Como parte de la serie de exigencias que el Fondo Monetario Internacional puso como moneda de cambio al apoyo financiero y político, el Gobierno avanza en su diseño e implementación. Según lo indicado por la entidad encabezada por Kristalina Gueorguieva, deberá pasar por el Congreso Nacional para que cuente con el consenso y la legitimidad suficientes.
"De todas las exigencias que puso el Fondo Monetario Internacional (FMI), la primera que se pondrá en marcha es la reforma laboral", anticipó el periodista Ariel Maciel en el programa "Desde el canil". A cambio de apoyo financiero y político, el organismo exigió otras condiciones entre las que se cuentan algunas que están en carpeta —reforma fiscal y previsional— y la desregulación a la importación de maquinaria usada, entre otras.
Desde hace meses, el FMI insiste en la necesidad de “mejorar el clima de inversiones” en la Argentina, lo que en sus términos implica avanzar con una reforma del mercado laboral que permita “reducir la informalidad y promover la creación de empleo formal”. El organismo ha sido enfático en que la reforma debe pasar por el Congreso de la Nación, por lo que se descarta su implementación por medio de mecanismos como los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).
En Argentina, según el INDEC, la informalidad alcanza en la actualidad al 42% de los trabajadores.
En el programa que se emite por la pantalla de Bravo TV de lunes a viernes a las 18 se analizaron los lineamientos del Fondo, que apuntan a flexibilizar los contratos de trabajo. Se busca "que sea más fácil contratar y más fácil despedir. Que exista un menor costo desde el punto de vista impositivo", resumió Maciel. Otro aspecto que busca ser blanco de la reforma es el de las indemnizaciones por despido. Se evalúan distintos proyectos. Uno de ellos es reemplazarlas por un "fondo de compensación por cese laboral", mecanismo por medio del que los propios trabajadores irían "comprando" su propia indemnización durante el tiempo en que ejerzan su actividad en una empresa determinada.
Está en discusión si los contribuyentes de ese fondo deberían ser los propios trabajadores o los empleadores. Existe uno similar que actualmente funciona en el sector de la construcción, donde el empleador aporta mensualmente un porcentaje en una cuenta que el trabajador puede cobrar al finalizar el vínculo laboral. Sería parte de la reforma, además, la simplificación de los convenios colectivos y la reducción de la carga impositiva implicada en contratación de personal.
Liliana Franco: “Milei y el FMI piden una reforma laboral, previsional e impositiva, hay una coincidencia histórica”
El ministro de Economía, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, buscan consensuar una “reforma por partes”: introducir cambios graduales que bajen el costo laboral sin generar una ruptura social o sindical masiva. Una de las “zanahorias” que baraja el Ejecutivo es la reducción de impuestos laborales, especialmente para PyMEs, como mecanismo para incentivar el blanqueo de trabajadores. También se estudia implementar seguros de desempleo ampliados en reemplazo de las indemnizaciones tradicionales, una opción que viene ganando terreno.
"El problema es el FMI"
Algunas organizaciones laborales y referentes sociales rechazan de plano cualquier reforma que implique pérdida de derechos. Desde la CGT hasta sindicatos docentes y estatales, el mensaje es unívoco: “no hay reforma sin consenso”.
Para el Gobierno, el desafío es doble: cumplir con las metas del FMI sin generar estallidos sociales ni confrontaciones sindicales. Por ahora, la reforma laboral es una exigencia que avanza a paso lento, pero el margen para no actuar se reduce día a día. En el medio, millones de trabajadores y empresas esperan señales claras sobre cómo será el nuevo mundo del empleo en la Argentina que viene.
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