Pese a la pandemia y el ajuste, continúan las designaciones en el ente municipal y las empresas concesionarias. La mayoría relacionada con la conducción del Surrbac. Gestos de Llaryora hacia los procesados sindicalistas.
En el contexto de las promocionadas medidas de ajuste en la Municipalidad de Córdoba, hubo al menos unas 30 designaciones de personal en los tres primeros de la cuarentena en el sistema de higiene urbana de la ciudad, la mayoría de las cuales está relacionada con la cúpula del Surrbac.
Pese a los procesamientos por graves cargos, la libertad bajo fianza de los líderes gremiales de Mauricio Saillén y Pascual Catrambone y la intervención parcial del sindicato de recolectores, la dupla que maneja el Surrbac hace dos décadas mantiene intacto el poder de influencia sobre la prestación del servicio.
De hecho, entre las designaciones, aparecen otros dos hijos de Mauricio Saillén incorporados a la planta del personal de higiene urbana. Se trata de mellizos que apenas cumplieron los 18 años, fueron sumados al personal de Urbacor, una de las concesionarias de la recolección de residuos.
En la lista, aparecen un par de Catrambones y varias personas con vínculos con los jefes gremiales, que estuvieron algunos meses en prisión en la causa en que se los investiga por lavado de dinero, asociación ilícita, usura y defraudación millonaria.
También hubo incorporaciones entre marzo y mayo al ente estatal Coys.
Desde el municipio sostienen que las designaciones de las empresas concesionarias del servicio corren por su cuenta y que en el caso del Coys hubo nombramientos para cubrir las necesidades que se dan por las licencias por Covid.
En ese sentido, otro dato que sorprendió es que empleados del ente estatal capitalino tienen residencia fija en localidades alejadas de Córdoba y no están prestando funciones.
La conducción del Coys, a cargo de María Victoria Flores, aclaró que sólo están sin prestar funciones las personas que son grupos de riesgo o contagiados de Covid, que sumaría alrededor de un 40 por ciento del personal. Los funcionarios remarcaron que no hay ñoquis en el ente.
Sintonía
Otra cuestión que generó sorpresa es que el Coys y las empresas acordaron con los Saillén-Catrambone suspender los aportes patronales al gremio para tareas de capacitación.
Sucede mientras el Surrbac tiene una intervención parcial, que involucra al área de finanzas. En el ente dicen que es por la pandemia y la suspensión de actividades.
Pero en los últimos días, funcionarios y dirigentes gremiales publicaron en redes algunas acciones.
Esas imágenes, sumadas a las designaciones, refuerzan la idea de que la gestión de Martín Llaryora busca continuar el modelo de Ramón Mestre de una relación fluida con los Saillén y Catrambone, pese a las graves acusaciones judiciales en su contra.
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