Se aclararon las diferencias por el acto del 17 de octubre en casi cuatro horas de debate entre los miembros de la mesa chica cegetista. Pedirán una audiencia con el Presidente. Se coincidió en que “hay mucho para corregir” en la gestión
La preocupación por la fragilidad política del Gobierno y el empeoramiento de la situación socioeconómica llevaron a la mesa chica de la Confederación General del Trabajo (CGT) a pactar una tregua entre sus integrantes. De esa forma se dieron por superados los fuertes cortocircuitos por la organización del acto del 17 de octubre, que había sido cuestionada por el cotitular de la central obrera Carlos Acuña, enrolado en el barrionuevismo. Ahora, sobre la base de esta señal de unidad, se pedirá una audiencia con Alberto Fernández para expresarle su apoyo y la necesidad de avanzar en acuerdos sectoriales.
El encuentro de la dirigencia cegetista, que este martes deliberó durante casi cuatro horas en la sede de UPCN, permitió un extenso debate que comenzó con el análisis del acto por el Día de la Lealtad. Aunque varios volvieron a cuestionar que la organización haya estado en manos del kirchnerismo y del Gobierno, con escasa participación sindical, terminaron coincidiendo en que la celebración en la sede de Azopardo 802 le permitió a la CGT “recuperar la centralidad” en la escena política.
Acuña insistió en su postura crítica, aunque se mostró conciliador. En esta oportunidad, no estuvo tan solo: en la reunión estuvieron otros dos barrionuevistas que integran la CGT, Argentino Geneiro (gastronómicos) y Oscar Rojas (maestranza).
Los sindicalistas comentaron el texto de la carta de Cristina Kirchner, pero no ocupó gran tiempo de las deliberaciones: algunos interpretaron que constituyó un respaldo para Alberto Fernández y otros, que buscaba marcarle límites. En general, de todas formas, advirtieron que la crisis cambiaria y la delicada situación socioeconómica dejan en un estado de fragilidad al Presidente y que por eso la CGT debía hacer su aporte deponiendo sus diferencias internas, al menos públicamente: “Lo que tengamos para discutir, que sea hacia adentro”, propuso uno de los presentes para sintetizar la idea de una tregua.
El tema que dominó el debate fue la situación socioeconómica: cada dirigente expuso su visión sobre la crisis de su actividad y se coincidió en que “hay que defender las paritarias libres”. ¿Piensan que están en peligro", preguntó Infobae a un sindicalista. “No, pero algunos siguen hablando de una devaluación que licuaría nuestros salarios, que son los más bajos de la región”, dijo.
La evaluación de la gestión del Gobierno despertó nuevamente críticas entre los miembros de la CGT: afirmaron que “hay mucho que corregir”, cuestionaron a algunos ministros por su inacción y consideraron que "el Presidente tiene que dejarse ayudar”.
Los dirigentes resolvieron, además, intensificar los contactos con el sector empresarial para “lograr un plan de generación de empleo para superar el alto nivel de informalidad y desocupación”. Lo que está más avanzado es el trabajo que técnicos de la CGT están realizando con asesores de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), pero los sindicalistas creen que es inoportuno políticamente difundir ahora una propuesta conjunta con una entidad demonizada por Cristina Kirchner y sus fieles.
En la reunión de la CGT se analizó el acto del 17 de octubre
Como muestra del buen clima que predominó en el encuentro, los dirigentes acordaron convocar a una reunión presencial del consejo directivo cegetista en el edificio de Azopardo 802, que tendría lugar la semana próxima, para permitir que el resto de la conducción de la central obrera se sume al análisis de la situación actual y las definiciones sobre los pasos por seguir.
Luego de ese encuentro, la CGT le pedirá formalmente una audiencia a Alberto Fernández. Algunos gremialistas sueñan que ese contacto servirá para renovar el apoyo sindical al primer mandatario y producir un gesto que le brinde mayor fortaleza política. Pero también quieren que el Presidente apure los diálogos sectoriales para encaminar la reactivación económica.
La sensación con la que se fueron los miembros de la mesa chica cegetista es que el peligro de fractura interna ya se disipó y que, por el contrario, el debate permitió reforzar la conducción de la central obrera, pese a las diferencias entre sus integrantes. “Lo que tenemos por delante supera cualquier pelea”, aseguró un dirigente al aludir al temor a que se acentúe la crisis.
Del encuentro participaron, además de Acuña, Geneiro y Rojas, el otro cotitular de la CGT, Héctor Daer (Sanidad); el secretario adjunto, Andrés Rodríguez (UPCN); Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Armando Cavalieri (Comercio), Antonio Caló (UOM), Sergio Romero (UDA), Omar Maturano (La Fraternidad), Carlos Frigerio (Cerveceros), Jorge Sola (seguros), Víctor Santa María (encargados de edificios), Hugo Benítez (textiles) y Carlos Sueiro (Aduanas).
Comentá la nota