Pese al escándalo de los alimentos, Sandra Pettovello ahora pechea a Techint por el control de Trabajo

Pese al escándalo de los alimentos, Sandra Pettovello ahora pechea a Techint por el control de Trabajo

Opera a través de la exkirchnerista Leila Gianni para copar subsecretarías y cercar a Julio Cordero. Nombres con pasado porteño y un electrón peronista.

 

Por Francisco Basualdo

Incombustible y sin registrar el escándalo por sobresueldos y alimentos para comedores que jaquean a Capital Humano, el megaministerio a su cargo, Sandra Pettovello lanzó una ofensiva para condicionar los movimientos del secretario de Trabajo, Julio Cordero. Al frente de la operación puso a Leila Gianni, una experonista que suena como reemplazo del desplazado secretario de Niñez, Adolescencia y Familia Pablo de la Torre.

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Prácticamente desde el inicio del gobierno de Javier Milei, la secretaría de Trabajo es escenario de una disputa que ya provocó un récord de salidas: en apenas seis meses renunció un secretario y en cuatro oportunidades se cambió al subsecretario de Trabajo, el segundo cargo más importante del organismo. Con todo, la secretaría laboral en manos de Cordero sigue sacudida por una serie de cambios que buscan colocar personas alineadas con Pettovello.

Pese a que su ministerio se encuentra en el ojo de la tormenta por el manejo irregular de los alimentos destinados a comedores populares y opacos convenios con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la ministra de Capital Humano le sigue dando cuerda a su subsecretaria Legal, Leila Gianni, exfuncionaria kirchnerista del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en la gestión de Juan Cabandié, a quien Pablo de la Torre apunta como la responsable de una operación para culpabilizarlo por los desaguisados en la cartera social.

 

 

La alfil de Sandra Pettovello

Gianni integró la agrupación Aires, con la que Cabandié buscó jugar en la interna del peronismo porteño. Ahora, la funcionaria libertaria es señalada por propios y ajenos como la operadora de un movimiento más arriesgado por el adversario interno al que desafía. En las últimas semanas, lanzó un intento de copamiento de las cuatro subsecretarías de Trabajo con la intención de cercar a Cordero, un hombre del riñón del capo de Techint, Paolo Rocca, apelando a la designación de personal de carrera y exfuncionarios macristas que se ordenan con Pettovello.

Muestra de ello es que suele mostrarse transitando los pasillos del histórico edificio de la avenida Alem, en el bajo porteño, donde aseguran que le están armando un despacho en el piso 15, dos plantas más arriba de la unidad ministro donde trabaja Cordero. Simbología libertaria.

El cerco interno en Trabajo

El principal movimiento de Gianni fue el desplazamiento de la subsecretaria de Trabajo Liliana Acosta Archimbal ocurrido diez días atrás. Fue reemplazada por Martín Huidobro, un funcionario que estuvo bajo las órdenes de Gianni en la subsecretaría Legal del Ministerio de Capital Humano.

Archimbal se fue indignada por el destrato que sufrió y por la remoción. Es comprensible: la exfuncionaria, muy cercana desde los años '90 a Jorge Triaca padre e hijo, tiene una extensa carrera en el ámbito laboral, donde supo ser directora de Sumario durante el gobierno macrista. No se va con las manos vacías: Cordero le prometió armar una dirección sobre Inteligencia Artificial, uno de los temas en los que se especializó últimamente la funcionaria desplazada.

Quien ya fue confirmado al frente de la subsecretaría de Coordinación Administrativa es Mariano Sartoris, otro funcionario que, aseguran, fue promovido por el "pettovellismo" sin el consenso de Cordero. Encabeza un grupo de técnicos fogueados en la gestión bajo los diferentes gobiernos macristas en la Ciudad. En el caso particular de Sartoris, se desempeñó varios años en el área contable de los ministerios de Espacio Público y de Modernización, antes de recalar en Trabajo.

Un caso similar es el de Eugenia Cortona. Según las versiones que circulan en la cartera laboral, será designada al frente de la subsecretaría de Empleo, también respaldada por el equipo de Pettovello. Cortona se desempeñó durante una década en el área de Educación del gobierno porteño, donde escaló hasta llegar a la agencia con rango de subsecretaría de Aprendizaje a lo largo de la vida. De esa misma cartera proviene Juan Pablo Becerra, un economista con extensa trayectoria en la gestión porteña que se ocuparía de la dirección de Formación de la subsecretaría de Empleo.

Bajo la órbita de Cortona recalaría otro libertario puro que se quedaría con un programa clave, Volver al Trabajo: se trata del extinto Potenciar Trabajo, una de las principales cajas de la secretaría. Se trata de Luis Palomino, concejal por La Libertad Avanza en Vicente López y miembro destacado de la masonería argentina.

La razzia y los convenios sospechosos

La ofensiva de Pettovello y Gianni no se hubiera podido llevar adelante sin la purga interna que se realizó un mes después de la designación de Cordero. Con sumarios y desplazamientos, la ministra ordenó el despido de 13 personas del funcionariado, algunos de ellos de alta jerarquía, por la sospecha de convenios poco transparentes.

"Nunca vimos algo así. La policía ingresó a la fuerza a los despachos, secuestraron carpetas y computadoras", rememoran empleados de la secretaría sobre los sucesos que se llevaron puestos a responsables vinculados en su mayoría a las áreas de administración, contabilidad e informática.

La trama que detonó el escándalo tiene que ver con los convenios con el Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (Cedyat) celebrados por el Ministerio de Trabajo durante las gestiones de Jorge Triaca y Dante Sica por los que se desembolsaron hasta 600 millones de pesos. La investigación involucra a exfuncionarios de la cartera laboral vinculados al macrismo y a esa organización que fue contratada de manera directa durante la gestión Cambiemos para realizar informes y prestaciones poco específicas.

Sebastián Bideberripe, ex secretario de Coordinación Administrativa del Ministerio de Producción durante la gestión Sica, y la ex directora de Innovación e informática de la cartera laboral Mónica Alcibar, que tiene una vinculación muy estrecha con Cedyat, son dos de las personas apuntadas.

El foco de las sospechas, justamente, está puesto en el área informatica, donde hasta la semana pasada reportaba Sergio Bixio, un analista que jugó en tándem con Alcibar en la elaboración de los polémicos convenios. Tras su despido, Gianni respaldó la designación de Pablo Guarino, un exfuncionario vinculado a Santiago Cafiero que se desempeñó como director general de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones Asociada de la Cancillería y ahora es director general de Informática e Innovación Tecnológica.

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