcances de la protesta
En la provincia de Buenos Aires la huelga afectó de forma total a los bancos (situación que se replicó en todo el país), la recolección de residuos, el correo, el Poder Judicial y tuvo también una importante adhesión de trabajadores de estaciones de servicio, de la administración pública, las escuelas y los hospitales.
Además, la protesta tuvo alcances inesperados: el lunes, sólo los trabajadores de una línea de trenes había confirmado su adhesión al paro (el ramal Sarmiento) y nada más se había plegado de forma total el gremio de señaleros (no así el sindicato de maquinistas La Fraternidad y la Unión Ferroviaria); sin embargo, también estuvieron paradas completamente las líneas Roca (sistemas eléctrico y diesel), Mitre (en sus tres ramales), Urquiza y Belgrano Sur. La estación de trenes de La Plata permaneció cerrada durante todo el día.
En la ciudad también fue casi imposible cargar nafta. Además, las empresas de micros de media distancia que circulan entre La Plata y Buenos Aires suspendieron ayer por la mañana sus recorridos porque, según denunciaron los choferes, recibieron ataques en sus unidades a la altura de Villa Elisa y el peaje de Hudson. En la guardería de la Universidad, los trabajadores pusieron carteles apoyando la medida, a pesar de no poder realizar paro porque sus gremios (Adulp y Atulp) no adhería a la protesta, al estar alineado a la CTA K de Hugo Yasky.
Cortes de accesos
Por otro lado, alrededor de 500 trabajadores de diferentes gremios, organizaciones políticas y sociales cortaron el acceso a la autopista entre las 8 y las 12. Los bloqueos se repitieron a su vez en todas las vías de entrada y salida a la Capital Federal. En ese marco se produjeron cortes como el que protagonizaron los trabajadores del rubro alimentos en la Panamericana, también en el puente Pueyrredón, en La Matanza y en el Acceso Oeste.
A nivel nacional también se sintió el paro de trabajadores aeronáuticos: fueron cancelados todos los vuelos de Aerolíneas Argentinas y Austral, y los nacionales y regionales de LAN.
La Presidenta insistió con el “apriete”
La presidenta Cristina Kirchner cuestionó ayer la medida de fuerza insistiendo con la teoría de la “amenaza”, al asegurar que la de “hoy (por ayer) no fue una huelga, ni un paro, ni siquiera un piquete”, y advirtió: “Hablemos de apriete o amenaza”.
La primera mandataria puso como ejemplo de dirigente sindical a su madre, a quien definió como “delegada gremial durante treinta años”, y desafió: “A ella le tocó convocar a muchas huelgas, pero jamás le tocó obligar a alguien a participar. La libertad de huelga es como todas las libertades”, señaló.
Fuerte adhesión en el interior del país
La huelga tuvo una importante adhesión en el interior del país, tanto en Córdoba y Santa Fe, provincias gobernadas por opositores al kirchnerismo, como también en Formosa, San Juan, Mendoza y Chubut, con mandatarios afines al Gobierno nacional. En Chubut el cese de actividades incluyó la paralización de los yacimientos de explotación y exploración de hidrocarburos.
También en el interior bonaerense y Santa Fe la Federación Agraria protagonizó cortes de ruta. Además, el comercio de granos estuvo absolutamente paralizado, ya que se adhirieron a la medida no sólo los transportistas camioneros, sino también los acopiadores y los trabajadores de todos los puertos del país. En el Mercado de Liniers apenas pudieron ingresar unos 39 camiones que contenían alrededor de 1.400 cabezas, a causa de un piquete organizado por el gremio de los camioneros.
De la misma forma, hubo dificultades en todo el país con los cajeros automáticos, ya que los choferes de camiones de caudales se adhirieron a la medida.
Para Moyano, Cristina debe oír “el silencio de las calles”
“Ha sido una jornada importantísima. El silencio de las calles es la mejor voz que el Gobierno debe escuchar. Los dirigentes no nos dan respuesta, por eso los trabajadores se han despertado en silencio, para que den respuesta a los reclamos legítimos que hacemos”, reflexionó ayer el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, al iniciar la conferencia de prensa junto al resto de las centrales sindicales que convocaron al paro.
“Si hubiéramos tenido la suerte de Julián Domiguez y Amado Boudou, que lograron dar el 100% de aumento a los legisladores, evidentemente este problema no estaría”, remarcó el líder camionero.
Por su parte, el titular de la CTA, Pablo Micheli, afirmó: “Se demostró que el Gobierno no controla las organizaciones sociales ni el gremialismo argentino”, tras afirmar que hubo más de 300 cortes.
“Estamos felices porque los trabajadores han respondido a esta medida de acción, vaciando las calles y los puestos de trabajo”, aseguró, y luego justificó los piquetes: “Nosotros les hemos dado la legalidad a las personas que están en negro o tercerizadas, que son el 50% del país, que si faltan al trabajo, las echan. Entonces hemos salido a cortar las rutas y los puentes, para que puedan ausentarse de sus lugares de trabajo en forma de reclamo”.
“Se ha escrito una jornada histórica”
Varios dirigentes políticos opositores se expresaron ayer sobre el paro. Entre ellos, “Pino” Solanas, diputado de Proyecto Sur, expresó: “Hoy se ha escrito una jornada histórica porque después de muchos años se produce la unión de las grandes centrales de trabajadores. A pesar de los chantajes y amenazas lanzados desde el Gobierno, los trabajadores ganaron las calles”.
Rubén Giustiniani, senador del FAP, destacó: “El Gobierno debe escuchar el justo reclamo de los trabajadores, que es elevar el piso del impuesto a las Ganancias”. De la misma forma se expresó Ricardo Gil Lavedra, de la UCR: “El paro responde a un reclamo legítimo sobre la necesidad de que no se siga financiando el déficit del Estado con el sueldo de los trabajadores”.
Dirigentes opositores pidieron soluciones a los reclamos
Dirigentes de diversas fuerzas opositoras expresaron ayer su respaldo al paro impulsado por Hugo Moyano y Pablo Micheli y le reclamaron al Gobierno que registre el reclamo de estos sectores, mientras que desde el oficialismo se lo minimizó por entender que fue “absolutamente forzado”.
En ese marco, José Manuel de La Sota, gobernador de Córdoba, destacó: “Las cosas no se arreglan con un paro, pero para que no haya paro, tiene que haber buen diálogo. El diálogo no significa que el que proteste se lleve el cien por ciento de lo que pide, sino que exista la posibilidad de acordar”.
Por su parte, el diputado por la Unidad Popular-FAP aseguró: “Hemos tenido un paro nacional absolutamente contundente, porque la gente se apropió de la medida con mucha fuerza, lo que muestra que hay un cuadro social complicado. Que el Gobierno registre y ponga en marcha medidas institucionales para resolver la situación de conflicto planteados”.
Desde la Coalición Cívica-Ari, la senadora María Eugenia Estenssoro afirmó: “Este primer paro general demuestra que la relación de los trabajadores y del Frente para la Victoria está resquebrajada y rota por el deterioro de los salarios de los trabajadores, mientras se miente con las cifras del Indec sobre la inflación, la pobreza y los despidos, que muestran el deterioro de la situación laboral y social de la Argentina”.
También el titular del bloque de diputados del peronismo disidente, Enrique Thomas, se refirió a la protesta: “Tuvo un éxito rotundo. Cuando el reclamo es justo y no hay oídos para escuchar, la lógica es lo que está ocurriendo. Los gremios oficialistas no han podido controlar a sus bases”.
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