Trazabilidad, habilitaciones e informalidad, las aristas calves. Las responsabilidades a distintos niveles.
Las irregularidades en el puerto marplatense son una verdad vox populi, que sin embargo, no suelen producir grandes movimientos en la industria y la ciudad. El conflicto en la planta de fileteado de Ostramar desatado hace más de un mes atrajo la lupa de autoridades provinciales generando movimiento en torno al tema al que se suma el reciente anuncio de un censo en el sector por parte de investigadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
Con el conflicto de la empresa propiedad de la familia Caputo -dueños a la postre del Repunte- abierto, el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires lanzó un operativo de relevamiento de plantas dedicadas al procesamiento de trabajo en tierra. Según explicaron a este medio, a diferencia de los trabajadores embarcados o de carga y descarga, dónde la registración laboral es alta, en tierra la informalidad cobra protagonismo.
En total se relevaron 20 empresas que tendrán tiempo hasta el jueves para presentar la documentación que acredite la relación laboral con los trabajadores (alrededor de 300) o en caso de que sea una cooperativa, los papeles que la certifiquen como tal. De lo contrario, recibirán infracciones y sanciones por parte del organismo. En un establecimiento en el Parque Industrial, ocurrió la insólita circunstancia de que no quisieron abrir la puerta a los inspectores y que los trabajadores fueron obligados a recluirse en un contenedor.
Según expresaron desde la cartera de trabajo a La Tecla, es necesario el trabajo mancomunado de otras entidades como AFIP, SENASA, Aduana, el Consorcio Portuario y las centrales obreras, ya que esto permitiría mayores herramientas para abordar la problemática.
A parte de los organismos provinciales y nacionales, el Municipio tendrá responsabilidad principalmente desde el punto de vista de las habilitaciones, ya que las compañías las requerirían para abrir de forma legal y regular en la ciudad. Algo similar ocurre con los servicios como el agua y la luz, cuyas conexiones muchas veces son clandestinas.
En ese sentido, la problemática deviene en condiciones insalubres para los trabajadores pero que también afectan al producto que finalmente llega a las mesas.
Según señalaron, la problemática de la registración viene de la mano de la evasión fiscal, ya que se declaran menor cantidad de trabajadores y se eluden las cargas sociales de los mismos.
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