Aunque había consenso sobre la actualización salarial, las paritarias se empantanaron por la negativa de las empresas de realizar un aporte a la obra social. "El verdadero objetivo es desguazar a la obra social sindical (Ospil) para después aniquilar al sindicato", denunció Atilra.
Los trabajadores y delegados gremiales de la Rama Repositores y Preventistas de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) aseguraron en una nota dirigida ayer a las cámaras Apymel y CIL que "la dignidad no tiene precio", ante "el perverso juego patronal y la recomposición salarial unilateral decidida" por estas entidades patronales.
El escrito de los operarios y representantes de base del gremio lechero, que conduce Héctor Ponce y hace dos días paralizó las tareas durante 24 horas por reclamos salariales, denunció a los empresarios por adoptar esa determinación, cuando en "un principio afirmaron que las empresas no tenían un centavo".
El gremio no se presentó a la última audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo, luego de rechazar el 14 de este mes la oferta del Centro de la Industria Lechera (CIL) y la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lecheras (Apymel), que decidieron aplicar de forma unilateral la paritaria salarial.
"Los trabajadores no serán extorsionados con plata. Los lecheros son quienes administran la comercialización de los productos lácteos, y saben cómo aumentaron sus precios en los últimos años. No se dejarán comprar por unos pesos, cuando el verdadero objetivo es desguazar a la obra social sindical (Ospil) para después aniquilar al sindicato, la única herramienta protectora", sostuvieron.
La nota enviada a las cámaras realzó la vigencia del convenio colectivo de trabajo de la actividad 2/88 y reclamó a los patrones "un acuerdo integral".
El gremio ratificó el estado de "alerta y movilización" y la realización de asambleas en todo el país en rechazo de "los patrones paternalistas, porque la salud es un bien social y no una mercancía que se vende al mejor postor".
La conducción nacional de la Atilra decidió extender del 23 hasta el 30 de agosto próximo la jornada de trabajo semanal como lo dispone el convenio colectivo laboral, por lo que "no se cumplirán tareas los días franco y tampoco se realizarán horas extras", informó Ponce en un comunicado de prensa.
El dirigente sindical adelantó que el gremio estudia nuevas medidas de fuerza "urgentes" ante "la intransigencia patronal", que rechazó que el bono de 16 mil pesos por trabajador acordado en paritarias sea girado íntegramente al gremio.
Las cámaras propusieron abonar la mitad de ese monto a cada trabajador y transferir el resto a la obra social, lo cual para el sindicato "la desfinancia".
Las medidas de fuerza -como ocurrió esta semana-no se aplicarán en aquellas empresas que ya convinieron con la organización sindical la paritaria general.
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