En los últimos cuatro años, el salario de un encargado de edificio con vivienda aumentó 211 %. Con un remunerativo de $ 13.920, un bono que percibirán de $ 2.000 y una nueva suba que comenzarían a cobrar en julio, es el gremio que consiguió las mejores condiciones salariales.
Fuentes sindicales indicaron que esperan que los aumentos en las próximas negociaciones parititarias, que arrancarán en mayo, sean de alrededor del 21 % semestral.
En 2016 la Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (FATERyH), que conduce Víctor Santa María (también presidente del PJ porteño) logró un aumento en partes.
Primero se cancelaron tres bonos no acumulativos retroactivos: $ 1.800 de marzo, $1.800 de abril y $2.000 de mayo.
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Ningún gremio recupera los desfasajes y las pérdidas que hubo el año pasado en términos de salario para los trabajadores pero todos tratamos de remar lo mejor posible, dijo Bacigalupo.
Luego hubo un aumento del 25% desde julio hasta diciembre, cuando entró en vigencia el segundo tramo de las paritarias del gremio, con otro incremento, esta vez, del 12%.
No fue todo. En diciembre, tal como rige en el convenio colectivo de trabajo desde noviembre de 2015, los encargados percibieron un 20% sobre los básicos de bono de fin de año, lo que dio entre $2.200 y $2.600 de bolsillo según las categorías.
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Fue un año muy difícil, pero con estos acuerdos estamos cerca de cubrir lo que fue la inflación anual, dijo a Clarín Osvaldo Bacigalupo, secretario de FATERyH.
“Fue un año muy difícil, pero con estos acuerdos estamos cerca de cubrir lo que fue la inflación anual”, dijo a Clarín Osvaldo Bacigalupo, secretario de FATERyH.
Entre ambos aumentos, más las sumas extra, los porteros terminaron cerrando cerca de un 38,5 % anual.
“Ningún gremio recupera los desfasajes y las pérdidas que hubo el año pasado en términos de salario para los trabajadores pero todos tratamos de remar lo mejor posible”, continuó Bacigalupo ante este diario.
El dirigente dijo que las negociaciones son “siempre complicadas” y más todavía cuando “algunos de los actores del sector las encaran de manera personal”, en una alusión indirecta a las cámaras que agrupan a los administradores de consorcios.
Es que esas agrupaciones quieren sentarse también en la mesa de negociaciones.
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