Con un piquete en la rotonda del Indio y otro en el acceso al Parque Industrial, más una marcha que ganó el centro de la ciudad, algunos gremios hicieron sentir el paro nacional que declaró la Confederación General del Trabajo y que paralizó muy pocos sectores en esta capital.
Donde más se sintió el paro fue en el transporte y en la recolección de residuos, porque no hubo colectivos, no hubo vuelos y los residuos amanecieron sin ser recolectados, en aquellos casos de frentistas que hicieron caso omiso a la recomendación del Municipio de no sacar a la vía pública la basura.
En el caso de los gremios, la CTA autónoma junto al SUTEF, la agrupación Anusate y el SOEM, se unieron para realizar una marcha que contó con la presencia de trabajadores del hospital público y de la cooperativa Renacer que está golpeada por la política de apertura de la importación establecida por el gobierno nacional (ver aparte).
La marcha de los estatales, que terminó con una olla popular frente a la Escuela 1, en avenida Maipú, obligó a las autoridades de seguridad a cercar la Casa de Gobierno para evitar que los manifestantes ganen la calle San Martín frente al edificio gubernamental y de esa forma relegar una concentración en la esquina con calle Lasserre.
Con pancartas que tenían consignas contra la apertura de las importaciones y el ajuste que generó despidos masivos en el sector privado, los gremialistas marcharon por la avenida Maipú con destino primero a la Legislatura y luego, por calle San Martín, hasta Casa de Gobierno, lugar donde se dio lugar a los oradores, entre quienes estuvieron Mónica Díaz, trabajadora del hospital; Horacio Catena, dirigente del SUTEF; Mónica Acosta de la cooperativa Renacer y Sandra Esperón del sindicato de trabajadores municipales (SOEM).
Los sindicalistas recordaron que un año atrás, en esa misma esquina de Casa de Gobierno, todos los días se hacían asambleas para “resistir el ajuste del gobierno provincial” y también hicieron mención a la situación judicial de muchos de los dirigentes que están procesados por aquella protesta. Se mencionó el caso de José Gómez que debió permanecer a una cuadra de Casa de Gobierno, por temor a ser identificado por la Policía, que tiene la orden de ser detenido, en caso de violar una prohibición dictada en su contra.
Cabe destacar que la Policía (cuya jefatura está ubicada en la esquina donde se realizo la protesta), dispuso de un drone para observar a los manifestantes y de esa forma controlar que los sindicalistas no violen la prohibición de acercamiento (“mandaron el drone a vigilarnos”, se lo escuchó decir a Cátena).
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