El sindicato de petroleros jerárquicos firmó un acuerdo para elevar el monto de los bonos por productividad que cobran los operaciones de servicios de completación de pozos en campos no convencionales. Se apunta a incentivar la eficiencia en el campo. Pero empresas advierten sobre el riesgo.
El sindicato de petroleros jerárquicos de Neuquén, que lidera Manuel Arévalo, firmó ayer con la empresa GE Baker Hughes, una de las mayores empresas de servicios especiales de la industria petrolera, un acta acuerdo para actualizar el valor de los “bonos de campo” que reciben los operarios petroleros. Son ingresos adicionales que se cobran en función de la eficiencia operativa. En la práctica, el acuerdo funciona como una recomposición indirecta de los salarios.
La mejora en el rango de los bonos por productividad beneficiará a trabajadores de los negocios de fractura, coiled tubing, servicios integrados y mantenimiento. En la jerga se los conoce como servicios de completación de pozos.
El nuevo convenio establece el valor del bono en $ 3963 por día por etapa de fractura realizada. Como resultado de la mejora de la eficiencia registrada en los últimos meses, las compañías de servicios están realizando hasta 7 u 8 etapas por jornada de trabajo, con promedios mensuales que ya superan las 4 etapas de fractura por día. Eso quiere que decir que, con los nuevos valores del bono, un empleado jerárquico podrá embolsar más de $ 15.000 adicionales por día de trabajo. En el caso de los servicios de coiled tubing, el bono trepará hasta los $ 4638 pesos por día.
“Cuando se esté fracturando, se percibe un bono por etapa de fractura, estando incluidos pump down, bombeo ácido y otras actividades”, explica el acta acuerdo a la que accedió EconoJournal. Es el primer acta acuerdo que se fija con bonos de estos valores. Por ahora, su alcance se limita a los empleados jerárquicos de GE Baker Hughes: supervisores, ingenieros y coordinadores de campo.
Sin embargo, en la industria interpretan que la modalidad podría trasladarse ahora a otros grandes jugadores del sector como Schlumberger, Halliburton y Weatherford.
Cerca de Guillermo Pereyra, líder del sindicato de petroleros de base de la cuenca Neuquina, el más poderoso del país, admitieron preocupación por el acuerdo cerrado por Arévalo. “Hicimos un esfuerzo grande para legitimar la aplicación de una adenda a los convenios colectivos de trabajo que en la práctica buscó limitar los acuerdos privados entre los gremios y cada empresa en particular, a fin de evitar una dispersión en materia de remuneración salarial y ahora Jerárquicos firma este acuerdo que en algún punto cambia el sentido de ese documento”, explicaron fuentes sindicales.
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