Cree que la Casa Rosada la quiere solo para la foto y que no cumplirá con su pliego de condiciones. Cumbre, vuelta a la calle y horizonte para el tercer paro.
Por José Maldonado.
Luego de volver a la protesta callejera esta semana, la conducción de laCGT ahora discute puertas adentro cómo seguir el vínculo con el gobierno de Javier Milei, ante la falta de respuestas al pliego de condiciones que presentó para aceptar la invitación a sentarse en la mesa de diálogo con la Casa Rosada.
Hay resquemor: la central obrera está convencida de que la administración libertario la quiere sentar en la mesa solo "para la foto". Y también para ganar tiempo, por lo que dilata todo lo posible las respuestas a sus planteos, centrados en la discusión por la reglamentación de la reforma laboral, en la implementación del impuesto a las Ganancias y otros temas centrales en la agenda gremial, como el financiamiento de las obras sociales. Por eso, cada vez suenan más fuertes las voces sindicales que piden endurecer posiciones.
Tensión con el Gobierno
La semana próxima, la mesa de conducción cegetista se reunirá en Azopardo para definir los pasos a seguir con respecto a la nueva invitación de la Secretaría de Trabajo para otro encuentro de la mesa tripartita con empresarios, ámbito que la CGT decidió vaciar ante la falta de respuesta por parte del Gobierno a sus reclamos.
La mesa de Diálogo Social está abierta. Invitamos a todos los sectores del mundo del trabajo, pero se ve que la CGT le tiene miedo a Moyano. pic.twitter.com/fOkZv4hqlh
— Ministerio de Capital Humano (@MinCapHum_Ar) July 31, 2024
Será el inicio de una discusión que se trasladará a un plenario de regionales y a una reunión del consejo directivo, que volverá a exponer las diferencias internas. En la pulseada entre las tribus cegetistas, ganan cada vez más peso las posiciones duras, la de aquellos que piden empezar a discutir nuevas medidas de fuerza. El paro se cocina a fuego lento y algunos ya ponen septiembre como horizonte posible.
La agenda de la CGT
Para volver a sentarse con el secretario de Trabajo, Julio Cordero, y los empresarios, la CGT exige de la administración libertaria un gesto de buena voluntad: que retire la apelación presentada contra el amparo que frenó el capítulo de la reforma laboral del decretazo. Es decir, la central quiere que se respete la decisión de la Justicia a su favor y pide discutir temas calientes de la reforma laboral, especialmente los referidos a las modalidades de contratación y al encuadre de sanciones a las protestas gremiales. Además, la conducción gremial reclama como gesto una suba de los pisos de Ganancias (hoy en $1,8 millones para solteros y $2,2 millones para casados con dos hijos) para atenuar el impacto inflacionario.
Al terminar la semana, el Gobierno no envió ninguna señal a la CGT sobre esta agenda. "No respondieron a uno solo de los pedidos", reprochan en el edificio de Azopardo.
Por eso, analizan qué hacer con la nueva convocatoria a la mesa tripartita del secretario de Trabajo, esta vez enfocada en "formación, capacitación y empleo". La central todavía no decidió si su cúpula acudirá o no, aunque por estas horas la idea que gana fuerza es la de enviar otra vez a representantes técnicos para esquivar la foto oficial.
Jorge Sola, vocero de la CGT.
"Lo veo difícil si el Gobierno no hace un gesto", dice el vocero de la CGT y secretario general del gremio del Seguro Jorge Sola a Letra P. "En la última reunión que tuvimos con el Secretario de Trabajo se lo planteamos claro: el principal gesto que tiene que hacer para que participemos de esa mesa era retirar la apelación ante la Corte a la sentencia que conseguimos en la cámara laboral rechazando el DNU 70/23. Eso no sucedió", afirmó.
Reforma laboral
El Gobierno desoyó todos los pedidos de la CGT y decidió avanzar con la agenda productiva junto a empresarios en la discusión por la reglamentación de la reforma laboral sancionada por el Congreso. Los capítulos que generan más rechazo en los gremios son los que imponen sanciones a modalidades de protesta en las plantas y lugares de trabajo, una posible herramienta de persecución, según denuncian en la central obrera.
"No nos cierra esa asociación que existe entre el sector empresario y los funcionarios del Gobierno", dice Sola sobre las reuniones de la mesa de Diálogo. "Si bien dicen que convocan a los tres actores, la consonancia entre el Gobierno y los empresarios es muy evidente. Se vio con el salario mínimo vital y móvil, donde el Gobierno termina laudando tal como pedían los empresarios. Y se ve cuando ellos salen a decir que van a discutir con la Casa Rosada cómo profundizar la reforma laboral", completó.
La definición de la pulseada por el salario mínimo fue uno de los disparadores de esta nueva etapa de conflicto. En forma unilateral, el Ejecutivo lo fijó en $271.571 para el mes de octubre, muy lejos de los $400.000 que había pedido la CGT como medida de emergencia para atenuar el impacto social del ajuste.
🔵 Miles de trabajadoras y trabajadores exigimos #PazPanTierraTechoTrabajo 🇦🇷#SanCayetano pic.twitter.com/tGdyISwUPp
— CGT (@cgtoficialok) August 7, 2024
El otro tema fue Ganancias. La reglamentación del impuesto cambió el clima de la central y, por primera vez en el año, hermanó a duros con dialoguistas. En la última reunión del consejo directivo cegetista estalló el malestar y se anunció el abandono del diálogo con la Casa Rosada.
Reunión de mesa chica
La discusión se retomará la semana que viene en una reunión de mesa chica que sentará a los principales referentes cegetistas: los cosecretarios generales Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña y con presencia de los secretarios generales con más peso, como Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y José Luis Lingieri (Obras Sanitarias).
La peregrinación por San Cayetano junto a movimientos sociales y las dos CTA del miércoles pasado puede haber sido la primera parada de una serie de medidas que desemboquen en un tercer paro, tal como vienen planteando los sectores más combativos cegetistas.
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