Por: Nicolás Balinotti.

Como nunca antes en tres décadas, Hugo Moyano siente por primera vez amenazado su poder en la Federación Nacional de Camioneros, que reúne a 24 gremios de la actividad de todo el país y que el exjefe de la CGT tiene en un puño desde 1992. Descontentos con su liderazgo y con quejas por el déficit de la obra social [Oschoca], que arrastraría un rojo financiero millonario, hay cuatro seccionales que resolvieron abrirse por completo del armado moyanista y evalúan desafiarlo el año que viene en las urnas.

El fallo de la Corte Suprema que avaló la desafiliación del gremio de Santa Fe, que lidera el opositor Sergio Aladio, marcó un fuerte precedente. También la escisión en Córdoba de los recolectores de residuos, que crearon su propio gremio de la mano de Mauricio Saillen. El jueves, en la localidad rosarina de Pérez, Aladio y Saillen escenificarán su alianza y sumarán a Daniel Urrutia y Pedro Mamani, referentes de gremios camioneros de Jujuy y Tucumán, respectivamente. En Jujuy y Tucumán emergieron dos sindicatos alternativos con simple inscripción como un desafío y sucedió algo similar en Chaco, donde ya habría tres agrupaciones. El secretario de Trabajo, Julio Cordero, ya reconoció por la resolución 385/2024 al gremio del jujeño Urrutia en una maniobra para erosionar el poder de representación de Moyano en la provincia. Es decir, Moyano no ostenta hoy la representación total de los camioneros en Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Jujuy y Chaco. Desde estos distritos surgieron los focos insurgentes que ponen a prueba a Moyano.

Sergio Aladio, el dirigente camionero de Santa Fe que encabeza el foco opositor a los MoyanoFacebook

Aladio, un dirigente de 52 años de Arroyo Seco que se formó gremialmente en camioneros bajo el ala de Abel Beroiz, histórico tesorero de Moyano asesinado en 2007, busca ahora diferenciarse por completo y hasta se posiciona para un eventual recambio a pesar de haberse retirado de la Federación Nacional. Tal vez no lo anuncie hoy con Saillen, Urrutia y Mamami, aunque su intención es trascender más allá de su representación en Santa Fe, donde representa a unos 24.000 afiliados.

En su intento de diferenciarse del moyanismo, Aladio avanzó en una reforma del convenio colectivo 40/89 que rige en el transporte automotor de cargas. Promueve la creación de un fondo de cese laboral exclusivo para los camioneros santafesinos que se nutriría del aporte del 3% mensual por parte de los empresarios. A ese fondo, que generaría intereses, se recurriría para afrontar parte del pago de una eventual indemnización. Es diferente al fondo de cese de la Uocra, porque no reemplaza a la indemnización, aunque está en línea con el plan de modernización laboral que promueve la gestión de Javier Milei. Aladio espera desde hace meses la oficialización de esta modificación del convenio por parte del secretario de Trabajo. Lo presentó al final de la gestión de Kelly Olmos y aún no logró su homologación, según dijo a LA NACION.

Mauricio SaillénFacebook Mauricio Saillén

Moyano le quita relevancia al armado opositor. Principalmente porque se mantiene como el único negociador de la paritaria del sector ante las tres cámaras empresarias. Su preocupación casi absoluta es cómo afrontar la crisis financiera de la obra social, que arrastraría un déficit de 11.500 millones de pesos solo en las seccionales del interior, según las planillas a las que accedió LA NACION.

Moyano, con 80 años, tiene mandato en la Federación Nacional hasta fines de 2025. En la última renovación de autoridades, en la que hubo lista única, se excluyó de manera inédita a su hijo Pablo del consejo directivo. El cargo de secretario adjunto que ocupó Pablo durante los últimos ocho años fue cubierto por Jorge Omar Taboada, de Chubut. Taboada, que fue diputado nacional por la fuerza política que fundó Moyano, es uno de los dirigentes del interior que más llegada tiene al jefe en Buenos Aires. Por entonces, el enroque de piezas trajo más novedades. Obtuvieron cargos jerárquicos otros tres hijos del referente camioneros: Hugo (h.), el abogado, como secretario de Coordinación de Asuntos Jurídicos; Karina, como secretaria de la Mujer, y Jerónimo, el menor, como secretario de la Juventud y con cada vez más influencia en el gremio.

Hugo Moyano, en su despacho con sus hijos Facundo, Jerónimo y Huguito (de pie)

A pesar de las señales insurgentes que llegan desde el interior, Moyano conserva todavía intacto el poder y la verticalidad, pero se abre un inmenso interrogante sobre lo que pasaría cuando ya no esté más.