Esta semana reabrieron las tabacaleras en Argentina, reactivando un sector que emplea a más de 10.000 personas y genera miles más de fuentes de trabajo que estaban en peligro por las importaciones de cigarrillos de Chile y Brasil y el “tradicional” contrabando proveniente de Paraguay.
A partir de ahora, y de a poco, comenzarán a ser reabastecidos en cigarrillos quioscos, bares y estaciones de servicio de la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal. El resto del país seguirá en las próximas semanas.
La venta de tabaco representa casi el 80 por ciento de los ingresos de los quioscos, por ejemplo. La mitad de ellos debió cerrar.
En los casi dos meses en que las fábricas estuvieron cerradas, el precio de los paquetes de cigarrillos llegó a duplicarse ante la escasez.
Las plantas reabrieron en estrictas condiciones de seguridad negociadas entre los empresarios, el Sindicato Único de Empleados del Tabaco (SUETRA) y la Federación de Trabajadores del Tabaco de la República Argentina (FTTRA).
Además de controles de temperatura al ingreso, los trabajadores y las trabajadoras fueron divididos en turnos con horarios de entrada y salida escalonados y se tuvieron en cuenta normas para respetar las distancias recomendadas con el fin de limitar las posibilidades de contagios.
El protocolo acorado entre las partes también establece un traslado privado a los lugares de trabajo.
El SUETRA y la FFTRA habían pedido a comienzos de mes en un comunicado común la reapertura de las fábricas.
“Entendemos que las autoridades de gobierno comparten el valor del empleo industrial argentino y que no está entre sus objetivos que dichas actividades, generadoras de mano de obra y dinamizadoras de la economía, sean reemplazadas por bienes traídos del extranjero”, destacaron en ese texto.
“Por cada día en que no salen cigarrillos al canal comercial, el Estado deja de percibir 700 millones de pesos de impuestos y las obras sociales ven lesionados seriamente sus ingresos en momentos en que el sistema debe estar fortalecido para enfrentar las necesidades de los afiliados”, culminaba texto, firmado por Juan Martini, secretario general de la Federación, y Raúl Quiñones, del SUETRA.
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