La regional Lomas de Zamora de la Confederación General del Trabajo (CGT) manifestó hoy su “máxima expresión de solidaridad con la lucha emprendida por los Trabajadores de Sanidad” y condenó la “avidez empresaria que no permite se regularicen los salarios de un sector que nos involucra a todos”.

“Esta regional manifiesta su preocupación extrema al tomar conocimiento del fracaso de la reunión de conciliación obligatoria, dictada por la autoridad de aplicación, que ante el también silencio cómplice de los financiadores del sistema, pareciera que se ubicaron del lado de los empresarios y sus intereses comerciales y desconocen las urgencias salariales de quienes se desempeñan en una tarea esencial en estos tiempos de pandemia”, denuncia la central sindical local en un comunicado.

Para la entidad gremial, los trabajadores de sanidad son los que “estuvieron, están y estarán en la primera línea de un combate desigual, exponiendo sus propios cuerpos, con compañeros fallecidos, con estrés laboral y con el permanente terror de contagiar a sus familias” y pone de relieve que ante la inminente llegada de la ‘segunda ola’, el Ejecutivo nacional no se pronuncia acerca de la necesidad de mejorar los salarios de ese sector.

El reclamo de los trabajadores de sanidad está relacionado con el pedido de actualización de los salarios básicos para alinearlos con el incremento del índice de precios al consumidor para 2020 y cuenta con la oposición de las empresas de salud.

“Nos ponemos a entera disposición para acompañar el plan de lucha que dispongan nuestras hermanas y hermanos de sanidad, toda vez que entendemos que al hacerlo, concebimos que actuamos en defensa propia y de la comunidad en general”, concluye el Consejo Directivo de la regional cegetista liderada por Sergio Oyhamburú.

La Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA), con apoyo de agrupaciones profesionales de médicos, había aprobado un plan de acción escalonado que se inició con paros de tres horas por turno y una propuesta de huelga por 24 horas para el 30 de marzo y que fue suspendido por el dictado de la conciliación obligatoria durante quince días por parte de la cartera de Trabajo.