El triunviro de la CGT pide incluir al kirchnerismo de cara a 2019. Y advierte al Gobierno por la situación económica y el acuerdo con el FMI.
Héctor Daer sonó por varias semanas como el principal candidato para una secretaría general unificada de la CGT, que sería elegida en agosto. Finalmente, la confirmación del triunvirato de conducción lo mantiene como representante de los sectores de la ex CGT Alsina en el tridente que integra junto a Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid. Parecen lejanos los momentos de tensión que llevaron, incluso, a insultos públicos. Esta semana, compartieron una conferencia conjunta donde expresaron su rechazo al acuerdo con el FMI y el mes próximo preparan un encuentro para “definir el rumbo” que debe tomar la central.
—Más allá del cambio o no del triunvirato, también había una intención de ampliar el número de gremios, ¿en qué quedó ese proceso?
—Cuando nos planteamos la posibilidad de un congreso, era para sumar sectores que no integran el consejo directivo. Si bien hubo sectores mayoritarios que lo propiciaron, si íbamos a un congreso el resultado hubiera sido un sector mayoritario frente a otro minoritario en la definición de una nueva conducción. No íbamos a cumplir el objetivo de ampliar la base de sustentación y el riesgo era institucionalizar la división del movimiento obrero. Este consejo directivo es hoy la unidad más amplia que se puede tener.
—Pero varios quedaron afuera…
—Sí. Quedan los sectores más favorables al diálogo con el oficialismo y otros más contrarios al diálogo. Pero no hay una síntesis del movimiento obrero superior a este consejo directivo.
—¿El cambio de estrategia tuvo que ver con los cambios económicos en el país y la llegada del FMI?
—Tuvo que ver el proceso político y económico donde la prioridad no es el debate ya intrasindicatos, sino que es sostener institucionalmente un medio de debate social con el poder.
—Antes del paro, hubo un contacto con el Gobierno. ¿En qué quedó?
—La continuidad se dio en las discusiones sectoriales. Pero hoy no hay una agenda colectiva en común en discusión con el Gobierno. El oficialismo sabe bien cuál es nuestra agenda, que se sintetizó en reclamos sobre empleo, paritarias libres, exclusión de ganancias al aguinaldo y el tema de la seguridad social. Pero esta crisis además requiere asistencia en alimentación y sanidad, no hay forma de llegar a la otra orilla sin esto.
—¿Cree que el Gobierno está hoy en condiciones de llegar a esa otra orilla que es 2019?
—Aspiramos a que rectifique políticas para que suceda.
—¿Y si no rectifica?
—Creemos que va a ser muy difícil.
—Si se ratifican el acuerdo con el FMI y las medidas económicas, ¿vuelven a poner en la mesa una medida de fuerza?
—La medida de fuerza es un instrumento que está siempre en la mesa. Es legítimo y el debate está siempre. Esto no quiere decir que va a ser la semana que viene o que no va a pasar nada hasta el año que viene. Para llegar a una medida tiene que existir un fuerte consenso social. No cabe duda de que el último paro, por su contundencia, demuestra que cuando pedimos rectificaciones estamos acertados.
—¿Cuál es el rol de la CGT en las definiciones electorales del peronismo para 2019?
—Al sostener la unidad del movimiento obrero, también lo hacemos con la premisa de colaborar y asistir a la unidad del peronismo. La estrategia colectiva del movimiento obrero tiene que ser la unidad del peronismo.
—¿Cree que un peronismo unido debe contener al kirchnerismo?
—No lo llamaría kirchnerismo, es un sector que se referencia en la ex presidenta. Me parece que tiene relevancia y debe ser parte de un todo, que tiene que ser la síntesis de todos los sectores. Lo que no podemos hacer es aspirar a dos o tres peronismos. Por eso son desafortunadas las expresiones que ponen límites a la unidad del peronismo.
Obras sociales, cerca de otro conflicto
Además de integrar el triunvirato de conducción, Héctor Daer es el secretario adjunto de la federación que integra a los gremios de sanidad de todo el país. Sobre este sector sensible, el dirigente advierte que está en puertas un nuevo conflicto. La paritaria del sector vence el 31 de julio y aún no hay una oferta: “El conflicto está por venir en los próximos días”, anticipa. También advierte que hay focos de posible caída de empleo y referencia problemas de financiación en las obras sociales más importantes del país: “El PAMI, no actualiza sus aranceles desde octubre del año pasado. El IOMA actualizó el año pasado en el 17% los aranceles y no actualizó más; la crisis en la salud tiene que ver con esto”. Desde su perspectiva, el Gobierno está descuidando la asistencia a los jubilados, y advierte que este punto es fundamental para sobrellevar la crisis actual, junto con la asistencia alimentaria.
“El Estado abandona a los 6 millones de jubilados haciendo un ajuste sobre la entidad que los tiene que contener sanitariamente”, evalúa.
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