La central obrera rechazó participar de un espacio de trabajo conjunto y denunció que Milei busca imponer las condiciones, pero mantiene el contacto para intentar limitar el alcance de algunas modificaciones. El sector empleador presiona para aumentar las flexibilizaciones.
Por: Mariana Prado-
Mientras el Gobierno se prepara para publicar esta semana la reglamentación de la reforma laboral incluida en la Ley Bases, la Confederación General del Trabajo (CGT) -que rechazó formar parte de una mesa tripartita-, con bajo perfil negocia las condiciones, para limitar el alcance de algunas modificaciones, y el sector empresario presiona para que la letra chica dé mayor libertad para la contratación y el despido de trabajadores, dos claves de la desregulación económica prometida por el presidente Javier Milei.
El contacto permanente de algunos de los líderes de la CGT con el Gobierno generó tensiones puertas adentro de la central obrera. El ala dura, liderada por Pablo Moyano, entiende que a la reforma laboral se la combate en las calles y tracciona desde las bases sindicales el pedido para la convocatoria al tercer paro general contra el Gobierno libertario.
Del otro lado, los empresarios mantienen una agenda de encuentros públicos con el Gobierno y el Presidente visita a diferentes entidades con frecuencia. Este lunes fue el orador principal en el acto por el Día de Industria, organizado por la Unión Industrial Argentina (UIA).
El fondo de cese laboral en la mira
En paralelo a la participación de Milei en el acto de la UIA, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, visitó la Fundación Mediterránea y prometió que cuando se reglamente la reforma, para el fondo de cese laboral “a nivel convenio colectivo, van a poder diseñar el esquema que quieran, con la flexibilidad que quieran, a nivel empresa grande, mediana o chica”, según reflejó el diario Clarín.
“Es una opción que solo se habilita si las partes están ambas de acuerdo a través del Convenio Colectivo de Trabajo. Si empleador o trabajador o ambos no quieren, es letra muerta para ambos. La ley lo dice, sin necesidad de reglamentar, es opcional”, advirtieron desde la CGT, en diálogo con TN.
El fondo de cese laboral se incorporó a la Ley Bases y busca reemplazar las indemnizaciones, al estilo del de la Uocra, pero establece que se implementará mediante un acuerdo entre las cámaras empresarias y el sindicato más representativo del sector.
Diferencias sobre el posicionamiento frente al Gobierno, generaron tensión en la mesa chica de la CGT (Foto: NA).
El modo de implementación del fondo, y fundamentalmente lo que hace al acuerdo entre las partes, fue parte de la negociación del Gobierno con la oposición dialoguista, por lo que desde la central obrera, entienden que debería salir la reglamentación como se acordó en el Congreso y que no debería haber ningún tema de conflicto en ese punto.
Sin embargo, cuando dirigentes de la Confederación Empresaria de la República Argentina (Cgera) se reunieron con secretario de Trabajo, Julio Cordero, le pidieron que “el fondo de despido sea opcional a elección de la empresa y no por paritaria”. En concreto, quieren que las empresas unilateralmente decidan si lo crean y que ese punto quede “debidamente enunciado” en la reglamentación de la ley.
Los frentes de negociación
De las negociaciones con el Gobierno participan dirigentes del ala dura -sin Moyano, ni Sergio Palazzo, de La Bancaria- pero fundamentalmente de la fracción moderada de la CGT. Con más resignación que convicción, intentan morigerar el impacto de algunas reformas, como las sanciones por los bloqueos a empresas o a quienes hagan asambleas en los lugares y horarios de trabajo, por ejemplo.
También quieren que ver hasta dónde el oficialismo está dispuesto a ceder en otros puntos, como la cantidad máxima de contratados sin que se considere una relación laboral o el plazo del período de prueba.
Según pudo saber TN, “todo está en negociación, pero no se alcanzó aún un acuerdo”, en ninguno de los temas que están sobre la mesa.
Profundizado el diálogo con el Gobierno, la cúpula de la CGT viajará a Roma para visitar el 16 de septiembre al Papa Francisco, en el Vaticano. La foto buscará mostrar el apoyo papal al sector de los trabajadores y presionar sobre al arco político, que tiene varios proyectos laborales para debatir en el Congreso.
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