De Rio Negro al Movimiento Obrero Nacional Rodolfo Aguiar, Adjunto de ATE Nacional, pidió debates urgentes. “Hay gremios que funcionan como empresas». Convencido de la batalla cultural, denunció que el problema argentino “está en la impunidad de los ricos para acumular” y no en los pobres. De allí sustenta la preponderacia del “colectivo de trabajadores y trabajadoras”, y avisó que “cuando termine la pandemia el teletrabajo deberá cesar en los organismos públicos”.
Advirtió, también, que el Gobierno está obligado a cambiar y no sólo “juntarse con la CGT y la UIA”. Asume que la política tuvo cambios pero que las organizaciones sindicales no y allí existen áreas “intocables». Demanda que se rindan cuentas, “patrimoniales y de principios”. Opositor a los Kirchner durante su gestión, realzó a Néstor y sobre todo a Cristina.
Apelar a la metáfora futbolística para semblantear paralelos con el sindicalismo es una vía rápida y sencilla. Hablar entonces de Rodolfo Aguiar, secretario adjunto nacional de ATE, remite, por un lado, a la llegada del rionegrino desde un “Torneo Nacional” gremial a la Primera División del Movimiento Obrero. Y para dar el talle personal aparece la nota de color, él jugó al fútbol profesionalmente como arquero en su provincia, compitió en campeonatos federales, hasta una tarde donde le hicieron un gol imposible y entendió que era el momento de su retiro, se volvió entonces a su pago chico, donde sólo es “El Rodi”, con el bolso en la mano y la tristeza en su ser.
Hubo refugio en el bastión familiar donde tiene quórum propio y mayoría absoluta por su esposa e hijo. Lamenta incluso que, por razones laborales, no pudo estar en el cumpleaños de “su pibe”.
La cita para la entrevista con InfoGremiales fue en el Bar Británico (Brasil y Defensa), lo eligió Aguiar porque se siente local allí y por la ligazón del bar con la historia de ATE, ya que desde hace años los dirigentes toman allí un café y debaten. El Británico está próximo a un hotel de esa asociación de estatales. Y la charla fue temprano, para el desayuno:
-Levantarme a las 6.30 de la mañana es casi una religión desde hace una década, cuando me tocó asumir la secretaría general de mi sindicato en Río Negro. Y además con esta responsabilidad en ATE Nacional, esa obligación de trabajo es más fuerte aún. No se trata de una pose o una frase para generar simpatía, lo marca la realidad: Dormirse es quedar afuera de situaciones donde se exige presencia y decisión.
-¿Habla de disciplina?
-Mirá, hay un ejemplo muy concreto y que nos tocó vivir en Río Negro. Por ese entonces éramos casi desconocidos en nuestra provincia y sucede el asesinato del gobernador Carlos Soria. Un hecho que en también me hizo pensar en la finitud de los seres humanos, en cuando equivocados a veces nos creemos que podemos superar al tiempo.
El había asumido el 10 de diciembre como mandatario provincial y es asesinado en la fiesta de fin de año. Esa noche a las 4 de la mañana un afiliado de ATE que trabajaba como enfermero se comunica para informar que habían matado al Gobernador. Una fecha y una hora complicada para poder creer en esos dichos, pensemos en contexto. Pero, sacudido por la circunstancias, ese compañero me dijo que tenía frente a el cuerpo de Soria.
-Un momento difícil de olvidar…
-La cuestión es que todavía conmovidos por la triste noticia armamos un comunicado de prensa desde nuestra organización lamentando esa muerte, y a las 5AM ya estaba circulando ese texto por nuestra provincia. Lo que no pensábamos era que el comunicado iba a tener repercusión nacional. Porque durante horas se replicó en los medios de todo el país, y así después fueron otros sindicatos los que también expresaron sus condolencias. Repito era un Primero de enero, por lo general una jornada donde la información no tiene la dinámica de los días hábiles y pensá que, como te dije, nosotros ni éramos conocidos casi en nuestra provincia.
-Hay tres elementos para remarcar, su mención no casual a la finitud, la toma de conciencia de la información a nivel federal y en ése contacto directo de un afiliado de ATE…
-Exacto, pensemos que era un trabajador, un compañero, que le había tocado la guardia en ese día festivoy se comunicó con nosotros. Más allá de la desgracia del hecho, quedó en claro que el contacto con nuestros afiliados es fundamental.
Parece de manual pero hay que repetirlo todos los días: No hay propuesta, reclamo, inquietud de un gremio sin la participación de los afiliados y las afiliadas. Te cuento esa anécdota porque nutrió nuestra experiencia.
-Si de Provincias, estructura federal y la Capital se trata, aparece ese dicho, válido incluso para los ateos: “Dios está en todas partes pero atiende y define en Buenos Aires”.
-En parte es la realidad, ahora te tengo que decir que eso no puede detenernos. Y no por mi presente como dirigente nacional y provincial, hablo de cuando era delegado en PAMI, donde me inicié. Entes centralizados, donde un pase, una categoría o el tema que fuere se resolvían en Buenos Aires porque no lo podía definir un gerente de provincia. Recuerdo que me tocaba viajar, semana de por medio y en micro, a la Capital Federal.
Apenas electo como delegado llevamos adelante un conflicto muy fuerte en el PAMI de mi provincia, y nos convocaron desde Buenos Aires. Bueno, en mi sindicato hicieron una colecta para que me acompañara un médico, el doctor Márquez Gauna, y exponer nuestra situación como profesional de la salud. Denunciábamos precarización laboral, teníamos a la mayoría del personal como contratados. Recién comenzaba la presidencia de Néstor Kirchner y estaba a cargo de la dirección ejecutiva del PAMI, a nivel nacional, Graciela Ocaña, incluso habíamos instalado una “Carpa Negra” para visibilizar el conflicto.
-¿Desde ese Aguiar 2003 a hoy qué meta le falta lograr?
-En mi labor provincial hubo un esfuerzo y un desgaste enorme, sobre todo para mi familia. No hablo de situaciones intangibles. Tuve 55 causas judiciales y fui detenido 3 veces por mi actividad gremial. La última durante la primera visita patagónica del entonces Presidente Mauricio Macri a Viedma en febrero de 2016. Bloqueamos el aeropuerto de esa ciudad y nos detuvieron. Queríamos declararlo a Macri “persona no grata”, porque sabíamos que sus promesas y discursos iban a estar vacíos de contenido. El famoso “Plan de Desarrollo” para la región que presentaría ante todos los gobernadores de la región era falso.
-Predicciones acertadas y de las que duelen.
-Absolutamente, pero eran los primeros meses de aquel Gobierno y venían entonados con su triunfo de 2015. La cuestión es que tenían planeado llevar a Macri hasta un estadio de fútbol en helicóptero para evitar nuestro reclamo, pero esa nave tuvo desperfectos y pudimos manifestarnos con todo.
Fue un tiempo donde mi domicilio particular se había convertido en una sede policial y judicial, con tantos procesos y denuncias provinciales, federales, notificaciones y hasta patrulleros que se turnaban frente a mi casa las 24 horas del día. Quiero recalcar que no fue, ni es, ni será, un esfuerzo personal o sólo de mi organización, hubo y existe un esfuerzo de mi familia para afrontar todo eso y más. Pero hay recompensa y lo diré con una frase que escuché una vez y la tomé como propia “uno no tiene poder si conduce ovejas, tiene poder si conduce leones y leonas”.
-Habla de su sindicato y su familia entre esos “leones y leonas”…
-Me remito claro a mi colectivo de trabajadores, los que me confían su conducción y a mi esposa, a mi hijo, ellos dos también son leones/as pero no los conduzco, están conmigo siempre acompañando, siempre incondicionales.
-¿Y cómo resume la importancia de su pareja ante esta hiperactividad sindical suya?
-¡Qué pregunta! (risas) Ella es profesora de literatura, vale un ejemplo para graficar lo que decís. Una vez, durante una ocupación sindical en los pozos de gas y petróleo, hay imágenes y fotografías emblemáticas de esos reclamos, ella me dijo: “Sos como el Quijote, pero a diferencia de él que tenía un solo Sancho Panza, vos tenés cientos de Sanchos que te acompañan”. Y ese respaldo familiar sirve para dimensionar el proceso de lucha de los trabajadores y trabajadoras de Río Negro, cientos de cortes de rutas, siempre codo a codo. Hoy ellos siguen en la provincia y esa lucha consolidó la importancia del sindicato a nivel federal y con el apoyo de otras provincias asumimos esta responsabilidad que me honra en ATE Nacional. Y hablo de estar honrado incluyo las causas judiciales, tuvimos 33 en el fuero federal y 22 en la órbita provincial. ¿Un orgullo? ¡En todas fuimos absueltos por la Justicia!
-Y desde todo eso que le tocó vivir. ¿Dónde enfoca el desafío para los sindicatos?
-En continuar un proceso de transformación. Porque los sindicatos siguen siendo hoy organismos exentos de todo tipo de control incluso el control social. Estoy convencido que no solo mis compañeros y compañeras de la organización, sino el pueblo todo, deben saber en qué casa vivo y cómo vivo, cuánta plata gano, en qué auto ando. Hoy estamos muy lejos de eso y se exigen transformaciones profundas para llevar a cabo los cambios necesarios sobre esta situación que te comento. Ni hablar de los mandatos sindicales a perpetuidad, reelecciones indefinidas, y en muchos casos hasta sucesión hereditaria en las conducciones gremiales.
¿Le pedimos renovación a los políticos sin mirar nuestro propio terreno? Bueno, entonces hay que decir que en política hubo cambios que no se dieron en el sindicalismo. Como también recordar que frente a la seducción del poder, a los trabajadores no les va bien cuando los dirigentes gremiales que los representan son cholulos.
-¿Está a favor de las candidaturas políticas de sindicalistas?
-A favor, pero con un proyecto propio o en el marco de un frente. No son buenas las experiencias sindicales de ir a pedirles un lugar a quienes manejan la lapicera de un partido político. Se termina viviendo condicionado a ese favor pedido.
-No imaginamos muchos abrazos de otros sindicalistas, si plantea esto puertas adentro.
-Bueno, no es fácil hay que decirlo. (risas) Pero, fuera de toda broma, hace falta un debate complejo para entender que no sólo se trata de la renovación generacional. Debemos convivir con los más experimentados, nutrirnos de todo lo que les tocó vivir y afrontar, e mpulsarnos desde nuestra historia para enfrentar los tiempos que ya llegaron y los que vendrán.
Y no invento nada, fijate que la pandemia llegó y con ella vino un mundo nuevo que nos desafía. Lo hace con la clase política y también con el sindicalismo. ATE en el 2025 cumplirá 100 años, tenemos que seguir trabajando por la asociación que queremos en relación directa a ese siglo de vida. Hoy contamos con 310.000 afiliados, yo sueño que dentro de 4 años tengamos 500.000. Y para cumplir esa meta no hay secretos, es mantener las puertas abiertas y desarrollo territorial.
-La pandemia potenció miradas terminantes contra los trabajadores, sobre todo estatales o públicos, contra el sindicalismo como freno de desarrollo y más, los libertarios disparan eso.
-Sin dudas y porque entre los desafíos para asumir está la batalla cultural. Es un debate que tenemos que dar y ganarlo, porque no es secreto que se pretende confundir a la sociedad. Y no van a lograrlo fácil. La discusión sobre presencialidad laboral, no se limita a un “sí o no”. Si el Estado funcionó y funciona a pleno en pandemia. Hablo del “Estado Presente” el que demanda la crisis del Coronavirus y el cual es posible porque las trabajadoras y trabajadores estatales honran su obligación, y hablo del Estado que garantizó el IFE, los ATP, los Repro. Y hablo de los sectores más afectados por todos los efectos recesivos del Covid.
Ahora si abarcamos otros fenómenos que aceleró la pandemia, como el teletrabajo, decimos: Si la demanda es un “Estado Presente” eso no se concreta con los trabajadores ausentes. Lo decimos para recordar que aceptamos la modalidad de teletrabajo en la emergencia sanitaria, pero es algo que no puede continuar cuando la pandemia haya sido superada.
-Ahora para esa batalla cultural hay un capítulo decisivo, no condenar a los pobres como los culpables de todo. Y en la sociedad se perciben “guerrillas” en ese sentido.
-El problema de la Argentina no son los pobres o los trabajadores. El problema está en los ricos y su manera de acumular. Se pretende hacernos creer que los méritos, la individualidad nos va a generar las oportunidades para mejorar. Eso lo dicen los que plantean el achique del Estado a su mínima expresión, incluso a su inexistencia.
Como cuando afirman que el Estado no debe participar en el mercado, la economía y economías regionales, bueno nosotros sostenemos todo lo contrario. Hace falta un Estado fuerte y presente para regular. Y es lo que nos debe todavía este Gobierno que asumió a fines de 2019, el paso político para afectar los intereses de grupos que se niegan a perder privilegios. Estas elecciones de medio término que llegan plantean ese compromiso de consolidación para las decisiones que debe afrontar el Frente de Todos.
No se construye poder siendo obediente y el riesgo está claro, que si en 2023 volvemos a tener otro CEO como Presidente de la Nación, dolorosamente entonces vamos a repetir historias.
-Sin embargo Cristina, ya fuera de su gestión presidencial que terminó en 2015, dijo que “el poder real no está en la política”. ¿Como se supera esa realidad de núcleos concentrados?
-Bueno hay que comenzar cambiando una mentalidad que se instaló a partir de las dictaduras militares. Digo cuando se rompe adrede la concepción de lo colectivo, allí se sembraron las semillas sobre los “beneficios” del individualismo antipolítica que algunos hoy cosechan, para “vendernos” verdades reveladas hasta en los estudios de TV.
Desde ya que no es fácil romper con tantos años de inducción para esa doctrina, pero el poder está en la gente, en el pueblo, el poder es territorio. Su definición más clásica nos remite a que es la fuerza que nos permite modificar una cantidad determinada de cosas. De allí que los trabajadores necesitamos tener más poder. Y para eso se necesita la unidad más amplia y afrontar debates que hasta ahora nos han sido negados.
-Dígame uno de esos debates pendientes respecto a trabajadores/as públicos y estatales.
-La participación política, el involucrarnos por ejemplo y ojo es algo que no es sencillo porque nuestros empleadores son aquellos que pasan por las gestiones de gobierno. Fijate que hoy tenemos más de 2.200 municipios en todo el país y en muy pocos de ellos se cumple con la ley del Salario Mínimo Vital y Móvil. En la mayoría de esos distritos hay precarización laboral y lo que necesitamos es que en todos los municipios del país se concrete ese piso de dignidad salarial, requerimos una Paritaria Nacional de Salud la cual hasta hoy no existe entre otras cosas. Por eso decimos, si no es ahora, cuándo sucederá que podamos lograr esa mínima dignidad para los trabajadores y trabajadoras. Y resaltamos no descansaremos hasta ver concretado un Fondo Federal para las Trabajadoras y los Trabajadores Estatales.
-¿Descuento entonces que se saca el sombrero ante la estrategia paritaria de los Aceiteros, que negocian en virtud del Salario Mínimo Vital y Móvil?
-Sin lugar a dudas, esos compañeros y compañeras honran y rinden tributo entre otras normas, a lo que establece el Artículo 14 bis de nuestra Constitución Nacional. Porque hoy la realidad nos pega un cachetazo: el asalariado formal pobre. Un triste fenómeno que no pasó nunca en la Argentina.
-Hablando de circunstancias llamativas, diputados de extracción sindical promueven dos proyectos sobre reducción de jornada laboral. Y la CGT se pronunció en contra.
-Es que el debate sobre los modelos sindicales está más vigente que nunca. Hay gremios que funcionan como empresas, parecen bancos o financieras. En vez de tener padrones de afiliados, tienen carteras de clientes morosos. Mantienen cautivos a sus asociados y lucran con el nivel de endeudamiento que éstos mantienen. Las obras sociales y las mutuales, en general, han tenido un gran poder de disciplinamiento sobre la dirigencia que las gestiona. Por eso no sorprende que aparezca un Andrés Rodríguez rechazando la reducción de la jornada laboral. Porque ya no hablan, ni piensan como trabajadores, sino como empresarios y por lo tanto con cada acción son los intereses de las patronales los que defienden.
-Usted es patagónico como Néstor Kirchner. ¿Alguna reflexión sobre el ex Presidente?
-Lo confrontamos cuando fue Presidente y más allá de eso y no sólo por la distancia que marca el tiempo transcurrido, lo valoro muchísimo. En primer lugar porque en aquel momento del inicio de su gestión presidencial yo no entendía la relevancia que él planteaba respecto a los grandes medios de comunicación. Hoy no tengo pudor en decir que, antes de Néstor Kirchner, yo leía o escuchaba a un periodista y para mí esos decires eran palabra santa.
Después de Néstor tuve la certeza de que, muchísimas veces, alguien escribe o habla desde un lugar, se posiciona desde otro, puede cobrar desde otro y además representar poderosísimos intereses, los cuales juegan sus estrategias y no en beneficio del pueblo, sin lugar a dudas. Lo digo hoy, asumiendo que durante “la década ganada” estuvimos en la vereda de enfrente.
-¿Cristina Fernández?
-También la confrontamos cuando fue Presidenta, no lo digo por jactancia sino a título de destacar que, en mi opinión, Cristina constituye uno de los pocos ejemplos de renunciamiento real que han existido en la política. Porque ella resignó la posibilidad de volver a disputar una elección como candidata a Presidenta y se presentó como vice. Entendió que de esa forma iba a ser más sólida la alternativa para enfrentar al proyecto de consolidación oligárquica de Macri y asociados. Más allá de coincidencias o no con ella, es indiscutible que nos legó una enseñanza desde el ejemplo con esa decisión.
-¿Alberto Fernández?
-Humm, diré que es demasiado pragmático, para gobernar un país no alcanza con juntarse con la CGT y la UIA. Somos muchos los sectores y actores sociales que deberíamos ser reconocidos y convocados y entendemos que no tenemos esa disposición del Presidente en la magnitud necesaria.
-Habló de su retiro del fútbol, ahora le pedimos que nos diga que ve en su futuro sindical.
-En primer lugar diré que hay dirigentes sindicales a los que los llenan de goles todos los días y siguen jugando como si nada, esperamos que no sea nuestro caso. (Carcajadas)
Más allá de eso no tenemos que mostrar porfías ante la decisión y mandato de los trabajadores y trabajadoras que representamos. Serán ellos quienes definirán esos tiempos, sólo debemos tener la claridad para entenderlo. Fijate que tengo amigos en sindicatos poderosos quienes a la hora del retiro tuvieron que hacer terapia para asimilar ese “ya no ser”. Habrá que tener la sabiduría necesaria de prepararse.
No descubro nada si digo que la felicidad es algo difícil de alcanzar, pero honro mi verdad al decir que si en algo soy feliz es cuando recorro lo que hemos hecho. Porque dimos todo ofreciendo nuestra propia vida, y digo “hemos” porque no se trata de una tarea individual. Los sindicatos tenemos que hablar de colectivo, equipos y desarrollar esos dichos en ejemplos. Nadie es imprescindible en esta actividad, imprescindible es la conciencia colectiva.
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