Sobre el filo del cierre del año, la paritaria aceitera llegó a un acuerdo tras meses de negociación y un último tramo que incluyó más de 20 días de paro de los gremios del sector. El saldo, de lo que fue el conflicto sindical más importante del 2020, fue un triunfo de las demandas de los trabajadores que obtuvieron el aumento salarial pretendido, el habitual pago del bono de fin de año y uno extra por haber desarrollado tareas durante la pandemia.
En esa lucha que paralizó los puertos y la exportación de las multinacionales agroexportadoras participaron en unidad el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA), la Federación de Aceiteros y Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODYARA) y la Unión de Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA). Un triunfo que fue fruto del trabajo conjunto ante las maniobras de las empresas, que según denunciaron los gremios, venían forzando el conflicto para presionar al gobierno por mejores condiciones para acrecentar su rentabilidad.
Uno de los protagonistas de esa pelea fue Pablo Reguera, secretario general de los aceiteros de San Lorenzo, gremio integrante de la Corriente Federal de Trabajadores. En esa ciudad, lindante con Rosario, están establecidas las principales multinacionales del sector agroeportador, sumadas a empresas nacionales, con plantas industriales y puertos propios por donde ingresan una parte considerable de las divisas al país. Entre ellas Cargill, Cofco, Renova, Bunge, Nidera, Glencore, Molinos Agro, Vicentin y Aceitera General Deheza. Todas empresas de enorme envergadura y facturación.
Reguera narra que llegaron al acuerdo paritario tras “14 reuniones, las últimas cuatro presenciales, conciliaciones obligatorias y más de 20 días de paro” con los trabajadores apostados en las puertas de las plantas industriales, incluso pasando allí la Nochebuena y paralizando los puertos “desde Bahía Blanca a Timbués (Santa Fe)”.
Finalmente, en el acuerdo los gremios lograron materializar sus demandas con números similares, pero cada uno con sus particularidades al ser paritarias diferentes. En el caso de los aceiteros de San Lorenzo cerraron el 2020 con un 35% de incremento salarial (cifra acorde a la inflación), un bono de $70.718 (que cobran desde 2010) y un bono pandemia de $90.000. El salario inicial al comienzo de 2021 será de $93.000. A su vez, pactaron un incremento extra del 25% para el primer tramo del 2021 contemplando una revisión para agosto de este año.
“Las empresas nos hicieron una mala jugada, nos utilizaron a nosotros para apretar al Gobierno. Hubo muy mala intención de las empresas”, reflexiona Reguera sobre una negociación que venía desde septiembre. “Perdieron más de lo que nosotros le veníamos pidiendo. Empezaron a hacer ofertas con quitas que sabían que nosotros nunca íbamos a aceptar. Tampoco se entendía la negativa sobre algo que venían pagando como en el caso del bono donde nos ofrecieron menos de lo que habían pagado el año pasado”, agregó.
“Las empresas nos hicieron una mala jugada, nos utilizaron a nosotros para apretar al Gobierno”.
¿Por qué la negativa y la dilación de las cámaras empresarias del sector para cerrar la paritaria? Los gremios venían ensayando una respuesta a ese interrogante. “La negativa no era por lo que nosotros veníamos pidiendo, jugaron una pulseada con el Gobierno. Jugaron una ficha muy grande en la cual no tuvieron el visto bueno con el Gobierno. Ellos pretenden un ´dolar más competitivo´ o baja en las retenciones”, indica Reguera.
Otro aspecto que en algún momento estuvo presente en el debate fue el rol del Ministerio de Trabajo encabezado por Claudio Moroni donde se filtraron críticas ante la falta de una postura más firme frente a las maniobras del sector empresario.
Por su lado, Reguera tuvo elogios para la actuación. “El Ministerio siempre estuvo presente en la negociación, Moroni tuvo muchísima firmeza en el final de la misma. Debemos parte de lo que hemos conseguido con su actuación. Nosotros nunca nos sentimos abandonados”, indicó.
“El Gobierno nos dio un espaldarazo importante ante empresas que son importantes no solo en Argentina, sino en el mundo. Por suerte hemos conseguido todo lo que pedíamos en la paritaria”, concluyó.
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