El juzgado Nacional de Primera Instancia de Trabajo N° 20 falló a favor de Alejandro Ocampo. Sostuvo que "se encuentra acreditado que fue perseguido, hostigado y discriminado" desde el momento que decidió formar parte de la APPyJC para defender a sus compañeros y buscó inventarle causas para despedirlo. La empresa había entorpecido su reinstalación con apelaciones, pero ya se agotaron todas las instancias. Fuerte precedente que le pone freno a la actitud antisindical de la firma.
Por Matías Tagliani.
En un fallo ejemplar que dejó al desnudo las prácticas discriminatorias y antisindicales que lleva adelante Maycar SA -la firma propietaria de Supermayorista Vital-, la Justicia le ordenó a la empresa la reinstalación en su puesto de Alejandro Ocampo, delegado y gerente de la tienda Avellaneda. La sentencia sostuvo que "se encuentra acreditado que fue perseguido, hostigado y discriminado" desde el momento que decidió formar parte de la Asociación del Personal Profesional y Jerárquico de Comercio (APPyJC) para defender a sus compañeros al ver la pésimas condiciones laborales en las que se desempeñaban.
Ya en un juicio sumarísimo la Sala VIII de la Cámara Nacional de Apelaciones había ordenado un año atrás a la compañía reincorporar a Ocampo, tras establecer que había sido despedido con una causa inventada. Acto seguido, Vital apeló para entorpecer la decisión e intentar desgastar al trabajador. Pero ahora la magistrada Ana Berilario, titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia de Trabajo N° 20, dictó una sentencia definitiva y ordenó su reinstalación en el puesto con los resarcimientos correspondientes.
Cronología de una lucha sin tregua
Jornadas laborales interminables, sanciones disciplinarias arbitrarias, sueldos por debajo de la media que tiene el mercado del retail y nulos ajustes salariales para poder paliar la inflación, son algunos de los puntos principales que los trabajadores jerárquicos sufren diariamente en esa cadena y llevaron a Ocampo a la determinación de involucrase en el accionar sindical.
De entrada nomás pudo palpar en carne propia la política de maltrato laboral de Vital. Se incorporó en febrero de 2020 como Gerente. Pero lo designaron a la sucursal de Avellaneda y ahí le dijeron que iba a estar como Jefe de Salón durante un tiempo. Así lo tuvieron durante tres meses, lo que significó que cobrara 65.000 pesos menos por mes de lo que tendría que hacer sido su sueldo.
Por otra parte, en ese momento su jornada laboral y la de sus compañeros eran siempre de 14 o 15 horas, en vez de las ocho que están estipuladas. Y, encima, en el recibo de sueldo sólo reconocían 19 horas extras por mes.
Tras reclamar por estas cuestiones y firmar los recibos de sueldo en disconformidad, un día fue citado a una reunión “junto con el Gerente de la compañía, el Regional y RR.HH. Y ahí me dijeron que yo tenía que trabajar las horas que ellos decían, y que si no me gustaba que me fuera”.
Todas estas situaciones lo terminaron de convencerse que debía postularse como delegado para mejorar las condiciones laborales de los empleados de la sucursal. Con 15 años trabajando en retail en empresas multinacionales ya conocía a la APPyJC y no dudó en lanzarse a la lucha sindical.
Sin embargo, eso no hizo más que enfurecer a los directivos Maycar S.A. y se multiplicaron las hostilidades. Al punto, que ni bien se concretó la postulación de Ocampo como delegado y la compañía fue notificada por la APPyJC, la empresa lo citó a una reunión en la sede central de la compañía.
Cabe destacar que el trabajador jamás tuvo sanción o llamado de atención de algún tipo hasta el momento que se comunica su intención de ser delegado.
“Ahí me dijeron que ‘el gremio no existía’, me ofrecieron dinero para que desechara mi candidatura como delegado y dijeron que si quería continuar en el plan de carrera, que me iban a devolver la categoría y que iba a poder seguir creciendo más allá de Gerente”, relató.
Pero la repuesta de Ocampo no fue la esperada por la firma que pertenece al polémico empresario Eduardo Pochinki. El dirigente les espetó en la cara: “No voy a dejar de ser delegado, porque si no, todos los trabajadores van a seguir siendo perseguidos y lo que quiero es que eso cambie y que todos tengamos los derechos que nos merecemos”.
El inicio de la persecución
Ante la negativa, comenzó la persecución. “Me empezaron a mandar una escribana todos los días antes de la apertura. Cuando saben que las dinámicas comerciales no están hechas para esos horarios. Intentaron inventar cosas para aplicar suspensiones. En la tercera o cuarta suspensión, me inventaron una causa y despidieron con la presencia de una escribana”, relató el delegado.
Luego de todo esto, a Ocampo se le acercó el abogado de la compañía “para intentar un arreglo conmigo”, expresó. Yo le fui muy claro, les dije que sabía que la idea de la empresa era que yo me fuera para que los jerárquicos vuelvan a trabajar esas 14 o 15 horas y les expresé que no estaba dispuesto”.
La respuesta fue un tremendo apriete: “O es esto o te va a llegar la Carta Documento, me dijo. Y fue tal cual. Penas volví a mi casa, ya tenía la desvinculación por no haber aceptado”, reveló Ocampo.
Después empezó la pelea judicial. En el medio hubo una mediación en el Ministerio de Trabajo donde la empresa se había comprometido establecer una mesa de diálogo, pero nunca cumplió. Apagaron el teléfono y bloquearon todo tipo de contacto, graficó el delegado.
Idas y vueltas en la Justicia
A partir de esta situación, el gremio que conduce Gastón Gallo activó a través su abogado Hugo Antonio Moyano una cautelar. Fue entonces que en un juicio sumarísimo, hace un año los jueces Luis Alberto Catardo y María Dora González habían ordenado a Maycar SA reincorporar a Ocampo.
La sentencia determinó que a partir de "las informaciones sumarias y demás documental, surgiría que Ocampo no tuvo sanciones y suspensiones disciplinarias, sino hasta luego de su candidatura como delegado por la Asociación del Personal Profesional y Jerárquico de Comercio”.
Acto seguido, el texto hizo hincapié en que a Ocampo se le había congelado el salario y privado de los aumentos otorgados al personal jerárquico, entre otros derechos. Y que, por ende, “ello conduciría que el despido fue a efectos de neutralizar la formación de un nuevo sindicato y disuadir el reclamo del resto de los trabajadores, evidenciando claramente la conducta discriminatoria de la empresa”.
En ese sentido, también remarca que la candidatura a delegado de Ocampo “fue oficializada por la organización gremial a través de la carta documento que transcribe de fecha 14 de julio de 2020”. Entonces, se revela temporalidad entre la candidatura como delegado y todo el accionar de la empresa que califica como discriminatorio y persecutorio”.
Como era de esperar, la empresa apeló y continuó la judicialización del conflicto hasta Juzgado Nacional de Primera Instancia de Trabajo N° 20, en base a todos los hechos recabados y testimonios de testigos, le ordenó a la empresa la reinstalación definitiva de Ocampo en su puesto, el pago de sus salarios caídos y otros resarcimientos.
En el texto del fallo de la jueza Berilario se puede leer: "Encuentro acreditado que fue perseguido, hostigado y discriminado, sin perjuicio de la competencia por zona que el sindicato tuviese, lo cierto es que, se inició un proceso en contra de su persona, el cual se extendió a lo largo de un año y que estuvo comprendido con diversos apercibimientos que afectaron su ingreso los meses que fueron efectuados". Y agrega: "No encuentro fundamentos en los dichos de su empleador que permitan corroborar que los incumplimientos efectivamente incurrieron y que los mismos fueran motivo para finalizar el vínculo", para concluir: "Es por ello que corresponde hacer lugar a la pretensión del reclamante".
Sensaciones
Tras el fallo, Data Gremial se comunicó con Ocampo para conocer sus impresiones y lo que piensa de cara a lo que viene. En principio, y más allá de continúa la actitud intransigente de la empresa en distintos aspectos, se lo nota firme.
"Quise dialogar con la gente de recursos humanos, pero me mandan a hablar con el apoderado de la compañía. Soy el único caso en la empresa. El objetivo de eso es generarme un desgaste porque no me terminan dando una solución. Me congelaron el sueldo: me deben paritarias 2020, 2021 y 2022. Me sacaron el premio variable, que en Vital la cobran todos los jefes y gerentes menos yo. Y también me sacaron el pago de combustible", relató sobre las arbitrariedades que continúan.
"Hoy el hostigamiento es económico. Ellos entienden que yo soy el referente de los delegados en la compañía y piensan que desgastándome a mi pueden debilitar a la organización sindical. Por eso siempre apuntan contra mí. Ellos razonan: 'Si logramos que Alejandro Ocampo se canse y se vaya, el resto se cae'. Pero eso no va a pasar", advierte.
Por último, destaca que a partir de toda esta lucha sindical algunas cosas sí han cambiado para bien, como el hecho de que ya no haya jornadas laborales de 14 horas y se puso una consultora para mejorar el clima laboral. "Saben que hay cosas que tienen que modificar porque, de lo contrario, habrá huelgas. Falta seguir avanzando en otras cuestiones: armar una mesa de diálogo, por ejemplo, para negociar paritarias periódicamente y otros reclamos", concluyó.
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