Se trata de Roberto Esteban Hernández y Damián Gabriel Roldán, quienes declararon en el juicio por el homicidio del afiliado del gremio de la construcción, que ellos no accionaron armas de fuego, y comprometieron a otros individuos que se encontraban dentro del edificio del Sindicato de Petroleros Privados en Caleta Olivia.
En la segunda audiencia del juicio oral y público que se ventila en la Cámara del Crimen de Caleta Olivia, por el homicidio del obrero de la construcción Reynaldo Vargas ocurrido el 9 de abril de 2015, prestaron declaración dos de los cuatro imputados en el asesinato. Roberto Esteban Hernández y Damián Gabriel Roldán aseguraron que ellos no accionaron armas de fuego y comprometieron a otros individuos que se encontraban dentro del edificio del sindicato petrolero.Ambos imputados dijeron que ese día habían acudido a la sede gremial por cuestiones personales. Roberto Hernández señaló que fue por una orden de consulta médica y Damián Roldán por reclamo de liquidación de su sueldo.Hernández y Roldán, junto los restantes imputados, Oscar Antonio Carrazana y Rodrigo Darian Quiroga, fueron detenidos ese mismo día, minutos después de ocurrido el impresionante enfrentamiento a balazos entre quienes estaban dentro del edificio del gremio petrolero y una facción de la UOCRA que había ido a manifestarse a ese lugar, a unos doscientos metros del Gorosito.Todos escaparon en un Volkswagen Gol de color bordó que conducía Hernández -de su propiedad- y fueron interceptados a varias cuadras del lugar por un patrullero de la Comisaría Cuarta.Sin embargo, Hernández dijo que se escapó porque tenía miedo que lo mataran y que los tres restantes imputados se subieron en su auto, que incluso recibió dos balazos.Reveló que fue Carrazana quien se deshizo de una mochila conteniendo un arsenal de armas de fuego, la que arrojó cuando pasaron frente a la Terminal de Ómnibus.Además, como prueba de que él no accionó armas de fuego, relató ante los jueces Jorge Alonso, Juan Pablo Olivera y Cristina de los Ángeles Lembeye que la prueba de parafina o demonitrotest le había dado negativa. Mientras, Roldán aseguró que si bien en una de sus manos le hallaron restos de pólvora, se debió a que solamente ayudó a recoger armas de fuego y casquillos de proyectiles que habían quedado esparcidos dentro del sindicato porque escuchó esa orden a los gritos, pero no precisó quién la dio.De todos modos, ambos afirmaron que vieron disparar desde ese mismo recinto a otros individuos, a los que indistintamente citaron por sus apellidos: Morales, Díaz, Colman, Prat y Guzmán, algunos de los cuales están en la lista de casi 150 testigos citados en la causa. Por otra parte señalaron que desde el interior del edificio vieron un auto de color verde que se acercó minutos después de iniciarse el tiroteo, y también una moto -supuestamente de color rojo- de la cual habrían disparado contra el edificio muchos balazos, como si fueran de una ametralladora.
Testimonio del sobrevivienteAntes que los imputados habló el único querellante particular de la causa, Bonifacio Barrera, obrero de la construcción que resultó herido de bala cuando se manifestaba junto a otros compañeros afiliados a la UOCRA.El mismo fue asistido por la abogada María Silvana Uez, quien ayer reemplazó de manera temporal a su colega Alberto Luciani en el patrocinio de Barrera, quien al momento los serios incidentes tenía 29 años y ahora se encuentra desocupado.En su testimonio dejó evidenciado que hoy siente desprecio por la UOCRA ya que tildó de “patota” al grupo de dirigentes que estaban en esa manifestación, y se presume que ello es debido a que actualmente milita en las filas del gremio opositor, SITRAIC.Tras señalar que además de sufrir las secuelas psíquicas y del balazo que aún tiene dentro de su cuerpo (en la zona de la cadera), reveló que dentro del mismo grupo de la UOCRA observó que un individuo, al que identificó como “el oveja” Vázquez, extrajo un arma de fuego corta con la que disparó contra quienes se encontraban en el sindicato petrolero, aunque no precisó si fue el que inició el tiroteo o bien lo hizo para repeler los disparos que provenían del edificio.De lo que sí estaba seguro es que la escopeta recortada que se accionó desde la facción de los petroleros la tenía Rodrigo Quiroga, al cual lo vio recargar en tres oportunidades, y también aseguró haber visto, antes de caer herido, a otros tres individuos que se hallaban cerca de la puerta y en una ventana del primer piso disparando contra la gente de la UOCRA.Prestaron declaración el miércoles sólo seis de los diez testigos citados, ya que algunos no fueron hallados en sus domicilios y otros se encuentran fuera de la ciudad de Caleta Olivia.Hay que recordar que los familiares de la víctima fatal desistieron de ser querellantes y habrían optado por reclamar un resarcimiento económico (supuestamente al gremio petrolero), en tanto que hoy se celebrará la tercera audiencia a la cual fueron citados otros diez testigos.
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