El encuentro se decidió antes del escándalo del “vacunatorio VIP”, pero descuentan que se hablará del tema. Sólo Hugo Moyano admitió que él y su familia se aplicaron la Sputnik V. Se cree que hay muchos dirigentes que lo hicieron a través de los sanatorios de las obras sociales
La Confederación General del Trabajo (CGT) analizará esta tarde la situación socioeconómica a partir de las instancias de diálogo que abrió el Gobierno con el acuerdo de precios y salarios y el Consejo Económico y Social. ¿Podrá evitar la evaluación sobre la forma en que el escándalo por el “vacunatorio VIP” impactó en el sindicalismo?
Un miembro de la cúpula cegetista admitió a Infobae: “Hablaremos de todo”. Parece difícil que la central obrera difunda alguna posición en medio de las innumerables versiones sobre dirigentes que supuestamente se vacunaron, pero es más difícil que se haga la distraída. Las dudas se despejarán a partir de las 15.30, en la sede de la UOCRA, en avenida Belgrano al 1800, Capital, cuando comience una reunión de su consejo directivo a la que fueron invitados dirigentes que no integran la central obrera.
El encuentro fue decidido antes de que estallara el escándalo por la lista de privilegiados que pudieron vacunarse con la intención de discutir acerca del diálogo con la Casa Rosada y los empresarios, las promesas oficiales de que no habrá topes en las paritarias e incluso sobre la futura renovación de autoridades de la CGT.
Hasta ahora, luego de que su nombre apareció en los medios como uno de los privilegiados que tuvo acceso a la Sputnik V, sólo Hugo Moyano admitió que él, su esposa y su hijo de 20 años se habían vacunado contra el COVID-19, pero no en el Ministerio de Salud sino mediante dosis provistas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para los sanatorios y clínicas porteñas (que deben destinarse, en realidad, al personal de salud).
El titular del Sindicato de Camioneros, Hugo Moyano
Se descuenta que muchos sindicalistas también accedieron a la vacuna de la misma forma que el líder camionero a través de convenios entre el gobierno porteño o el bonaerense y la estructura prestacional de las obras sociales, pero la mayoría de los dirigentes niega que se haya inoculado o directamente sigue sin responder los llamados.
“Soy presidente de dos obras sociales”, fue una de las justificaciones de Moyano, de 77 años, sobre su polémica decisión de vacunarse, una explicación tan endeble como la que utilizó para defender a su esposa, Liliana Zulet, y a su hijo menor, Jerónimo, de 20 años, quienes recibieron la Sputnik V, según aseguró, porque están expuestos a riesgos sanitarios ya que trabajan en el Sanatorio Antártida, propiedad del Sindicato de Camioneros.
Quien habló este lunes del tema fue el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, quien no quiso polemizar con Moyano y señaló: “Con cada uno de los hospitales y clínicas gremiales hemos hecho un convenio donde están delegadas las responsabilidades y cada sanatorio debe presentar un listado con los vacunados”.
“Hay una persona responsable del Sanatorio Antártida que debe velar por las pautas vigentes. Vamos a chequear que eso se cumpla y observar situaciones que no se hayan cumplido”, advirtió el funcionario.
Jorge Taboada, ex diputado y titular del Sindicato de Camioneros de Chubut
La polémica por la vacunación alcanzó a un aliado de Moyano como Jorge Taboada, secretario general del Sindicato de Camioneros de Chubut, investigado por el robo de 30 vacunas del Hospital Zonal de Comodoro Rivadavia, episodio que originó que la Justicia allanara la sede del gremio y de la obra social. Allí se secuestró documentación que confirma que dirigentes de esa organización y algunos de sus familiares se vacunaron.
“No cometimos ningún hecho ilícito ni nos robamos la vacuna”, dijo Taboada, quien explicó que estaban preocupados por la posibilidad de que se contagiaran de COVID-19 quienes trabajan en la obra social y que consiguieron las dosis de Sputnik V a través de “una señora que trabaja en el Hospital Regional y que se presenta como autoridad, y de hecho, tenemos vinculaciones anteriores porque fue la que nos vacunó contra la gripe”.
Sostuvo que “no había nada que permitiera sospechar que podía haber una irregularidad; ella nos avisa que hay disponibilidad (de vacunas), siguen las conversaciones, nos dice que traslademos al personal al Hospital y después se ofrece para ir a la obra social”. “Hasta nos facturó el servicio de inmunización”, aseguró.
Taboada, ex diputado nacional del partido político que tuvo Hugo Moyano incluso responsabilizó por el episodio al ministro de Salud provincial, Fabián Puratich: “Es el principal responsable y en ningún momento se hace cargo. Si hubiera hecho su trabajo de trazabilidad, criterio, contralor y custodia nada de esto hubiera sucedido”.
Ginés González García y el superintendente de Servicios de Salud, Eugenio Zanarini
Quien apareció en la lista de los vacunados VIP del Hospital Posadas que difundió este lunes el Gobierno es el superintendente de Servicios de Salud, Eugenio Zanarini, un técnico de extrema confianza de Ginés González García (fue vicerrector de la Universidad Isalud, creada por el ex ministro).
Se especula que la nueva ministra de Salud, Carla Vizzotti, removerá al funcionario, que ocupa un puesto clave para el sindicalismo porque la Superintendencia se encarga de administrar el dinero de las obras sociales.
Si finalmente se concreta su reemplazo, la CGT teme que el nuevo superintendente de Servicios de Salud provenga del kirchnerismo duro y disponga un control más férreo y discrecional de los fondos, que, en rigor, no son del Estado sino que provienen del aporte de los trabajadores al sistema de seguridad social.
De la misma forma, en la central obrera preocupa que secunde a Vizzotti el actual viceministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak: le atribuyen la paternidad del proyecto de reforma del sistema de salud que impulsa el kirchnerismo y que, según los gremialistas, busca apropiarse de los fondos de las obras sociales.
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