En Azopardo se espera la decisión de Camioneros a la hora de definir reemplazante. En tanto la trama gremial de confrontación agrupa al triunviro renunciante y a otros sindicatos ante la gestión libertaria
Por Luis Autalan
El portazo de Pablo Moyano a las puertas de la conducción en la CGT venía con el rótulo de "previsible" desde 2021, cuando asumió esa formación de la central. Todavía con los ecos de su renuncia hay dos caminos que se bifurcan: la sucesión en el triunvirato que puede tomar Camioneros para esa cosecretaría libre y el futuro del renunciante, en una versión confrontativa junto a otros sindicatos, para dar la pelea que estiman necesaria al gobierno de Javier Milei.
El primer tópico viene de larga data, cuando en 2016 Pablo asomaba para liderar Azopardo para las organizaciones que hoy confluyen en el Fresimona, fue nada menos que Hugo Moyano quien frenó el operativo clamor con una frase breve: "No es su tiempo todavía".
El núcleo dialoguista y dominante de la CGT, blanco del hartazgo del adjunto de Camioneros, sigue reivindicando su decisión de mantener el diálogo con la Casa Rosada y deja entrever que Hugo Moyano también avala esa tesitura.
En el sector de los partidarios de la confrontación, no sólo aprecian la postura de Pablo sino que repotencian una alternativa que ya publicó BAE Negocios. Se trata de conformar una nueva versión del MTA que enfrentó a Carlos Menem en los 90. En efecto, el MTA original fue una corriente que surgió en 1994 con el liderazgo de Alicia Castro (Aeronavegantes), Juan Manuel Palacios (UTA) Víctor De Gennaro (ATE) y Hugo Moyano (Camioneros) entre otros referentes.
Lo que meses atrás fue una "expresión de deseos" hoy ya tiene bases sólidas. El tren de lucha fue ratificado por Daniel Yofra, el combativo secretario general de Aceiteros: "Es momento de avanzar en la organización del movimiento obrero junto a quienes, como Pablo Moyano y Mario 'Paco' Manrique, ya no se aguantan ver pasivamente el ataque del gobierno", sostuvo.
La versión de su parecer en la red social X tiene desde hace tiempo reflexiones en el mismo tono para "armar con prisa y sin pausa" algo más que una "trinchera discursiva".
Sin lugar a casualidades la renuncia de Moyano llegó precedida por la salida de Manrique, en la interna entre combativos y dialoguistas que ya no comparten espacios institucionales en Azopardo.
Con la etiqueta que reza "parece que fue ayer", los sindicatos combativos tienen la certeza de que el gobierno libertario es un desafío aun mayor al menemismo en los 90. Su mensura no sólo abarca las políticas económicas o la reforma laboral y de allí que hay organizaciones gremiales que acreditar no solo la necesidad de un paro general sino que el posible nuevo MTA, para solidificar su nueva versión 2024 deberá tener actualización y solidez para prosperar con su acción más allá de la CGT y las CTA.
Ahí se incluyen a los movimientos sociales y hasta el Sindicato del Neumático (Sutna) único gremio con una conducción de izquierda en el movimiento obrero nacional.
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