El secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo, Mariano Moreno, criticó las políticas de Javier Milei que habilita que les saquen el trabajo a la mano de obra argentina.
Tal como lo había denunciado el dirigente gremial que el polémico remolcador, pedido por la petrolera Oiltanking Ebytem, incumplía la Ley de Cabotaje y pretendía apartar al empleo argentino, ahora está demorado por la Aduana Argentina.
El barco que tiene banderas de Países Bajos zarpó el pasado 16 de febrero desde el Puerto de Las Palmas (España) a pedido de la firma Oiltanking Ebytem, para hacer un trabajo que realizó en 5 días y que era reservado para los argentinos.
“Si pasa, pasa: el aumento a diputados y senadores; si pasa, pasa el aumento de sueldo del presidente; mientras la gente se ajusta el mango para comer. Y si pasa, pasa: un remolcador extranjero le saca la changa a los trabajadores argentinos, incumpliendo la Ley de Cabotaje y normativas aduaneras”, afirmó al respecto Mariano Moreno, secretario General del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo.
La expresión “Si pasa, pasa” cobra fuerza dentro del gobierno de Javier Milei y cada día se suman más ejemplos de la discutida doble vara con la que miden las consecuencias y oportunidades.
Según informaron fuentes gremiales, esta semana, la Aduana Argentina demoró al remolcador “Alp Striker” por incumplir normas aduaneras en el ingreso de la nave para realizar un trabajo en el Puerto Rosales de la petrolera Oiltanking Ebytem.
Cabe recordar que la embarcación fue habilitada el pasado 1 de marzo por el secretario de Transporte de la Nación Franco Mogetta, para realizar una tarea de cabotaje reservada para la bandera nacional bajo la Ley 19.492. La fecha fue después de que el barco saliera del puerto europeo.
“Es la primera vez en la historia que un remolcador al otro lado del mundo obtiene un permiso y al día siguiente está en Argentina trabajando”, remarcó Moreno.
Sin reglas claras
La polémica surgió de las denuncias gremiales que alertaban de una posible violación a la Ley de Cabotaje cuando el remolcador zarpó desde el puerto de Las Palmas (ESP) sin la habilitación vigente para realizar el trabajo. En ese sentido, el secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo, Mariano Moreno, señaló que “ningún remolcador cruza el Océano Atlántico si no tiene las garantías de que va a trabajar”.
Hoy la retención de la embarcación por la Aduana del puerto de Bahía Blanca sugiere al menos una desprolijidad, vinculada al afán y celeridad de algún funcionario en otorgar un Waiver (permiso) que despoja el trabajo argentino en favor de empresa y trabajo extranjero.
“Si fueran así de expeditivos para la gestión que requiere la flota nacional seríamos potencia”, manifestó el dirigente gremial. Además, subrayó que “este remolcador navegó miles de kilómetros a través de mar abierto, ´realizó´ un trabajo en 5 días en el cual no se utilizaron los requisitos ´excluyentes´ que exigieron en el pedido de excepción para desplazar a la grúa argentina del trabajo”.
“Este negocio de miles de dólares que fueron justificados con esta operación, no podría ser así con los trabajadores argentinos”, agregó Moreno.
Para el sindicalista, el gobierno “entró en las tinieblas legales de las fuerzas del cielo” al permitir esta operación que “además es un pésimo mensaje a los armadores y trabajadores nacionales” ya que no tiene reglas claras aun con la evidencia y certeza de que este trabajo correspondía y debía hacerlo el pabellón nacional. “Es un certificado de defunción para la Marina Mercante nacional”, añadió.
Por último, señaló Moreno: “Tenemos que analizar estas acciones y preguntarnos a dónde nos llevan. Porque hoy nos sacan el trabajo, van en busca de quitarnos una parte del sueldo con el Impuesto a las Ganancias, nos ponen techo en las paritarias, debemos ayudar a nuestros jubilados porque no les alcanza, nos suben las tarifas, quieren la apertura de la pesca, extranjerizar nuestros recursos y fuentes de trabajo y todo esto en aras de ser libres dicen; ¿Libres de qué?”.
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