Es producto de conversaciones entre Massa y sindicalistas como Daer y Palazzo; incluye una cláusula de revisión en junio; están en línea con la pauta de inflación del presupuesto 2023
El gobierno nacional y un grupo de sindicatos fuertes de la CGT alcanzaron un principio de acuerdo para fijar una pauta de aumento salarial anual en torno al 60 por ciento, en línea con el nivel de inflación previsto en el presupuesto 2023, confirmaron esta tarde fuentes oficiales y sindicales.
El entendimiento, que incluye a gremios de la talla de la UTA, Bancarios, UPCN, Smata, Comercio y Sanidad, incluirá una cláusula de revisión programada para junio. El principio de acuerdo fue producto de conversaciones del ministro de Economía, Sergio Massa, con sindicalistas como Héctor Daer y Sergio Palazzo.
Aunque los detalles de los convenios estaban siendo pulidos en el ministerio de Trabajo, que conduce Kelly Olmos, junto al triunviro cegetista Daer, afirmaron las fuentes consultadas. Si el pacto general prospera, los sindicatos involucrados firmarán sus paritarias en la cartera laboral, en las próximas semanas.
Según pudo saber LA NACION de fuentes sindicales, la intención de la CGT es “bajar las expectativas inflacionarias” para este año, en el que el gobierno se jugará su continuidad en el poder. De hecho, los sindicatos que negociaron el acuerdo adhieren a la coalición oficialista Frente de Todos.
No obstante, el compromiso que los sindicatos asumieron primero con Massa y luego con Kelly Olmos tiene una contrapartida: los jerarcas gremiales exigieron al gobierno que “haga cumplir los acuerdos de precios” como condición sine qua non para que el aumento salarial del 60% no quede desactualizado.
Ese porcentaje no es antojadizo: está en sintonía directa con el 60% de inflación que figura en el presupuesto 2023, elaborado por el ministerio de Economía y sancionado por el Congreso. “Los gremios están dispuestos a dar una señal fuerte para que eso se cumpla”, aseguraron este miércoles en el Palacio de Hacienda.
Anoticiados del principio de acuerdo entre el Gobierno y la CGT, desde la izquierda del arco político llamaron a rechazar el entendimiento, por considerarlo un “tope salarial”. En los últimos siete años, pactos similares sellados por el macrismo y luego por Alberto Fernández no se cumplieron por la inestabilidad en los precios.
De acuerdo a las fuentes consultadas, el ministro Massa tuvo un papel decisivo en las conversaciones con los sindicalistas de la CGT, algunos de los cuales ya no ocultan que lo quieren como candidato presidencial del Frente de Todos. Las reuniones empezaron en los últimos días de 2022 y prosiguieron en los primeros de 2023.
Massa les habría asegurado a los sindicalistas que el índice de inflación “comenzará con 4″ en febrero y marzo. Y que descenderá a un porcentaje “con el número 3 adelante” desde abril. De ahí que, según las fuentes consultadas, los gremialistas convinieron en fijar un aumento salarial anual en torno al 60%, inferior al 100% que la mayoría de los sindicatos fuertes consiguieron en 2022.
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