Desde NOVA hemos sabido investigar mucho de los casos polémicos que tornan en la gestión de la concejal Ilda Mercedes Morro, nueva integrante del espacio Vamos Juntos. Una de las mayores interrogantes es acerca de lo que sucedió en el atentado millonario a la sede que se ubica en San Luis al 2548.
Sin ir más lejos, esa pesada herencia posa sobre las espaldas de la hija polémica, Nancy Todoroff. Con las elecciones sindicales a la vuelta de la esquina, arden las filtraciones en el tanque de la Unión de los trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos.
Los protagonistas son varios, pero de principio hay que ir por Leandro Javier Márquez, pareja de Yanina Zarategui, hija de la titular gremial. Se conocieron en el año 2014, cuando visitaban al nieto de Mercedes Morro, Facundo Toloza. Obviamente, dichos paseos se debian a la adicción del muchacho por ingresar cosas por su nariz y ese don por fabricar humo con los pulmones.
Por supuesto, todos ellos protegidos por el aura del sindicato, ya que las malas relaciones con el resto de los compañeros era una fija constante. "En su vida trabajaron en el rubro, pero se manejaban como si hace años estuvieran en la cocina", señalan los empleados.
Otro de los integrantes de la banda es Enrique Lucero, quien ya tiene antecedentes penales por robo en su historial. Con lo cual, de haber caído, seguro ya tiene amigos en el Servicio Penitenciario Batán Unidad 15.
Este hombre se trata del hermano de Miguel Zarategui, gran recaudador de UTHGRA. Ya que, es el esposo de Todoroff y así logró ingresar como inspector. ¿Otro detalle para dejar abierto el panorama? tiene a cuestas una fábrica de media lunas y es el principal proveedor de empresarios de la gastronomía, los cuales luego debería condicionar en su labor.
Como el lema de la mafia, "todo queda en familia" y lo tienen más que claro, al gran estilo de la "Cosa Nostra". Quien hace aparición en escena, es el robo de más de un millón de pesos, lo cual fue minimizado de forma oficial con 40 mil pesos que tampoco aparecieron.
El tesorero del sindicato y cabecilla expresa de la política de Morro, Darío Ocampo, habría afirmado que "todos los pasillos que tenía guardado una enorme cantidad de dólares para irse de viaje y que también se los robaron". La gran duda suscita en que no se entiende por qué no declaró aquella suma.
A su vez, también había una sema suma superior a los 600 mil pesos que el ente le cobra ilegalmente a los empresarios con la excusa de que van a comprar las mochilas para los afiliados. Lo cual es algo que no sucede porque, dicho monto, es repartido como premio entre Morro, Todoroff y Ocampo.
También hay que destacar que los ladrones fueron a lugares muy específicos que solamente el tesorero y la titular sabían. El CPU de las cámaras también solamente ellos sabían dónde estaba guardado. Muchas interrogantes y pocas respuestas.
Lo claro es la desesperación que tiene Ocampo por "manotear" un cargo público, a lo que la líder de tercera Posición terminará accediendo. ¿Quizás en eso le ganaron de mano al peón Daniel Díaz distrayéndolo con muñecos tangibles para que no se queje?
Ahora todos emularon, en su mayoría, al protagonista de "El robo del siglo", Luis Vitette. Sin embargo, lejos de fugarse con el millonario monto a Uruguay o abrirse una joyería, poco se sabe que se ha hecho con el dinero de los trabajadores gastronómicos y el paredero de estos controversiales personajes es incierto.
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