En la CGT activaron reuniones con todos los bloques y sacan cuentas sobre la posibilidad de un rechazo del mega DNU de Javier Milei y de la Ley Ómnibus. Creen que será un escenario ajustado y temen el rol de Miguel Ángel Pichetto. Además miran a los petroleros «Loma» Ávila y Claudio Vidal que llegaron al recinto como aliados de Juntos por el Cambio y ahora podrían ser decisivos.
Por: Jorge Duarte.
En Azopardo mantienen vigente la idea de militar el rechazo a los mega proyectos de Javier Milei en diferentes planos. En el gremial, donde mantienen vigente y activa la convocatoria para el paro general del 24 de enero; en el plano judicial en el que hubo claros avances con el amparo que suspendió el capítulo laboral; y en el plano político.
Este último es el que le quita el sueño a varios dirigentes cegetistas por estas horas. Descontado que la movilización al Congreso será multitudinaria y que eso podría ayudar a terminar de convencer algunas voluntades, el escenario que observan es de gran paridad en Diputados.
La cúpula de la CGT ya se reunió con los diferentes bloques por lo que tiene un primer pantallazo y ahora esperan que las regionales hagan su parte: que cada una vaya a buscar a los legisladores de cada provincia para presionar por el rechazo desde el lugar de residencia.
«Aprobar tal cual está no la aprueba nadie. No sé si la va a aprobar el 100 por ciento de diputados de La Libertad Avanza. Con lo cual…no tienen aprobación ni van a tener quórum, ni mucho menos», aventuró el propio Héctor Daer ayer en On. En privado son más cautos.
La preocupación por estas horas tiene dos ejes claros: Por un lado temen que Miguel Ángel Pichetto actúe de alguna manera que encuentre un resquicio que le permita a Milei tener una victoria en la cámara baja. Es que en el encuentro mano a mano les dio a entender que su intención es dotarlo de gobernabilidad. Al menos en este primer tiempo de «romance» con el electorado.
El otro foco estará en el rol de los petroleros patagónicos que podrían ser decisivos en un conteo cerrado. Se trata de Jorge «Loma» Ávila, el líder de los petroleros de Chubut y de Claudio Vidal, el petrolero de Santa Cruz que desde que fue electo Gobernador ya no es diputado nacional pero que tiene dos votos en la cámara en baja.
Los casos tiene similitudes y diferencias. Ambos actuaron como aliados de Juntos por el Cambio en los últimos comicios y articularon con ese espacio sus últimos pasos. Sin embargo la particularidad es que Vidal, ahora con responsabilidad de gestión, necesita fondos de nación que podrían volcar su determinación.
«Ávila a nosotros nos dijo que iba a votar en contra», le confirmó un importante dirigente cegetista a InfoGremiales. Aún así nadie está del todo convencido de lo que hará el chubutense. Persisten las dudas por la ernome cantidad de intereses cruzados que están en juego.
Más miedo da lo de Vidal. «Nos dijo que podía tener problemas con los recursos y no nos garantizó nada», explicó otra fuente de la conducción de la central. El tufillo a traición sobrevuela en el aire. La posibilidad de que la derrota la propinen votos de extracción sindical sería un golpe difícil de asimilar.
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