Un informe reveló que existe un giro en las preocupaciones sociales. Se priorizan otras problemáticas por encima del rol sindical.
Por Pablo Álvarez.
Se suele decir que los sindicatos tienen una mala imagen ante la sociedad y, por lo general, sus principales referentes son expuestos como un problema más que una solución, postulado al que han adherido explícitamente integrantes del Gobierno actual de La Libertad Avanza.
Un informe elaborado por una consultora a partir de una encuesta concluyó algo distinto: más de cinco de cada 10 personas confían en los sindicatos y seis de cada 10 creen que son necesarios para que el país avance.
En un reciente estudio de la consultora Sentimientos Públicos, que abarcó 2.500 casos y que contó con un intervalo de confianza del 95% y un margen de error de tres puntos, la encuestadora indagó en las percepciones ciudadanas sobre estas corporaciones.
Hernán Vanoli, director de dicha consultora, explicó que las corporaciones políticas y sindicales son clave en la imaginación pública argentina. También señaló que la Argentina, posee una marcada tradición corporativa, y mantiene una relación particular con las corporaciones políticas y sindicales.
Según el especialista, estas instituciones no sólo forman parte del entramado estructural del país, sino que también ocupan un lugar central en la imaginación pública. "Su estima social es volátil, pero nos encanta debatir sobre ellas", afirmó.
Ante la consulta sobre si para que un país avance es indispensable que tenga sindicatos fuertes que defiendan a sus trabajadores, seis de cada diez argentinos estuvieron de acuerdo con esta afirmación.
El nivel de acuerdo es mayor en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y en el resto del país que en la Provincia de Buenos Aires (PBA). Además, este respaldo crece entre los centennials, con un 10% más de adhesión, y entre los millennials, donde el aumento alcanza el 15%. En contraste, el acuerdo disminuye entre las personas mayores de 43 años.
Las mujeres también se destacan como un grupo que apoya más esta idea, con una diferencia marcada: entre ellas, el respaldo alcanza el 65%, frente a un 35% que no está de acuerdo.
Un dato interesante se dispara de la evolución respecto a la percepción de que los sindicatos son el principal problema del país: esta idea disminuyó 23 puntos entre mayo de 2023 y noviembre de 2024.
Factores como el temor al desempleo, la creciente carestía económica y la percepción de un gobierno enfocado en otorgar mayor libertad laboral a las empresas parecen haber influido significativamente en este cambio.
Esta evolución refleja un giro en las preocupaciones sociales, priorizando otras problemáticas por encima del rol sindical.
El reporte también mostró que más de la mitad del país tiene exigencias para el mercado de trabajo: preferiría “un trabajo independiente, con horarios flexibles en los que pueda autorregularse, antes que las relaciones de dependencia con beneficios sociales y presencialidad plena”.
Al respecto, el director de Sentimientos Públicos, Hernán Vanoli, aseguró: “La incertidumbre con la estabilidad laboral convive con el deseo de pautar los ritmos de la propia vida. En ese sentido, el sindicalismo es un refugio ante un mundo hostil, impredecible y, muchas veces, rapaz. Puedo no querer usarlo, pero me tranquiliza que esté”.
La imagen de la CGT
En enero, en ocasión del primer paro general convocado por la CGT, la consultora Zubán Córdoba había medido la imagen de la principal central obrera y dio resultados que llamaron la atención.
En aquel documento se ve que el principal colectivo sindical del país tenía 39,6 de imagen positiva y 57 de negativa. Esos números le daban mejor imagen que a figuras importantes de La Libertad Avanza como Karina Milei (35 y 48), Luis Caputo (35 y 57) y Martín Menem (34 y 43), y también por encima de Mauricio Macri (35 y 63).
“Medimos la imagen institucional de la CGT: 39 de positiva y 57 de negativa. Este dato, que en principio, en su primera lectura, podría parecer negativo, no es así. Siempre hemos medido el nivel de confianza e imagen del sindicalismo argentino y nunca nos dio estos números”, indicó el representante de la consultora, Gustavo Córdoba, en referencia a la imagen positiva especialmente alta.
“Siempre nos dio alrededor de 20 de positiva, contra 60 o 70 de negativa”, agregó. “Yo medía, por ejemplo, a los Moyano o a los circunstanciales secretarios generales de la CGT, y siempre la negatividad era superior a la de la política”, completó.
Comentá la nota