Una doble crisis acecha al presidente camionero: financiera y deportiva. Fuego amigo y armado opositor del exaliado Ritondo, que junta hinchada. ¿Juega Vidal?
A Hugo Moyano, 2020 le dejó buenas señales en lo político y malas en lo deportivo e institucional de Independiente, el club que conduce. Cercanía con el Presidente, que hasta lo recibió en la Quinta de Olivos; una paritaria del 30% y el alivio judicial para su hijo Pablo en la causa por la barra brava, pero también deudas con el plantel, éxodo de referentes, ninguna copa para 2021 y un pasivo enorme que lo complica para las elecciones del año que viene, en las que Cristian Ritondo, otrora aliado, se erige como padrino el espacio opositor.
El martes pasado, el club realizó la Asamblea Extraordinaria, Especial y Ordinaria en una de la tribunas del Libertadores de América y aprobó la memoria y balance del período 2019/2020, que reflejó un pasivo de más de 2.800 millones de pesos. El oficialismo logró la aprobación porque la Agrupación Independiente cuenta con 79 de los 89 asambleístas, producto de que en las elecciones de 2017 arrasó con el 89% de los votos. Solo estuvieron 48 del espacio de los Moyano, contra los diez de la oposición. El que ocupa el primier lugar entre los representantes del sello del oficialismo es Ritondo, ausente porque estaba en el Congreso en el debate por la ley de movilidad jubilatoria, aunque era poco probable que en otro contexto hubiese ido.
Los Moyano también lograron la aprobación del presupuesto para el ciclo 2020/2021 y la creación de un fondo de inversión y un fideicomiso; todo, ante la atenta mirada de los asambleístas y las asambleístas, pero sin socios ni socias, periodistas ni transmisión por streaming, al punto que el estadio estuvo vallado y con presencia policial ante el temor de que hinchas se acercaran a protestar.
Desde su llegada al club, en 2014, los miembros del clan camionero hizo gala de haber sido buenos administradores con la herencia recibida de la gestión de Javier Cantero, etapa en la que el club cometió errores deportivos y económicos que lo llevaron por primera vez al descenso. Sin embargo, en el balance aprobado, el pasivo creció un 70% y lo mismo pasó con el déficit operativo y las deudas fiscales. Para este apartado, hay un buen trabajo de un contador llamado Pablo Valdés, que, tomando la información pública del Banco Central, publica regularmente las deudas al sistema financiero y los cheques rechazados que acumulan los clubes de Primera División. El líder del ránking es River, que suma casi 1.400 millones de pesos entre ambos items, aunque el grueso es endeudamiento financiero. San Lorenzo figura segundo y es el mayor poseedor de cheques rechazados, con más de 350 millones de pesos. Independiente está sexto en la lista global, con 123 millones de pesos, pero tercero en la de cheques con casi 65 millones, una situación que le trajo muchos problemas con el plantel.
Si bien la situación viene de arrastre, en mayo los Moyano habían tenido el primer toque de atención cuando 12 jugadores reclamaron una deuda de 190 millones de pesos, cuya situación en parte se encarrilló, pero significó a futuro el éxodo de cuatro jugadores. Dos de ellos, Cecilio Dominguez y Gastón Silva, le generaron juicios ante la FIFA que totalizan, junto con otros expedientes, pérdidas por diez millones de dólares que no figuraron en el balance.
El famoso mote del “Independiente de los gallegos”, club que se jactaba de estar bien administrado y de donde no salía más plata de la que entraba, es cosa del pasado. En el horizonte, además, están las elecciones de diciembre de 2021, que pueden eyectar a los camioneros del club no solo por el armado opositor, sino, también, por las disidencias internas en torno al manejo cerrado de Hugo y Pablo.
El club, como muchos en el fútbol argentino, está atravesado por la política. Además de los camioneros, hay otros dirigentes sindicales: Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria y vocal primero, y Ricardo Cirielli, secretario general de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico y también vocal. El secretario general, Hector “Yoyo” Maldonado, miembro de la Comisión Directiva del Sindicato de Camioneros, es con quien los Moyano llevan el día a día del club y eso genera rispideces con algunos dirigentes que muchas veces se enteran de decisiones por los medios.
Uno de los desencantados es Carlos Montaña, vicepresidente segundo, que no ha dejado su cargo para no agravar la situación del club. Montaña fue uno de los funcionarios de Daniel Arroyo que renunció por la compra de alimentos con sobreprecios en el inicio de la pandemia. Durante el gobierno de Cristina Fernandez, fue funcionario de Alicia Kirchner en Desarrollo Social y hoy trabaja en la Ceamse, donde Chiqui Tapia, presidente de la AFA y yerno de Moyano, es vicepresidente.
En la oposición hay dos frentes, aunque el más numeroso es el que maneja Ritondo, que habla con dirigentes que tuvieron o tienen presencia en el actual oficialismo como también con otros que vienen de la política partidaria. Si las elecciones fuese hoy, su candidato sería Fabio Fernandez, extesorero y dueño de la financiera Global Finanzas, investigado en la causa del Fútbol para Todos. El jefe de bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados no lideraría la fórmula puesto que hay elecciones legislativas este año y sus aspiraciones están en la gobernación de Buenos Aires para 2023.
Como vocal en la primera comisión directiva, fue el encargado de bajar de un avión a Paraguay al entonces vicepresidente primero, Noray Nakis, por sus vínculos con la barra. Eran los días en los que Ariel Holan había sido amenazado por Pablo “Bebote” Alvarez y el club jugaba por la Copa Sudamericana de 2017, que finalmente ganó en el Maracaná de Río de Janeiro. A partir de la detención del barra, que supo tener buena relación con gran parte de la Comisión Directiva, comenzó otra causa sobre la connivencia de dirigentes y violentos. El 21 de diciembre, la jueza de garantías de Avellaneda Brenda Madrid sobreseyó a Pablo Moyano, que estaba acusado de ser jefe de una asociación ilícita, pero ratificó los procesamiento y el envío a juicio oral para Nakis, Maldonado, Alvarez y el resto de la barra. El fiscal Sebastián Sclaera ya avisó que va a apelar el fallo, porque considera al camionero tan culpable como al resto. Daniel Lleramanos, abogado de los Moyano, le apuntó al fiscal y a su jefe, el procurador general de la provincia, Julio Conte Grand, de perseguir a su defendido.
Mientras tanto, en el espacio ritondista, suenan nombres como Martin Redrado, el senador Martin Lousteau y el intendente de Lanús, Nestor Grindetti, que ha dicho públicamete que el diputado sería “un excelente presidente de Independiente”. También habló hace unos meses Patricia Bullrich, que, si bien aclaró que no es socia ni tiene vocación de meterse, apoyaría a cualquier candidato que se opusiera a los Moyano.
El nombre que empezó a emerger en los últimos meses es el de Enrique Sacco, periodista y pareja de la exgobernadora María Eugenia Vidal. Sacco, que hasta marzo fue gerente de Gestión Institucional de la Superliga, pertenece al Movimiento Rey de Copas y estuvo hablando en los últimos tiempos de la necesidad de reinventar el modo de gestión del club. Voceros de Ritondo aseguran que podría incorporarse al espacio como otros opositores, pero descartan de plano que la mano de Vidal esté de fondo. “María Eugenia no tiene nada que ver. Quique está ahí, pero aún no se juntaron todos y Fernandez sigue siendo el candidato”, responden tajantes.
En lo deportivo, el panorama no es muy alentador, puesto que fue eliminado en cuartos de final de la Copa Sudamericana contra Lanús en Avellaneda y tiene pocas chances de clasificarse a la final de la Zona Campeonato, cuyo ganador obtendrá un cupo para la Copa Libertadores 2021. La pandemia, pero antes las grandes compras que no redituaron en títulos como la de Dominguez o el ecuatoriano Fernando Gaibor; las deudas y un manejo cerrado y fallido pueden provocar que el brindis para recibir 2022 encuentre a Moyano sin las copas del club.
Por Federico Yáñez
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