Con la mira puesta en las listas legislativas, los diferentes espacios gremiales de Córdoba demuestran su respaldo al peronismo. En ese contexto, las 62-O buscan aprovechar un momento de debilidad relativa de Pihen para exhibir volumen político y alineamiento al Centro Cívico y Llaryora.
Por: Felipe Osman.
La incógnita que el oficialismo mantiene sobre la fecha de las elecciones genera efectos dentro y fuera del peronismo. Aunque esa tensión, sostenida en el tiempo, está a todas luces dirigida a sumar presión en la interna de Juntos por el Cambio, lo cierto es que los diferentes espacios que promueven a los candidatos del oficialismo y buscan acoplar sus estructuras a las de Hacemos por Córdoba para formar parte del próximo gobierno también se ven influidos por esa indefinición, y antes de quedarse atrás, aceleran.
En otras palabras, sin fecha cierta para los comicios las expresiones que conviven en la oposición no saben a qué calendario acomodar sus hostilidades internas para dirimir los espacios, pero el metabolismo del PJ, que adolece de las mismas incertidumbres, también se acelera.
El gremialismo, que alguna vez fue “la columna vertebral del movimiento”, y que hoy, sin ese protagonismo, intenta mantener algún grado de centralidad dentro del PJ, no es ajeno a aquellos efectos, y también se apresura a rendir pleitesía al delfín del Centro Cívico y, desde luego, a mostrar las estructuras con las que cuenta para apuntalar el camino del intendente hacia el lugar que hoy ocupa Juan Schiaretti.
En esos rodeos, el Movimiento Obrero Peronista organizó, la semana pasada, una cena en la sede de Smata a la que asistieron una docena de sindicatos y en la que estuvieron presentes, además de algunas de las organizaciones que integran el espacio, el intendente Martín Llaryora y el vice intendente Daniel Passerini.
Entre los líderes de los gremios que fueron de la partida estuvo el secretario general del SEP -y líder del MOP-, José “Pepe” Pihen, que disimuló un poco su presencia apostándose a un extremo de la foto que inmortalizó la reunión.
Es que en medio de un conflicto abierto con los estatales por los aumentos que concedió unilateralmente a los médicos, excluyendo al resto de los empleados públicos, el Centro Cívico no está de parabienes con Pihen, y no es el mejor momento para que el líder sindical haga demostraciones de alineamiento con el delfín del gobernador. De hecho, horas después de aquel ágape, el SEP marchó contra el Panal apuntándole duros cuestionamientos por mentir en la negociación y debilitar el modelo sindical excluyendo de las tratativas a la conducción del sindicato.
En ese contexto, los demás espacios gremiales ven la oportunidad de sacar ventaja al sindicalista que durante la última década a respaldando al oficialismo provincial desde la CGT Regional y que, desplazado de ese lugar por la secretaría del Interior de la CGT Nacional, hoy apuntala al peronismo desde el MOP.
Así, tanto desde la comisión normalizadora de la CGT como desde las 62 Organizaciones Peronistas se organizan convites para demostrar volumen político y ofrecer respaldo a la candidatura de Martín Llaryora, la apuesta del PJ para retener el poder tras el ciclo que concluye con el mandato de Schiaretti, el año próximo.
La organización sindical que lideran Sergio Fittipaldi y Ricardo Moreno, que prepara un brindis junto al intendente y al secretario de Gobierno Miguel Sicilano para despedir el año, se ve con chances de convertirse en el principal puntal gremial del oficialismo cordobés, y justifica esas expectativas, fundamentalmente, en dos apartados:
Por un lado, entienden que pueden ofrecer una estructura con un desarrollo y trabajo territorial que las demás organizaciones gremiales no se han encargado de llevar adelante. Participaron activamente de las internas del PJ en Punilla, se juzgan determinantes en el triunfo de la boleta del Centro Cívico en Carlos Paz, y afirman haber inaugurado ya ocho delegaciones en el interior: Carlos Paz, Villa María, Cruz del Eje, Río Cuarto, Parque Síquiman, Malvinas Argentinas, Colonia Caroya y Saldán.
Por el otro, entienden que son la única organización gremial puramente schiarettista, sin vasos conductores que los emparenten con el kirchnerismo.
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