Por lo menos hasta el primer semestre de 2024, el Gobierno definió las referencias para las paritarias del sector privado. Se habilitarán acuerdos cortos, por bimestre o trimestre, con cláusula gatillo de ajuste automático por inflación. Podría tomarse como una primera señal el trato que alcanzaron ayer la Federación de Químicos y Petroquímicos con la cámara empresaria del sector, quienes pactaron aumentos de 15% en noviembre, 16% en diciembre y 16% en enero con revisión automática en caso de quedar por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que releva el Indec.

El flamante secretario de Trabajo, Omar Yasin, consultó antes de la homologación de la paritaria al ministro de Economía, Luis Caputo, que habilitó en esta primera etapa acuerdos salariales de esas características. La metodología podría modificarse a partir de mayo, cuando en la gestión libertaria aspiran a que la economía se encuentre más estabilizada y sea necesario desindexar los salarios de la inflación. Hasta el momento, sin precios de referencia y en las puertas de una hiperinflación, las paritarias se negociaban sin previsiones, con un inédito escenario de incertidumbre.

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Yasin tiene en agenda una decena de revisiones salariales que podrían resolverse con este mecanismo de ajuste automático y un cálculo de una inflación mensual de entre 15 y 20%, según fuentes confiables del organismo laboral consultadas por LA NACION. Del apretón de manos de ayer con Fabián Hermoso y Jorge Zavaleta, los representantes gremiales y empresariales del sector petroquímico, respectivamente, también participó Horacio Pitrau, que volvió a la Secretaría de Trabajo como número dos después de haber estado en la gestión de Jorge Triaca.

Otro de los desafíos inmediatos de Yasin será convocar antes de fin de año al Consejo del Salario para actualizar el salario mínimo, vital y móvil, que es hoy de $156.000. El salario mínimo impacta en unos 500.000 trabajadores que están fuera de convenio. Es importante porque sirve como referencia para el salario inicial docente y los programas sociales, ya que el monto de un Potenciar Trabajo constituye la mitad de un salario mínimo. Además, es un indicador para el trabajo informal y para actividades que no están sindicalizadas en jornadas laborales de ocho horas.

El secretario de Trabajo está a la espera de dos señales para oficializar la convocatoria. La primera es que se confirme mediante decreto presidencial que el monto del Potenciar Trabajo no será más actualizado automáticamente con el salario mínimo. Así se había establecido durante la gestión de Mauricio Macri como un gesto a los movimientos sociales aliados, por lo que se fijó así al salario social complementario en un 50% de lo que resultaba el salario vital y móvil. Esta decisión de dejar de lado a los beneficiarios del Potenciar Trabajo va en línea con la política de licuación que anunció la semana pasada el ministro Caputo.

La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, realizó el viernes pasado su primera reunión de gabinete. Participaron el secretario de Niñez y Familia, Pablo De La Torre; el secretario de Educación, Carlos Torrendel; el secretario de Trabajo, Omar Yasin, y el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli. También su jefe de gabinete, Fabián Perechodnik

La segunda señal que espera Yasin es la luz verde de Sandra Pettovello, la ministra de Capital Humano que tiene bajo su órbita Trabajo y Desarrollo Social. De hecho hubo ayer intercambios entre Yasin y Pablo de la Torre, el secretario del área, sobre el futuro de los planes. Por disposición de la gestión del Frente de Todos, a partir del 1° de enero de 2024, los 1.200.000 beneficiaros de los Potenciar Trabajo y su presupuesto correspondiente deberían estar bajo el radar de la cartera laboral. Esta medida podría prorrogarse hasta marzo o abril. Así lo evalúan fuentes oficiales que ya pusieron en marcha una suerte de auditoría de los beneficiarios y los movimientos sociales, algunos de ellos, protagonistas de la primera movilización en contra del ajuste de Javier Milei.